domingo 31  de  agosto 2025
Industria Energética

Grandes petroleras en EEUU se hacen más poderosas con Biden

ExxonMobil firmó un megaacuerdo para adquirir Pioneer Natural Resources por $60.000 millones, mientras que Chevron absorbe Hess por $53.000 millones y ahora APA compra a Callon en 4.500 millones

Por Leonardo Morales

NUEVA YORK- Mientras los globalistas y ambientalistas de izquierda intensifican sus campañas y acciones contra la industria energética tradicional en el mundo (petróleo, gas, carbón y derivados), las grandes petroleras estadounidenses se hacen más poderosas bajo el gobierno de Joe Biden y los demócratas.

La hipotética y prometida transición en Estados Unidos de los combustibles fósiles a las llamadas energías renovables, por parte del gobierno de Joe Biden, se aleja cada vez más en un mundo que depende en un 90% de las energías tradicionales y que tampoco ve la capacidad de las denominadas "limpias" de poder satisfacer las necesidades mundiales en un futuro cercano.

La guerra de Joe Biden contra las petroleras estadounidenses, desde su primer día en la Oficina Oval, fue un perfecto fracaso que condujo a la peor inflación en EEUU en los últimos casi 50 años y que disparó el precio promedio del galón regular de gasoliona sobre los 5 dólares a medidos de 2022. En algunos estados como California, los consumidores pagaron por encima de los 7 dólares.

Y aquí entra en escena la otra apuesta de la izquierda en EEUU y de Biden: los vehículos eléctricos. Y ocurre como el nombrado refrán "el pescado que se muerde la cola".

A pesar de toda la propaganda e incentivos del actual gobierno, las ventas de vehículos eléctricos no despuntan. Tampoco se generaliza el uso de la energía solar ni la eólica.

Los analistas prevén que apenas un 9% de todos los automóviles que se vendan en EEUU en 2023 sean eléctricos, pero a medida que bajan los precios de la gasolina y expiran los incentivos federales, menos estadounidenses se inclinarían por este tipo de medio de transporte, como revelan las encuestas.

El año pasado, las ventas de vehículos eléctricos registraron un endeble 7,3%, gracias a los 7.500 dólares que aprobó el Congreso federal como parte de la llamada Ley de Reducción de la Inflación, cuya disminución los consumidores estadounidenses tampoco ven al mismo nivel al que se refiere el actual gobierno.

Los precios de la gran mayoría de los productos y servicios siguen por las nubes, excepto los de la gasolina que han disminuido gracias a la producción récord de petróleo y gasolina en Estados Unidos.

Biden pide mayor producción de petróleo

El mismo Biden se vio contra la pared cuando los niveles inflacionarios escalaban mes tras mes desde marzo de 2021 y ante la "mirada incauta" de la Reserva Federal (fed o Banco Central) y del Tesoro durante más de un año.

Biden, ante el rechazo de Arabia Saudita y de la OPEP+ de incrementar la producción mundial de petróleo para hacer bajar los precios, se vio forzado a recular en su política de "guerra contra el petróleo" y, por el contrario, pedir a las petroleras estadounidenses que incrementaran la producción nacional de crudo y se acelerara la refinación, con el objetivo de frenar la histórica inflación y desacelerar los altos precios de la gasolina.

En estos momentos, las refinerías en EEUU trabajan a casi el 95% de su capacidad total.

Después de criticar con severidad al presidente Donald Trump por impulsar la industria petrolera y convertir a EEUU en un país independiente energéticamente en el 2019, ahora bajo el gobierno de Joe Biden se produce más petróleo que cuando el mandato de su predecesor.

En la actualidad, EEUU produce como promedio más de 13,3 millones de barriles diarios de crudo (cifra récord) contra los 12,2 millones de barriles diarios que se procesaban cuando el gobierno de Trump; es decir, Biden prometió algo que sabía que no podría cumplir y engañó a gran parte del electorado que votó para que ocupara la Casa Blanca.

La falsa promesa

Gran parte de los votantes demócratas e independientes exigían acciones concretas contra el cuestionable cambio climático. Biden ha hecho lo contrario: ahora las petroleras norteamericanas producen más de un millón de barriles diarios adicionales e incluso en algunas fechas desde el 2022 se ha procesado mucho más que esa cifra.

El presidente de la Fed, Jerome Powell y del Tesoro, Janet Yellen, se empeñaron en decir que no había nada de qué preocuparse, que la inflación era temporal y que se regularía automáticamente.

Ese ha sido posiblemente el error más grave en las últimas décadas de los funcionarios federales e instituciones que tienen que proteger y actuar sobre la estabilidad financiera y económica de EEUU.

Pero Biden no sólo ha impulsado la producción de petróleo en el país, sino que abrió el camino para que las grandes compañías de esta industria se hicieran más sólidas y poderosas frente a la amenaza de Rusia respecto a Europa y la dependencia del Viejo Continente al petróleo y al gas natural de Moscú.

Petroleras se hacen más poderosas

ExxonMobil firmó un mega acuerdo en semanas recientes para adquirir Pioneer Natural Resources por unos 60.000 millones de dólares.

Chevron, por su parte, también aprovechó la oportunidad del momento para quedarse con Hess al precio de 53.000 millones de dólares.

A estas dos megacompras se suma la compañía energética estadounidense APA Corporation que acordó comprar a su competidor Callon Petroleum en una transacción valorada en alrededor de 4.500 millones de dólares, incluida la deuda, anunciaron ambas empresas.

APA adquirirá Callon en un acuerdo accionario en virtud del cual cada acción de Callon equivale a 1,0425 acción de APA, llegando a 38,31 dólares, 14% por encima del valor de cierre del título de Callon el miércoles.

"Los activos de Callon proporcionan una escala adicional a las operaciones de APA en toda la Cuenca Pérmica, sobre todo en Delaware, el estado de la familia Biden, donde Callon posee casi 120.000 acres", dijo APA en un comunicado.

Como resultado, se espera que la producción diaria de la compañía tras la fusión supere los 500.000 barriles de petróleo.

Los accionistas actuales de APA controlarían cerca del 81% de la empresa fusionada, mientras que los de Callon poseerían el 19% restante.

APA emitiría unos 70 millones de acciones ordinarias en la transacción.

El acuerdo, que ya ha recibido luz verde tanto de la junta directiva de APA como de la de Callon, se cerraría en el segundo trimestre de 2024.

La promesa de Joe Biden de ser el protagonista de la "histórica transición energética en EEUU", no sólo se transformó por sí misma en una falacia ante sus electores, sino en otro de sus grandes fracasos a menos de un año para terminar su mandato.

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FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes.

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