MIAMI.- LAURA RIVERA
Se está revalorizando la producción local no sólo por parte de los consumidores sino también por los empresarios, según un sondeo, pero hay un problema creciente: etiquetas que engañan o mienten
MIAMI.- LAURA RIVERA
@lauritrw
Una reciente encuesta descubrió que en medio de la vorágine de productos a bajos precios y de diferentes procedencias en las tiendas reales o virtuales de Estados Unidos, la mayoría de las personas eligen productos “Made in USA” en vez de los importados, aunque signifique pagar un costo más alto.
Casi 8 de cada 10 consumidores estadounidenses dijeron que prefieren comprar un artículo de fabricación nacional que uno extranjero, según el último relevamiento de Consumer Reports, una organización sin fines de lucro de protección al consumidor. Y más del 60% dijo que está incluso dispuesto a pagar el 10% más por ello.
“Algunos toman esta decisión por la creencia de que lo elaborado en Estados Unidos es sinónimo de calidad y seguridad. Otros lo hacen por pensar que es la mejor manera de apoyar a la economía estadounidense y los trabajadores”, señala el informe.
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El deseo de las personas está claro, pero cómo concretarlo puede ser un desafío, según destaca la organización, pues las etiquetas de los artículos suelen ser confusas, engañosas o mentirosas respecto al lugar de origen y producción.
Lo más paradójico es que muchos de los productos que realmente son fabricados aquí no lo destacan en sus etiquetas, o lo escriben en partes poco visibles como es el caso de varios refrigeradores o cocinas de gas que ponen el origen en las partes traseras del artefacto.
Etiquetas engañosas
“Nosotros vemos muchos productos que dicen ‘Made in USA’ que en realidad están hechos en China”, sostuvo Hal Srikin, socia senior de The Boston Consulting Group, firma de consultoría de gestión global en el reporte.
Algunos artículos estadounidenses emblemáticos, como el iPhone de Apple o los procesadores de alimentos Cuisinart, tienen poca o ninguna presencia de fabricación en estas tierras, mientras que muchas industrias extranjeras han invertido fuertemente en las plantas de fabricación en EEUU, según destaca Consumer Reports (CR).
Apple, por ejemplo, cuya sede central está en Cupertino, California, fabrica la mayoría de sus electrónicos en China, excepto pocos como la computadora Mac Pro que hace en Austin, Texas. Aunque la firma dice que la innovación le ha permitido crear más de un millón de empleos en EEUU, sólo 66.000 son trabajadores reales de Apple, de los cuales 30.000 están en sus locales de venta.
La ONG explica que no hay una regulación federal estricta en la utilización de etiquetas para indicar el origen de los productos, por lo que muchas firmas aprovechan para diseñar sus propias etiquetas y a veces las hacen con términos engañosos.
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El informe recomienda a las personas que descubran que una etiqueta es falsa o confusa que presenten su reclamo a la Federal Trade Commission (FTC), en su sitio web o llamando al 877-FTC-HELP.
“Una investigación de la FTC probablemente tomará tiempo y la agencia no le responderá a usted directamente, por lo que no le ayudará con su compra inmediata. Pero su aporte será muy importante para mantener la credibilidad en los productos ‘Made in USA’”, destaca el documento.
Vuelta al origen
La buena noticia es que hay una tendencia creciente a que las empresas estadounidenses vuelvan a producir en Estados Unidos, movidos por varias razones; entre ellas, una ola de “regreso al origen” y los costos en alza en países que antes eran muy baratos para fabricar, como China.
Desde 2010, cerca de 300 empresas han regresado a nuestro país, de acuerdo con Reshoring Initiative, un organismo sin fines de lucro que impulsa a las compañías a traer empleos de manufactura de vuelta a EEUU.
Esta realidad pocos la conocen y -según remarca el estudio- persiste la percepción de que la fabricación “in USA” está en declive. “Esta idea es alimentada por el hecho de que muy pocos productos que se venden en EEUU en categorías de alto perfil, como la electrónica y ropa, son en realidad elaborados aquí”.
Sin embargo, el Departamento de Comercio informó que entre 2009 y finales de 2014, la producción manufacturera de Estados Unidos creció un 45%, se añadieron 646.000 puestos de trabajo entre febrero de 2010 y mayo de 2014, y otros 243.000 puestos están esperando ser ocupados.
Aun así, ese crecimiento no ha hecho recuperar plenamente la economía después de las pérdidas sufridas durante la recesión de 2008-2009, señala el informe.
Dos razones citadas por CR para el resurgimiento de la manufactura estadounidense en los últimos años son la nueva energía barata y el estrechamiento de la brecha entre los costes laborales de EEUU y otros países. Pero no se trata sólo de los costos. Un tercer factor es el incremento de la inversión en investigación y desarrollo.
“Los costos de producción en China están subiendo más rápido que los de EEUU. Nuestros números muestran que el costo diferencial entre los dos países está disminuyendo drásticamente, especialmente si se incluye el transporte de la mercadería”, destacó Sirkin, quien agregó que unas 300 industrias han regresado a fabricar a este país por esa razón.