sábado 7  de  diciembre 2024
EEUU

Medicare, indispensable recurso médico

Este sistema nacional médico fue establecido en 1956 y sucesivamente ampliado para cubrir las necesidades de varios sectores de la población ante el avance del alto costo de los servicios
Diario las Américas | JESÚS HERNÁNDEZ
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Han transcurrido más de 60 años, desde que Medicare fue creado, y aún queda mucho por hacer para satisfacer las necesidades médicas de la población.

El Gobierno estadounidense creó la red Medicare, que atendía entonces a familiares de miembros del Ejército y más tarde fue ampliada a jubilados y personas mayores de 65 años, aunque, a diferencia del resto de los países desarrollados, no atiende a toda la población.

Acorde a los archivos del Social Security Administration, alrededor del 60% de la población de la tercera edad contaba con seguro de salud, cuando las cuotas a pagar eran tres veces más caras para los mayores o la cobertura médica era negada para quienes sufrían enfermedades.

A partir de entonces, varios cambios fueron aplicados para mejorar o restringir los montos a pagar, que usualmente tienen unas cantidades exentas de pago, mejor conocidas por ‘deducibles’, que pueden variar cada cierto tiempo.

De esta manera, Medicare pudo incorporar otros beneficios, como la atención a pacientes que reciben ciertas terapias o padecen determinadas enfermedades, sin importar la edad, así como la mediación de clínicas o empresas de cuidado médico HMO y el servicio de hospicio.

No obstante, aún falta ampliar ciertos servicios, como proveer un mayor cuidado en casa para evitar la separación del paciente de la familia.

A, B, C y D

Con el transcurso de los años, varios cambios fueron sometidos a la red de Medicare, que previamente pagados con la contribución y subvencionados por el Gobierno federal están comprendidos en cuatro apartados que atienden diferentes asuntos de la salud.

Podemos decir que Medicare A se ocupa de la hospitalización, Medicare B apuesta por servicios y medicamentos, C que se ocupa de planes de salud y D que cubre el coste de los medicamentos que no son pagados por la parte B.

La mayoría de los portadores de Medicare A no paga ninguna mensualidad, pero la llamada parte B, que se ocupa de servicios y medicamentos, requiere un pago mensual que varía cada año y usualmente es substraído del pago de jubilación.

En los casos de personas con pocos re- cursos o cuyo estándar de vida está por debajo del nivel de pobreza calculado por el Gobierno federal, deben acudir a las autoridades para recibir asistencia suplementaria federal o estatal que les libre del pago mensual.

HMO

Aun cuando millones de personas de la tercera edad optan por someterse a los gastos que Medicare no paga, muchas otras se inclinan por los grupos de servicio médico HMO, que proveen atención médica preventiva y curativa, así como hospitalización y servicios generales por una tarifa fija anual que es saldada por el Social Security Administration.

De esta manera, la persona pasa de ser un paciente asegurado del Medicare A y B, o asegurado libre que acude a una consulta privada, a otro que es miembro de una red de salud HMO, en la que no tendrá que pagar ‘deducibles’ por atención médica, hospitalización o medicamentos. Usted puede inscribirse en un HMO cualquier día del año, pero tendrá que esperar al período de open enrollment, o inscripción libre al Medicare, si desea cambiar de red de atención HMO o volver a ser un asegurado libre de Medicare.

La gran mayoría de los jubilados deben hacer cuentas para llegar a fin de mes, así que no pueden afrontar ni tan siquiera pequeños incrementos de gastos. Mucho menos la porción que el Gobierno federal no paga de las grandes facturas de una farmacia, un consultorio médico o un hospital. Por ello tal vez la probabilidad de contar con un grupo de servicio médico HMO podría ser la solución, para evitar tener que lidiar con el aumento paulatino de los precios.

Expansión

Ampliar el servicio de Medicare, hasta abarcar al menos la gran mayoría de la población del país, fue la meta que muchos legisladores plantearon en los años 1950. No obstante, seis décadas después de aquel paso de avance, el apresurado paso lucrativo de las firmas farmacéuticas y el consiguiente impacto económico en la red nacional de hospitales y el personal médico han encarecido los servicios de la salud a cifras sin precedentes.

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