miércoles 11  de  junio 2025
¿QUÉ PASA EN WASHINGTON?

El próximo comandante en jefe

Y es que luego de ocho años de un comandante en jefe como Barack Obama, que favoreció la tolerancia sobre la acción armada, hay quien se pregunta si es posible que ahora el ejército abrace la esperanza de una nueva era de mayor acción y el retorno de la confrontación en el mundo

Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

SONIA SCHOTT
@schottv

Una encuesta publicada hace unos días por el medio informativo Military Times reveló interesantes datos sobre las preferencias electorales de las fuerzas armadas estadounidenses, poniendo al descubierto que la ventaja se inclina a favor de Donald Trump sobre Hillary Clinton, para ser el próximo comandante en jefe de la nación, porque es percibido como un líder fuerte y proclive a aumentar el gasto de defensa, que se ha visto mermado en los últimos tiempos.

Y es que luego de ocho años de un comandante en jefe como Barack Obama, que favoreció la tolerancia sobre la acción armada, hay quien se pregunta si es posible que ahora el ejército abrace la esperanza de una nueva era de mayor acción y el retorno de la confrontación en el mundo.

En realidad, los militares no son personas beligerantes per se (por sí solas), desesperadas por enviar a la guerra a hombres y mujeres bajo su mando, tanto así que los principales estrategas del Ejército del presidente Obama han instado a La Casa Blanca a actuar primero con prudencia, teniendo presentes esas vidas que se arriesgan en el campo de batalla. Sin embargo, una vez que haya luz verde para la acción bélica, la respuesta sería la misma: los militares quieren estar lo mejor preparados, tanto con el equipo como con el mayor número de hombres posibles.

Bajo la presidencia de George W. Bush, sus consejeros militares se aseguraron que su comandante en jefe apoyara su visión de dominio rápido y selectivo, que buscaba inhabilitar psicológicamente la estructura militar de toma de decisiones o “shock and awe” en inglés, como la mejor vía para vencer al enemigo. Así, en 2003, cuando  Estados Unidos fue a la guerra contra Saddam Hussein lo hizo con la convicción de su supremacía.

Hillary Clinton apoyó la guerra en Irak pero luego de sus años como secretaria de Estado, y ahora como la mejor opción demócrata para la presidencia, es difícil creer que adoptaría la doctrina Bush; entonces, de ganar ¿Sería tan prudente como su predecesor Barack  Obama?.

Si como comandante en jefe Clinton lanza un ultimátum a otro país, de dar marcha atrás o habrá guerra ¿Será consecuente con sus palabras? tomando en cuenta que Obama amenazó con una acción militar al régimen de Assad en Siria en 2012, si utilizaba armas químicas contra las fuerzas rebeldes; pero una vez probadas las sospechas, se abstuvo de iniciar bombardeos, neutralizado por un compromiso de Moscú para persuadir al presidente sirio de entregar las armas químicas, lo que  le dio la perfecta excusa a Obama para salirse de la famosa línea roja, que cruzó Assad.

A pesar de su falta de experiencia en política exterior o la toma de decisiones que puedan conducir a una guerra, Donald Trump ha sembrado la idea de que resistirá cualquier amenaza a la seguridad de Estados Unidos, mientras Clinton, que sabe lo que es asesorar a un presidente en materias de vida o muerte, se encuentra atrapada con la debacle en Benghazi de septiembre de 2012, cuando el embajador estadounidense en Libia y otros funcionarios fueron asesinados por milicias extremistas, lo que puso un manto de duda sobre las capacidades de la secretaria de Estado.

La encuesta de Military Times también reveló que un 20 por ciento de los participantes señaló que no votaría por Trump ni por Hillary, y que preferían un tercer candidato independiente, lo cual tal vez refleja que los militares, como el resto del país, no están del todo convencidos a quien entregarle la gran responsabilidad de ser el comandante en jefe de Estados Unidos.  

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar