Las palabras del representante demócrata por Florida, Alcee Hastings, que calificó a Texas como "estado loco" durante una sesión en el Congreso, han irritado a los sureños, cuya respuesta llegó el viernes de la mano del exgobernador Rick Perry.
"¡Estamos locos por los empleos, estamos locos por las oportunidades, estamos locos por la libertad, estamos locos por la Constitución!", respondió Perry a Hastings, al que se refirió como "ese congresista liberal -progresista- de Florida".
Por lo contrario, el exgobernador defendió que Texas "no está loca ni por los gobiernos que gastan demasiado, que se endeudan demasiado o que tasan demasiado".
La polémica se inició este lunes en un comité de la Cámara de Representantes en el que se debatía una vez más la revocación de la reforma sanitaria impulsada por el presidente, Barack Obama.
Hastings, que discutía con el representante republicano por Texas Michael Burgess, le dijo que el suyo, es un "estado loco", por no haber promovido la expansión de la reforma sanitaria.
Ante el evidente enfado de Burguess, que solicitó unas disculpas, Hastings insistió en su ataque: "Yo he dicho lo que opino sobre Texas, no viviría ahí ni por todo el té de China", dijo.
"Tendrá usted que esperar hasta que se congele el infierno para que me disculpe", agregó el congresista demócrata.
Tras esas declaraciones, la delegación del Partido Republicano de Texas en el Congreso emitió una breve declaración al respecto, con uno de los clásicos lemas del estado: "No te metas con Texas" (Don't mess with Texas).
El enfado de los texanos es tal que, según la CNN, una familia anuló sus vacaciones al parque de atracciones de Disney en la ciudad de Orlando, en Florida.
Ya en frío pero lejos de arrepentirse de sus palabras, Hastings reiteró a la CNN su acusación: "Una de las ciudades de Texas tiene una ley que prohíbe a las mujeres tener más de seis consoladores. ¡Si eso no es loco no sé lo que es!".
La mencionada ley, que fue tumbada en el 2008, restringía la venta de juguetes sexuales en el estado.
En entonces procurador general y actual gobernador de Texas, el conservador Greg Abbott, trató de mantener esa prohibición vigente.
"Una persona que posea seis o más dispositivos obscenos u otros artículos idénticos o similares se presume que tiene la intención de promover la obscenidad", rezaba la norma.
La polémica pareció zanjarla Perry, potencial aspirante a la presidencia en 2016: "Tiene razón, ¡estamos locos!".
