MIAMI.- En un auditorio que le dio una cálida bienvenida, en medio de un largo aplauso, el presidente Donald Trump anunció este viernes en el teatro Manuel Artime, en el corazón de La Pequeña Habana: “Estoy cancelando el acuerdo con Cuba”.
MIAMI.- En un auditorio que le dio una cálida bienvenida, en medio de un largo aplauso, el presidente Donald Trump anunció este viernes en el teatro Manuel Artime, en el corazón de La Pequeña Habana: “Estoy cancelando el acuerdo con Cuba”.
Antes había enumerado las razones que lo llevaron a tomar esa decisión, una de las principales es que la isla “sigue gobernada por los mismos, hay tráfico humano, envío de armas a Corea del Norte. No vamos a darle una buena imagen al régimen”, argumentó. “Quiero un mejor acuerdo para el pueblo cubano y para Estados Unidos”, precisó el Presidente, con un público que aplaudía y gritaba con pasión.
“No queremos que nuestros dólares apuntalen a las fuerzas armadas que están contra el pueblo, no vamos a levantar ninguna sanción mientras haya presos políticos, no exista libertad de expresión, ni la legalización de los partidos y haya elecciones democráticas. Vamos a restringir el dinero que llega a las arcas de los Castro, acabar con el turismo y reforzar el embargo”.
Dentro de los asistentes a este anuncio que complació al sector más radical del exilio cubano había varios activistas y funcionarios elegidos por el voto popular, como el senador republicano Carlos Curbelo; el alcalde de la ciudad de Miami, Tomás Regalado; los comisionados del condado Miami-Dade Esteban Bovo, José Pepe Díaz, Bruno Barreiro, Javier Souto, y el tasador de la propiedad, Pedro García.
La oposición
El presidente Trump hizo un cálido reconocimiento a los líderes de la oposición en la isla y a los activistas del exilio en la Florida. Mencionó en especial a la Brigada 2506, en cuya sede se comprometió, durante su campaña, a cambiar la política de apertura de la administración Obama hacia Cuba.
Indicó que “estamos dispuestos a volver a la mesa de negociación, a discutir un mejor acuerdo que tenga sentido. Respetamos la soberanía de Cuba pero no le vamos a dar la espalda a su pueblo”.
Al final de su discurso, el mandatario estadounidense dijo, en un tono exaltado, que “hoy Estados Unidos ha rechazado a los opresores del pueblo cubano”.
Los congresistas
El representante republicano Mario Díaz- Balart y el senador republicano Marco Rubio –los dos de origen cubano– hablaron minutos antes de la aparición de Trump.
“Los oprimidos no pueden ser ayudados por el fortalecimiento de sus opresores”, indicó Díaz-Balart en un tono de campaña política que utilizó durante toda su intervención que cerró con “tengo un mensaje para el pueblo cubano: el presidente Trump está con ustedes. Nunca se volverá a ver el espectáculo de un presidente de Estados Unidos, hombro a hombro, con el dictador en una cancha de béisbol”.
Rubio contó que al otro día de las elecciones, llamó a Trump para felicitarlo. Y de inmediato el presidente electo, según recuento del senador, le pregunto “qué podemos hacer para ayudar al pueblo de Cuba”.
“Hace un año y medio el avión presidencial aterrizó en el aeropuerto de La Habana para que el presidente estrechara la mano del régimen. Ahora aterriza en Miami para estrechar la mano del exilio”, expresó el senador de la Florida.
“Este cambio da poder al pueblo y no a las fuerzas armadas [cubanas]. No vamos a empoderar a sus opresores”, añadió. Y cerró con una frase retórica: “El día de hoy será visto como el primer día del final de régimen”.
De acuerdo con varios reportes de prensa, los dos congresistas son los responsables de una política hacia Cuba que busca dar reversa a ciertos aspectos de los acuerdos desarrollados con el gobierno de Obama.
¿Cambios?
Orlando Gutierrez, director nacional del Directorio Democrático Cubano, interpretó el anuncio de Trump como “el apoyo a la resistencia dentro de Cuba. Es el tipo de cosas que se necesitan en términos de sanciones. De manera unificada, estamos expresando nuestra alegría por un día histórico”, dijo durante una rueda de prensa después del discurso del presidente de Estados Unidos.
Gutiérrez estaba acompañado, entre otros, por disidentes de la isla como Angel Moya, Antonio Rodiles y Jorge Luis Pérez “Antúnez”. Moya también expresó su alegría porque, según él, con la reanudación de relaciones por parte del Gobierno de Obama, “el tema de los derechos humanos había pasado a un segundo plano”.
Y enfatizó que la liberación de Cuba “es responsabilidad de nosotros los cubanos, tanto los que vivimos allá, como los del exilio”. Antonio Rodiles, de Estado de SAT, precisó que el mensaje de Trump pone a los actores políticos en su sitio porque “siempre dijimos que uno de los problemas principales [de los acuerdos de Obama] era que se estaba tratando al régimen como si fuera un gobierno legítimo”.
De acuerdo con Rodiles, ahora los actores están en su sitio: “El régimen cubano es una tiranía, Estados Unidos es un gobierno legítimo promotor de la democracia y está el pueblo cubano”.
Sin embargo, dentro del grupo de medidas de acercamiento adoptadas por la administración Obama, la apertura de embajadas en Washington y La Habana no tendrá vuelta atrás.
También seguirán fluyendo las remesas enviadas a la isla por parte de familiares o amigos de residentes en Cuba. No se restringieron los vuelos comerciales ni los cruceros. Y lo único nuevo es que se prohíbe cualquier tipo de negocio de ciudadanos estadounidenses con empresas o individuos pertenecientes a las Fuerzas Armadas o los cuerpos de inteligencia cubanos.
Como nota curiosa, según reportes recibidos desde La Habana este viernes, a las doce del día, el régimen castrista puso pantallas gigantes en los centros de trabajo y paralizaron la jornada laboral para que todos, en vivo y en directo a través del canal Telesur, pudieran enterarse del contenido de la intervención de Donald Trump en Miami, la capital del exilio.