martes 21  de  enero 2025
EDICIÓN ANIVERSARIO

Los Codina

La clave de la convivencia laboral entre padre e hija es, según Codina, “el amor y el respeto” 

Armando Codina, uno de los más importantes urbanizadores del sur de la Florida, y su hija, la ingeniera Ana Marie, dirigen uno de los proyectos  urbanísticos más grandes y ambiciosos del área de Miami, el Downtown Doral, una construcción de más de 1.000 millones de dólares. Ambos comparten la pasión por el trabajo y el negocio inmobiliario.

“Quisiera contarte una historia elegante y sexy pero el surgimiento de Codina Partners no fue muy planeado”, dijo Armando Codina, fundador y director de esta importante firma de desarrollo inmobiliario.

Codina explicó que su realidad no es producto de un proceso planificado. Destacó que él no pudo ir a la universidad y que el rumbo de su vida laboral se fue delineando en base a las circunstancias y oportunidades que, evidentemente, supo aprovechar y potenciar con gran inteligencia y astucia.

Nacido en Cuba, el empresario fue uno de los más de 14.000 niños que llegaron solos a Estados Unidos en la Operación Pedro Pan, enviados por sus padres por el temor a que el comunismo de Fidel Castro se apoderara de ellos.

“Cuando llegué aquí, estuve en un campamento para niños que se llamaba Camp Matecumbe, en un orfelinato en New Jersey y luego en una casa de acogida [foster home], hasta que me reencontré en el ‘64 con mi madre”, recordó Codina. Como su madre estaba separada, no sabía inglés y nunca había trabajado, él tuvo que salir a buscar empleo a los 16 años.

Comenzó a trabajar en un supermercado Win-Dixie y en un banco, donde conoció a médicos y se le ocurrió ayudarles con las cuentas a cobrar y los seguros de salud. Abrió entonces una firma para eso, gracias a un crédito, y tuvo un éxito arrollador. Al tiempo la vendió.

Desde entonces, inició proyectos que siempre dieron buenos resultados. Incluso pasó por la política, haciendo la campaña a presidente de George W. Bush, pero asegura que ese ámbito no era para él.

“En el ‘80 empecé a hacer transacciones de bienes raíces con los médicos que conocía por el otro negocio”, afirmó. Así, hizo grandes obras en Coral Gables, Miami, y el downtown de Miami.

Pero luego se dio cuenta de que “Miami nunca iba a ser el headquarter de grandes compañías extranjeras”, por falta de espacio.  Por eso se enfocó en Doral, donde construyó complejos que alojaban tanto a las oficinas de empresas como a sus depósitos: otro éxito.

Hoy lleva adelante el desarrollo del Downtown Doral –una gran urbanización que incluye hasta una escuela–. Y esta vez, su hija Ana Marie le ayuda a dirigir el proyecto. Ella, quien tiene un MBA en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y experiencia en otras grandes compañías, es el complemento ideal para el empresario.

“Ana tiene una preparación técnica mejor que la mía. Yo tengo los instintos y ella es más analítica, pero siempre llegamos a un acuerdo”, relató Codina con admiración hacia su hija.

La clave de la convivencia laboral entre ellos es, según Codina, “el amor y el respeto”. Ana agregó: “Nunca discutimos, a no ser por el aire acondicionado”

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