ILIANA LAVASTIDA
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@IlianaLavastida
Aunque Francisco dijo que ante el Congreso no hablará "específicamente" del embargo estadounidense a Cuba, el hecho mismo de haber elegido trazar un puente con su itinerario entre los dos países, constituye para muchos un gesto de alta significación
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La llegada del Papa Francisco a EEUU este martes después de haber visitado Cuba durante cuatro días, tiene un marcado simbolismo por el momento del restablecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales que viven las dos naciones.
La intervención del Vaticano en el diálogo sostenido entre La Habana y Washington durante los 18 meses previos al anuncio simultáneo hecho por Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014, ha sido reconocida públicamente por ambas naciones.
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Por eso y aunque Francisco dijo que ante el Congreso de EEUU el jueves no hablará "específicamente" del embargo estadounidense a Cuba, el hecho mismo de haber elegido trazar un puente con su itinerario entre los dos países, constituye para muchos un gesto de alta significación, además de que horas antes de partir de Cuba, durante la misa oficiada en el Santuario del Cobre, el Papa instó a salir de la casa a “romper muros y sembrar reconciliación” en referencia directa a una de las funciones que ha asumido desde su papel de máximo líder de la Iglesia Católica.
Una de las mayores críticas lanzadas contra el Papa por la agenda desarrollada durante su visita a Cuba fue el hecho de no haberse reunido con integrantes de la disidencia interna y en cambio sí haberle dedicado un espacio de su tiempo a visitar al Fidel Castro.
Para algunos, constituye una afrenta, para otros, el Papa en su papel de Vicario de Cristo y su condición de huésped del Gobierno cubano, cumplió el cometido que le corresponde en su visita pastoral.
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En EEUU el Papa enfrentará una realidad diferente a la de Cuba, pero no menos compleja teniendo en cuenta la gran expectación que tiene la comunidad inmigrante para que Francisco se ponga de su lado en un momento en el que el debate migratorio está a flor de piel ante la cercanía de las elecciones presidenciales de 2016.