sábado 15  de  febrero 2025
ECONOMÍA

Inventores cubanos: entre la necesidad y la virtud

Muchas veces los inventos son soluciones a problemas cotidianos, pero también responden a necesidades de la gran industria, incluso en sectores estratégicos

LA HABANA.-dpa

"La necesidad crea el invento", asegura el campesino cubano Carlos Caro, quien fabricó una sembradora de granos completamente realizada con piezas recicladas. La máquina está compuesta por tubos viejos y cuatro bombonas de gas colocadas boca abajo y abiertas por la tapa, por donde se echan los granos y el abono que, por la fuerza de la gravedad, caen poco a poco.

Carlos Caro fabricó una sembradora de granos completamente realizada con piezas recicladas (dpa)

Caro cultiva 14 hectáreas utilizando la máquina que con una cuña en forma de uve va abriendo el surco, mientras por detrás dos piezas lisas lo van cerrando una vez caen el frijol y el abono.

"La máquina lo hace todo al mismo tiempo y el ahorro es grande, he pasado de 14 hombres que necesitaba antes a tan solo tres ahora", asegura a dpa Caro, quien calcula que fabricar la máquina a escala masiva en el país podría costar alrededor de 250 dólares por unidad.

"Aquí se importan maquinarias agrícolas de Brasil, que son muy sofisticadas y muy bonitas, pero no están pensadas para el campo cubano que tiene suelos muy duros. Esta es rústica, pero puede trabajar donde sea, en cualquier lugar", afirma Caro.

Este inventor cubano es apenas uno más de los 400.000 afiliados a la Asociación de Innovadores y Racionalizadores de Cuba (ANIR), la organización fundada en 1976 con el objetivo de promover "la iniciativa creadora de los trabajadores cubanos".

Muchas veces los inventos son pequeñas soluciones a problemas cotidianos, pero también responden a necesidades de la gran industria, incluso en sectores estratégicos.

En 1997 se hizo la primera perforación horizontal en Cuba con tecnología nacional. El resultado fue que en apenas tres años se pasó de las 200.000 toneladas de petróleo de producción anual al millón de toneladas de extracción.

La perforación horizontal evita colocar plataformas en el mar, que son más costosas y necesitan ser compradas a empresas extranjeras e importarlas a la isla, asegura a dpa Jesús Río, especialista principal de geología de la empresa estatal Cupet en la zona occidental del país.

Jesús Río consiguió, con materiales cubanos, el ensamblaje de los taladros que se colocan en la costa y, mediante un sistema hermético de recolección, entran en el mar. Mientras, los técnicos van dirigiendo la dirección hasta las bolsas de petróleo.

Los pozos de extracción se encuentran a lo largo de la costa norte del país, desde la ciudad de La Habana hasta el centro turístico de Varadero, a lo largo de más de 140 kilómetros de litoral.

Los inventores cubanos buscan soluciones a la gran industria, pero también a los pequeños problemas cotidianos a los que se enfrentan las familias cubanas. Por ejemplo, cuando se rompe un ventilador o un calentador de agua importado y no se consiguen piezas originales de repuesto.

"Las soluciones están dirigidas principalmente a la recuperación de la vida útil de los equipos del hogar, mediante la adaptación y fabricación de piezas de repuestos que resuelvan las afectaciones y sustituyan importaciones", asegura Otto Molina, de la Empresa de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar de la central provincia de Cienfuegos.

En la empresa han puesto en práctica 72 soluciones para los principales problemas de aires acondicionados, ventiladores, cocinas eléctricas, ollas arroceras y refrigeradores, entre otros electrodomésticos utilizados en el hogar.

Vicente Hernández lleva 56 años trabajando de mecánico en la compañía de ferrocarriles cubanos y creó una planta para probar todos los equipos de las locomotoras chinas, las rusas desde la época soviética, e incluso las Westinghouse norteamericanas.

Al principio el equipo lo movían entre varios trabajadores, empujándolo como si fuese una carretilla por los raíles, pero con todos los complementos que le ha ido incorporando ahora la planta pesa más de dos toneladas y tienen que moverla impulsada por una vagoneta.

Todas las partes de este "Frankenstein" de equipo las ha ido formando con las piezas que se ha ido encontrando en el taller ferroviario a donde Hernández entró cuando apenas tenía 15 años.

El invento es capaz de comprobar el funcionamiento de los frenos, la aceleración de las locomotoras y hace también el control de calidad antes de salir de nuevo a recorrer las vías cubanas. La máquina "es única en Cuba y en el mundo", asegura el inventor.

El equipo está incluso diseñado para poder trabajar ahora que las empresas estatales tienen recortes del 25 por ciento del consumo energético. "No gasta electricidad propia, porque utiliza la que genera la locomotora cuando arranca", dice con orgullo a dpa Hernández. "Ahora dicen que estamos en crisis, pero nosotros trabajamos igual", señala Hernández, quien podría ser un ejemplo de como en la isla los mecánicos agudizan el ingenio ante las dificultades.

Recientemente el Gobierno cubano firmó con la compañía Sinara de Rusia la compra de 75 locomotoras entre los años 2017 y 2021, y la reparación de igual número de estos equipos en el mismo período. "Yo ya tengo el sistema de ellos, es el mismo que el de 1964 cuando entraron en Cuba las locomotoras soviéticas TEM 4 y ellos mantienen todavía ese equipo, porque es un equipo bueno", apunta.

"Los chinos, esos sí que te están cambiando cada ratico los equipos, todos los años vienen distintos ¿para qué? Para que tú les tengas que estar comprando siempre piezas nuevas, por eso dicen que son la segunda economía del mundo", asegura Hernández. 

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