ROSA TANIA VALDÉS
Especial
El foro de la fuerza política que rige el poder del Estado en Cuba sirvió para dejar en claro que la casta gobernante no cederá espacios
ROSA TANIA VALDÉS
Especial
El VII Congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba concluyó el martes con fuerte y claro mensaje de inmovilismo a los que fuera y dentro de la isla esperaban grandes cambios al sistema imperante en la isla caribeña.
Desde la apertura del foro partidista el sábado, llovieron las señales para indicar, -por ejemplo,- que ni el pluripartidismo, ni los ricos son bienvenidos en la isla gobernada desde hace medio siglo por el exmandatario Fidel Castro y su hermano, el general Raúl Castro.
Pero la más contundente señal llegó al cierre de la reunión, cuando fue anunciada la reelección de los octogenarios Raúl Castro, de 84 años, y José Ramón Machado Ventura, de 85 años, como primer y segundo secretarios del Partido Comunista, respectivamente, en los próximos cinco años.
"La generación histórica entregará a los pinos nuevos las banderas de la Revolución y el socialismo sin el menor atisbo de tristeza o pesimismo, con el orgullo del deber cumplido", dijo Castro, probablemente aludiendo al próximo congreso previsto para el 2021.
Muchos esperaban que, tal vez, fuera ascendido a primer o segundo secretario del PCC el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, de 55 años, y potencial sucesor de Castro cuando deje su cargo en el 2018, según ha anunciado.
La bloguera y disidente cubana, Yoani Sánchez, tuvo una inmediata reacción.
“La llamada generación histórica pierde una oportunidad (…) la última”, escribió Sánchez en su cuenta en Twitter.
“El VII Congreso del Partido Comunista ha traído escasas propuesta y una vuelta de tuerca al discurso del enemigo EEUU”, agregó.
Otro signo de los tiempos que corren en Cuba fue la reaparición de Fidel Castro al cierre del congreso. Vistiendo chándal deportivo de color azul, Castro leyó un breve discurso.
"A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta se trabaja con fervor y dignidad", dijo el exgobernante, aludiendo a que en agosto cumplirá 90 años.
Reactivan discurso antiestadounidense
La reunión reavivó la retórica antiestadounidense pese al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los viejos enemigos.
Esta vez fue el canciller, Bruno Rodríguez, quien arremetió en una de la sesiones del congreso contra la histórica visita del presidente Barack Obama a Cuba en marzo, catalogándola de “ataque” a la nación.
“Aquí hubo un ataque a fondo a nuestra concepción, a nuestra historia, a nuestra cultura y a nuestros símbolos”, dijo Rodríguez en una de las sesiones del congreso.
“Obama vino a presentarse aquí, a encandilar al sector no estatal de la economía, como si fuera no el defensor de las grandes corporaciones sino el defensor de los que venden perros calientes, de los pequeños negocios en Estados Unidos, que no es Obama”, agregó.
Disidentes consultados dijeron que se trata de intentar reducir el efecto positivo que dejó la visita de del Presidente de EEUU a la isla, incluyendo un discurso que fue televisado y en el que Obama halagó a los nuevos emprendedores cubanos y les mostró el apoyo de su Gobierno.
La economista, Karina Gálvez, residente en Pinar del Río, dijo a Martí Noticias que el Gobierno de Castro demostró que está complemente a la defensiva y busca tranquilizar a los más conservadores del partido.
“Es todo muy contradictorio y denota el temor a los cambios, porque ya no tienen tanto poder como aparentan”, comentó Gálvez.
Cerrado congreso
Alrededor de 1.000 militantes, de más de 670.000 que integran el único partido político legal en Cuba, asistieron a la reunión que como es costumbre, aprobó por unanimidad documentos que reiteran el carácter “irreversible” del socialismo cubano.
Los participantes analizaron la implementación de un plan de más de 300 reformas económicas aprobadas en el 2011, -entre ellas la ampliación del sector privado y cooperativo-, del que según cifras oficiales solo el 21% están funcionando.
El lunes fue dada a conocer una resolución que adopta las principales propuestas de Castro, incluyendo la necesidad de acelerar el programa de reformas económicas adoptadas en 2011 y que sólo se han aplicado parcialmente.
El Partido incluyó 50 nuevas reformas, pero no ofreció detalles.
Entre las nuevas medidas se anunció un plan para construir 108.000 nuevas habitaciones de hotel en los próximos 14 años para hacer frente a la nueva demanda turística del país, luego de que Cuba y Estados Unidos restablecieron relaciones diplomáticas
La prensa extranjera acreditada en Cuba informó que no fue invitada al evento, cuyo momento final tampoco fue televisado en vivo a la nación.
¿Hasta el 2018?
Raúl Castro ha reiterado que gobernará Cuba hasta el 2018 con la vieja guardia del Partido Comunista de Cuba, aunque al igual que su hermano Fidel, de 89 años, seguirá influyendo en las decisiones del sistema de partido único.
El nuevo Comité Central y su Buró Político lo continuarán integrando hasta el 2021 varios de los funcionarios que han permanecido en puestos clave del Gobierno desde la revolución de 1959, entre ellos el también octogenario comandante, Ramiro Valdés.
Entre las pocas novedades que dejó este congreso, fue aprobada una norma que limita a 70 años la edad máxima para ejercer cargos de dirección del PCC, aunque la disposición no entrará en vigor hasta después 2021, según informaron medios locales.
"Por inexorable ley de la vida, este séptimo congreso será el último dirigido por la dirección histórica, la cual entregará a los pinos nuevos las banderas de la Revolución y el Socialismo", dijo Raúl Castro en la clausura.
Esta reunión ratificó el rol del partido comunista, -establecido en la Constitución vigente en la isla desde 1976-, como "la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", a la que se subordinan el Gobierno y el Parlamento.
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