Luis Leonel León
La joven directora cubana Jessica Rodríguez habla de su ópera prima de ficción, el largometraje Espejuelos Oscuros, donde a través de un personaje obligado a contar historias para sobrevivir, se recorren cuatro momentos de la historia de la isla.
Luis Leonel León
@luisleonelleon
Una de las películas cubanas que está compitiendo en esta 33 edición del Miami International Film Festival es Espejuelos Oscuros, primer largometraje de ficción de Jessica Rodríguez, una interesante realizadora, premiada en otros certámenes por sus cortometrajes documentales que hurgan en diferentes aspectos de la áspera realidad cubana, y que para suerte suya y de los amantes del cine de la isla, repite su participación en la gran fiesta cinematográfica de la Capital del Sol.
Como parte de la cobertura especial que DIARIO LAS AMÉRICAS realizará durante el transcurso del festival, conversamos con esta joven directora, quien contó sobre su ópera prima y lo difícil que es hacer cine independiente en Cuba, entre otros temas.
Según reveló, el guion de Espejuelos Oscuros lo escribió en sólo un mes, pero para hacer realidad la película tuvo que esperar siete años. Sobre ese largo y tortuoso camino, contó a DLA: “Lo escribí muy rápido y con mucha ilusión. Era estudiante y desconocía cuán complejo era levantar un proyecto. Después de terminar el guion buscamos fondos y subvenciones, y con dinero de premios, crowdfunding (financiación en masa o microfinanciación colectiva), y con la aportación en especies de mucha gente y empresas pequeñas, logramos sacar la película adelante”.
Rodríguez se siente cómoda enmarcando su película en el terreno del thriller psicológico, aunque no le molesta que algunos la sientan como una comedia negra. Protagonizada por destacados actores cubanos (Laura de la Uz, Luis Alberto García, Mario Guerra, Yadier Fernández), se rodó en escenarios de La Habana, y transita por cuatro épocas de la historia de Cuba.
“Sus personajes buscan sobrevivir, y para lograrlo tienen que apelar a todo tipo de artilugios: traición, muerte, mentiras, venganza. Eso sí, siempre está subyaciendo el amor”, precisó.
Antes únicamente había realizado cortometrajes documentales. Pero con Espejuelos Oscuros, la directora explora dos nuevos formatos de expresión: el largometraje y la ficción.
“La experiencia haciendo cortos documentales me sirvió mucho para llegar a mi primer largometraje de ficción. No creo que puedas lanzarte a hacer un largo sin antes experimentar un poco con los recursos cinematográficos. Es importante ir paso a paso para sentirte cómoda dirigiendo, para tener la seguridad de qué quieres hacer y cómo lo quieres hacer. Después de hacer varios documentales como Tacones Cercanos, ¡Crac! y Ahlam, donde evité la típica entrevista del reportaje y me dediqué a conocer y explorar el lenguaje cinematográfico, me sentí lista para rodar Espejuelos Oscuros. Ya sabía dónde quería poner la cámara, qué quería hacer con el arte, y también estaba más acostumbrada a dirigir a varias personas, pues aunque mis personajes en los documentales no eran actores, sí tuve que dirigirlos un poco porque hubo puesta en escena y muchas recreaciones”, comentó.
El dilema del cine independiente en Cuba
Rodríguez asegura que hacer cine independiente en Cuba es extremadamente difícil.
“Hay que tener muchas ganas, mucha paciencia. Estás un poco a la buena de Dios. Los recursos con los que cuentas son muy escasos, y no dispones de toda la infraestructura que está creada para hacer películas, por lo cual es todo más incómodo; los medios limitados y todas las gestiones más demoradas”, expresó.
Pero no todo es calamidad a la hora de realizar cine independiente en la isla.
“Entre las cosas buenas de hacer esta película de forma independiente, trabajé con un equipo talentoso de gente joven, elegido por mí, todos amigos. Nadie me impuso nada. Conté la historia que quería contar y como la quería contar. Hice mi película respondiendo a mí misma, no a ninguna institución. Y lo peor que tuvo, según creo, fue la precariedad de la forma de producir, que aunque no se nota en la pantalla, porque para nosotros es muy importante hacer un cine independiente de calidad, el día a día en el rodaje es mucho más difícil e incómodo. No tienes a tu disposición una infraestructura creada por años para que la producción de cine sea confortable”.
A la pregunta sobre las limitaciones para crear de manera independiente en Cuba, respondió: “Creo que hay modos de hacer la película que quieras. Que luego se vaya a distribuir o a comercializar en Cuba, ahí sí ya tienes que pasar por el aro de la institución”.
Mujeres apasionadas y a la vez enrarecidas
Esperanza, Marlene, Adela y Dulce son personajes de ficción con grandes conflictos.
“Son apasionadas y a la vez enrarecidas. He querido hacer una película divertida, que deje al espectador postrado en la silla la hora y media que dura, y a la vez poner mi marca personal jugando con todas las posibilidades de expresión que da el cine. Creo que también he querido divertirme haciendo la película y probando cosas. Son mujeres de las que todos hemos oído hablar, roles que se han tocado ya en el cine anteriormente y en la literatura, pero mis chicas no son perfectas, son heroínas a su manera”, resaltó.
Sobre si cree o no en el relato oficial de la historia nacional, la realizadora contestó: “Lo único que se cuenta con fidelidad a la realidad, no sólo en Cuba sino en el mundo entero, son las fechas históricas. La historia es muy subjetiva porque a la vez de que es contada por humanos, tiene siempre algo personal, algo de parcialidad y empatía hacia un bando u otro. No pretendo contar la verdadera Historia de Cuba, porque cada cual la ha vivido de una manera diferente, hombres y mujeres, vencedores y perdedores, blanco y negros, ricos y pobres. Yo quería en Espejuelos Oscuros jugar a cambiar los roles, a contar la historia del día a día, con personajes humanos, buenos y malos de ambos bandos. Quería también jugar a prescindir de ese aura de heroicidad y santidad con que históricamente se ha dotado a muchos personajes icónicos”.
Igualdad de género en la pantalla grande
El tema de la mujer cubana está presente en varias de sus obras. Sobre qué tipo de mujeres sueña o desea para el futuro inmediato de su país, reveló: “No sueño con la igualdad de hombres y mujeres porque no somos iguales. Por suerte somos diversos. Sueño con la igualdad de oportunidades. Sueño con una sociedad donde no se juzgue a la mujer por sus cualidades físicas sino por su capacidad, donde no se juzgue a las mujeres por su cantidad de parejas sexuales. Sueño con mujeres que apoyen y deleguen poder en otras mujeres en vez de juzgarlas. Con mujeres altamente implicadas en la política, con mujeres directoras de cine, con mujeres directoras de fotografía… Me interesa el cine hecho por hombres y por mujeres. Me interesa el buen cine, más allá de cual sea el género del director. Pero en Cuba sólo cuatro mujeres han dirigido un largometraje de ficción y en Hollywood se estima que sólo el diez por ciento de los directores son mujeres. Las cifras rompen corazones. Algo hay que hacer para acercar a las mujeres a la dirección”.
Según la realizadora, la colaboración durante el rodaje se dio de forma natural.
“Lo más fácil de Espejuelos Oscuros fue el trabajo en equipo. Todos nosotros somos una familia. Somos hermanos y hermanas. Surgieron grandes amistades a raíz de la película. Era la ópera prima de muchos jefes de equipo, y se trabajó con mucha ilusión, compañerismo, respeto y consideración. Fue una experiencia humana increíble”, expresó.
Aunque también enfrentaron retos
“Pasamos por muchas cosas difíciles para lograr el filme, tan difíciles que están todas a la par. No podría quedarme con una. Levantar un proyecto independiente requiere de un esfuerzo titánico. Cada día del rodaje pensaba que sería el último. Y cuando acabas el rodaje, solo has empezado, pues tienes que enfrentas a la edición, el color, la postproducción de sonido, los calendarios de festivales, reuniones con agentes de venta y posibles distribuidores. Es bien azaroso si trabajas fuera de la industria, pero tiene su recompensa. El día del llamado final, cuando dimos el último corte, todos lloramos y nos abrazamos. Empezamos a cantar una canción tras otra. No sé cuánto cantamos y aplaudimos antes de ponernos a recoger las luces y toda la utilería. Fue muy emocionante”.
De la exhibición de Espejuelos Oscuros en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en La Habana, guarda un emotivo recuerdo.
“El cine Yara había cerrado por capacidad media hora antes de la proyección y me viene a buscar una acomodadora. Me dice que la actriz protagónica está fuera. La acompaño y veo nada más y nada menos que a una señora como de 85 años con un andador. La acomodadora me miró y me preguntó si era la actriz principal. Me conmovió tanto que una persona tan mayor hiciera semejante sacrificio para venir al cine a ver mi película que le dije que sí, que era ella la protagonista. La señora me hizo un guiño, y ese momento lo guardo como uno de los mejores de mi vida”.
Rodríguez se siente muy emocionada de poder exhibir su película en Miami.
“Aquí hay muchos cubanos y, por nuestras experiencias en el Festival de La Habana, sabemos que nos gusta nuestro cine. Las películas cubanas son las que más salas llenan en la isla. Creo que tener acceso a Espejuelos Oscuros y también a El acompañante, dos filmes cubanos independientes, es una novedad, o por lo menos una oportunidad no muy frecuente en Miami. También creo que venir al cine es una manera de apoyar las producciones independientes en Cuba”.
Además de sus películas, ha escrito la novela La bestia y el pueblo, publicada por Orfeo Ediciones (Madrid) luego de ganar el Premio de Escritores Noveles. Una historia también protagonizada por una mujer.
“Es la vida de Rosa, una mujer que se dedica a investigar varios robos y violaciones en un pueblo de Cuba en los años sesenta. Es una búsqueda de sí misma en una sociedad nueva a la que no sé adapta, dónde se cuestiona dónde va a quedar su fe y religiosidad ante los nuevos valores que comienzan a manejarse”.
Reveló que cuando escribe lo que más suele motivarle o perturbarle es “hacer que la historia avance”. Actualmente se encuentra en Madrid, escribiendo otra novela.
“Se llama Hambre y el proceso está siendo muy emocionante y divertido. Escribir literatura de ficción es más personal, porque no necesitas a un equipo entero para contar tu historia. Pero es también más solitario”.
“Me gustaría vivir y crear en Cuba, pero actualmente tengo compromisos en España, que también me gusta mucho”.
Espejuelos Oscuros se presenta el miércoles, 9 de marzo en el Tower Theater de La Pequeña Habana a las 9.30 pm, y a esa misma hora el viernes 11 en el Cinépolis de Coconut Grove.
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