viernes 29  de  marzo 2024
opinión

El puñal de Bruto no ha llegado al Kremlin bolchevique cubano

Del mismo modo en la esfera económica continúa la centralización y planificación de la economía. Aunque dieron un pequeño espacio a la propiedad particular, su existencia es efímera, pues puede desaparecer cuando el régimen castrista lo estime conveniente al estilo de la Nueva Política Económica de Lenin-Stalin de 1921
Diario las Américas | OSCAR ELÍAS BISCET
Por OSCAR ELÍAS BISCET

El régimen de Castro después de seis décadas en el poder del país no ha realizado una variación esencial en la esfera política ni económica. Aún sigue el monopartidismo del Partido Comunista y el control de este sobre la administración gubernamental del país y del Estado. Incluso por la nueva jurisprudencia es el único partido legal.

Del mismo modo en la esfera económica continúa la centralización y planificación de la economía. Aunque dieron un pequeño espacio a la propiedad particular, su existencia es efímera, pues puede desaparecer cuando el régimen castrista lo estime conveniente al estilo de la Nueva Política Económica de Lenin-Stalin de 1921.

El régimen de Castro Díaz-Canel persiste en el continuismo de un gran embuste. Al castrosocialismo de su fracaso es imposible sacarlo y que resurja en un sistema próspero y protector de los derechos humanos y las libertades fundamentales. El continuismo de Díaz-Canel es incompatible con la felicidad de los cubanos, solo esto es posible cuando este sistema descanse infinitamente en la paz de los sepulcros, como su progenitor y sus hermanos ideológicos europeos: la Unión soviética y el bloque socialista oriental, pues su puesto oficial es en la letrina de la historia.

Tal es el fracaso de la dictadura comunista que después de sesenta años del poder totalitario en el país y sin oponentes oficiales, el designado mandatario Díaz-Canel anunció ante la dócil y controlada Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (ANPP) que ahora es que van a legislar y fortalecer la legalidad para hacer realidad las preocupaciones de las personas en relación al racismo, la violencia hacia la mujer y el maltrato animal. Inclusive, aún vigente el rechazo popular, quiere imponer la ideología de género.

La tiranía de Castro sustituyó a fuerza de bayonetas y no de derecho a la República de Cuba, 1902-1959. En la república desde su comienzo se abrogó la violencia animal, se suspendió las corridas de toros y las peleas de gallos, más adelante se aseguró la igualdad de género en el voto, el maltrato a las mujeres era sancionado y por las constituciones de 1901 y 1940 todas las personas sin importar la raza tenían los mismos derechos y aunque habían reminiscencia de discriminación racial y otros problemas sociales, estas iban en resolución por la vivencia de los cubanos en democracia y libertad.

La realidad del socialismo es una, la distribución de la miseria bajo su seudo teoría científica que convierte a toda la población a la pobreza, por supuesto, exceptuándose los dirigentes comunistas. La situación de la Cuba de Castro Díaz-Canel está tan mala que muchísimos cubanos prefieren arriesgar sus vidas en la emigración por las selvas de Centroamérica y en el mar del Estrecho de la Florida.

El designado Díaz-Canel sigue empeñado en su fanatismo comunista de imponerle este sistema agotado, corrupto e inviable a la población cubana. Incluso en su reciente discurso de fin de año en la ANPP ordenó festejar y con alegría, no sé si por asegurar ya su cargo antes sus enemigos partidistas, como los comandantes Ramiro Valdés y Machado Ventura; pues el pueblo cubano sigue en la miseria y la única contentura posible sería la alegría del esclavo.

Del mismo modo, en ese discurso de fin de año habló que en ese tiempo le tiraron a matar pero los dejos en sus palabras: “Nos tiraron a matar y estamos vivos. ¡Vivos!, celebrando y empeñados en seguir ganando”. ¿Eran estas palabras en referencias a los comandantes Ramiro y Machado?, también estos quieren el poder del partido comunista, del país y del Estado.

Por supuesto, ni a Fidel ni a Raúl y mucho menos a Miguel Díaz-Canel Bermúdez han sufrido alguna vez rasguño en su piel por el puñal justiciero y libertador de Bruto. Fidel Castro tenía tanto miedo que usa un traje blindado en todo su cuerpo y hasta la gorra era antibala. Raúl también. Estos tiranos no son bendecidos por el Dios Bíblico, están o estuvieron en ese poder como faraón de Egipto de Moisés, para demostrar su grandeza divina a su tiempo. ¡Ay Padre Eterno!, si tuviera misericordia que fácil sería el proceso cubano a la libertad.

Estoy seguro que si a los tiranos cubanos les hubiera caído un cohete en su cuarto y en su cama, como fue con Gadafi o en sus carros a la manera de Qasem Soleimani, u oportunamente, el puñal de Bruto hubiera llegado hasta ellos, no actuarían con tanta prepotencia y arrogancia en sus conductas diarias. ¡Qué es eso de invadir y ocupar un país como Venezuela! O hacer ataques sónicos o de salud a ciudadanos americanos, o el anuncio navideño de Díaz-Canel de enviar sus turbas de maleantes en los barrios contra activistas humanitarios pacíficos.

En realidad Díaz-Canel y sus secuaces aún no les han tirado a matar; pero van a concebir ese sentimiento de temor cuando una multitud de ciudadanos rodeen sus sedes de gobernanzas y sus casas en la insurrección primaveral por los derechos humanos y la libertad del pueblo cubano. Entonces sí celebraremos con alegría sincera y orgullo nacional porque Cuba será libre.

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