Este ADN simbólico no es otra cosa que un conjunto de prácticas normalizadas, protegidas por la impunidad y la manipulación social, que han permitido a esta casta parasitaria saquear recursos, perpetuar la miseria y destruir el tejido social.
El verdadero cambio comienza desde las bases: pequeños esfuerzos colectivos que recuperan el sentido de comunidad y exigen una participación activa y transparente
Este ADN simbólico no es otra cosa que un conjunto de prácticas normalizadas, protegidas por la impunidad y la manipulación social, que han permitido a esta casta parasitaria saquear recursos, perpetuar la miseria y destruir el tejido social.
Por PhD Roberto Ramírez Basterrechea. Doctor en Economía Política, experto en Gestión Pública Digital
El problema no es solo la existencia de los corruptos, sino el sistema que los protege y alimenta su perpetuación. En Venezuela, una clase parasitaria ha tejido una red de corrupción tan profunda que demanda una acción quirúrgica: una microcirugía ética para extirpar el ADN corrupto que ha paralizado al país.
No estamos hablando de un problema reciente, sino de un cáncer estructural que, si no se aborda con precisión, seguirá mutando y devorando las esperanzas de una sociedad agotada.
El ADN de esta clase parasitaria está compuesto por tres genes clave:
Para extirpar este ADN corrupto, necesitamos:
La microcirugía ética no es un proceso fácil ni rápido, pero es absolutamente necesario. Extirpar el ADN corrupto de la clase parasitaria no solo significa eliminar a los actores responsables, sino también reconstruir un sistema donde la transparencia, la justicia y el bienestar común sean los pilares fundamentales.
El verdadero cambio comienza desde las bases:_ pequeños esfuerzos colectivos que recuperan el sentido de comunidad y exigen una participación activa y transparente. Estas acciones individuales y locales son el bisturí que puede desmontar las estructuras de corrupción y devolver el poder a quienes realmente lo merecen: los ciudadanos.
La sociedad venezolana ha demostrado una resiliencia extraordinaria frente a la adversidad. Ahora, más que nunca, necesita un liderazgo transformador que actúe como el cirujano ético, guiando a la nación hacia una recuperación moral y estructural.
*PhD Roberto Ramírez Basterrechea*
Doctor en Economía Política, con amplia experiencia internacional en Smart City, Smart Government y Participación Digital Ciudadana. Profesor universitario, consultor senior y líder en iniciativas de desarrollo sostenible, transformación digital y planificación estratégica.
FUENTE: PhD Roberto Ramírez Basterrechea