La ciudad natal de Mao Zedong seduce a cientos de miles de nostálgicos visitantes
Grandes filas para entar a la casa museo
ESPERANZA CALVO
PEKÍN. En el estacionamiento de la estación de tren en Shaoshan, China, el pueblo natal de Mao Zedong, descansan flamantes coches de alta gama frente a un retrato del Gran Timonel, exactamente idéntico al que preside la Plaza de Tiananmen en Pekín. Si pudiésemos eliminar los autos, podríamos retroceder 60 años. Pero de pronto una caravana de autobuses entra en escena y un ejército de mujeres con micrófonos ajustados a la cabeza aparece, justo a tiempo para recibir a los primeros turistas del día. n u201cOferta, oferta, excursión por 100 yuanes (16 dólares) u201d corean. u201cLes llevamos a la Estatua, a la Casa, y al Museo de Mao Zedong. La comida está incluida u201d repiten.
nEl tren viene abarrotado y poco a poco los turistas rojos se van subiendo a los autobuses. u201cEste primer grupo es de 40 personas u201d explica Katie Wen, nuestra guía. En su solapa, como buena paisana de Mao, lleva un pin con su rostro. Una imagen que nos empuja a pensar inmediatamente en las insignias con los rostros de Kim Il Sung y Kim Jong Il que llevan todos los norcoreanos. En cuanto arranca el autobús, comprobamos que no hay otro lugar en la China actual que se parezca más a Corea del Norte, aunque en este paraíso de turismo de masas el parecido comienza y termina en el culto al líder. u201cA la izquierda pueden ver la estatua del camarada, mide 12.26 metros y coincide con la fecha de su nacimiento el 26 de diciembre u201d, anunciaba. n
Cumpleaños n Apenas queda un mes para que se celebre por todo lo alto el 120 aniversario del nacimiento de Mao, una fecha que en este pequeño pueblo, escondido entre las montañas de Hunan, se festejará por todo lo alto. Y no sólo porque sus paisanos no olvidan a su vecino más ilustre, sino porque el año pasado esta provincia ganó 4,6 mil millones de dólares gracias al turismo rojo. Se espera un aumento de hasta un 20% en los ingresos generados por los visitantes en 2013, lo que ha permitido a las autoridades anunciar un ambicioso plan de inversión para que todo reluzca de cara al aniversario. Entre otras cosas, se renovará la carretera por la que se accede a la estatua gigante de Mao, nuestra primera parada. Todos los autobuses se vacían y los turistas acuden en masa a presentar sus respetos al camarada mediante una solemne reverencia en la que algún nostálgico de otras épocas incluso deja escapar unas lágrimas.
nDesde allí, el grupo se encamina a la casa natal de Mao, rodeada de un idílico lago donde brilla el amarillo intenso de las flores de colza. Una cola eterna rodea el recinto y se tarda más o menos una hora en poder entrar. u201cDurante el Año Nuevo chino, cuando más turistas vienen, se puede tardar hasta 4 horas u201d explica Jack Lee, del Departamento de Turismo de Shaoshan. u201cEsta es la casa donde nació el Presidente Mao el 26 de diciembre de 1893, aquí pasó su juventud, se bañó en este lago. La gente viene a recordarle, a inspirarse en su figura y en su legado u201d concluye este funcionario miembro del Partido Comunista Chino que habla con gran fervor de la titánica labor emprendida por Mao durante la revolución para sacar al país de la pobreza a las puertas de la casa que le vio nacer, el lugar preferido por los turistas rojos para posar ante la cámara y llevarse un recuerdo a casa. n Reflexiones n A pesar de la revisión oficial que el propio Partido Comunista hizo de la Revolución Cultural y del Gran Salto Adelante tras la muerte del dictador el 9 de septiembre de 1976, sus fieles seguidores prefieren destacar que Mao sacó a millones de compatriotas de la pobreza. Nunca mencionan que también se le considera el responsable directo de la muerte de millones de chinos. n Entre los 120.000 paisanos de Mao que viven en Shaoshan tampoco abundan los críticos, pero no sólo por cuestiones ideológicas. En su pueblo natal, Mao es sinónimo de negocio y en cualquiera de las tiendas de recuerdos que están por todas partes se puede comprar a Mao en bronce, en papel o impreso en una camiseta. Mao cuelga en llaveros, en los cuadros de miles de familias chinas y en medallas al cuello que recuerdan a los escapularios de las vírgenes. n Todo tiene que estar listo para el 26 de diciembre, cuando se cumplen los 120 años del nacimiento de Mao. La localidad de Shaoshan se prepara para organizar un evento multitudinario, en el que casi seguro que el presidente Xi Jinping ocupará un lugar destacado en las celebraciones. Por el momento, no es probable que Xi sea el que descuelgue el retrato de Mao de la Plaza de Tiananmen.