En Irlanda, la gentileza de los caballos invita a cabalgar por las verdes praderas que están salpicadas de hermosos castillos de antaño
Irlanda. dpa. A unas 90 millas al sudeste de Dublín, la capital irlandesa, el color verde del pasto cubre las praderas y la práctica de la equitación es un tentador componente que atrae la atención de los viajeros y todo aquel que desee conocer la vida serena de la isla europea.
u201cEn verano vienen niños y adolescentes a nuestra escuela de equitación a montar a caballo u201d, comentó Mark Molloy, dueño del Crossogue Equestrian Centre, un afamado centro de equitación.
","De hecho, el lugar cuenta con experimentados jinetes, así como un terreno habilitado con obstáculos que permite la práctica de saltos.
","El señor Molloy asegura que los caballos de la raza irlandesa Hunter son muy apropiados para estos tipos de paseos. También hay ponis y yeguas que forman parte de la cría purasangre que acoge en su finca.
","Partiendo de este lugar, encontramos un circuito único dado por fértiles praderas salpicadas de pueblos, ruinas, castillos y monasterios que nos acercan al bagaje histórico del país.
","Por otra parte, cerca de la pequeña localidad de Adare, está el Clonshire Equestrian Centre, dirigido por Sue Foley, uno de los centros de equitación más grandes del país.
","u201cLos visitantes vienen sobre todo a practicar los saltos, además de conocer la zona u201d, mencionó la experta en hipismo, quien aseguró que si el visitante pone de su parte, aprende a trotar, galopear y saltar rápidamente.
","El truco del salto ecuestre consiste en guiar el caballo lentamente antes de llegar a la valla, que aumenta de tamaño según avance el jinete.
","Una vez que aprende a saltar, pasa al salto de los obstáculos naturales. u201cEl caballo irlandés es muy gentil. Ayuda a los jinetes principiantes y perdona los errores u201d, aseguró Foley.
","En esta zona, también hay ruinas de edificaciones medievales y castillos muy bien cuidados, como el Mount Juliet, construido en el siglo XVIII, donde hoy encontramos un lujoso hotel con campo de golf y caballeriza.
","Tras el paseo, llega la hora del té. Prácticamente todos acuden al salón reservado para la ocasión. Además de la aromática infusión, hay sándwiches de pepino, repostería fina y una amplia ventana por la que se pueden apreciar los potros dormitando sobre al amplio césped.
A tomar en cuenta
nLa mejor época para montar a caballo y disfrutar el color verde de las praderas son los meses de abril a octubre.
n nCómo llegar n
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