sábado 10  de  mayo 2025
El corazón

Una bomba que palpita y padece

Desde las épocas más remotas el corazón ha sido no sólo el motor que impulsa el cuerpo, sino el símbolo del pensamiento emocional

El corazón es la máquina más perfecta del cuerpo humano, y su latido es la señal inequívoca de que estamos con vida. Tiene el tamaño aproximado de un puño, es hueco y tiene forma de pera, se sitúa en medio del tórax, y para poder comprender mejor cómo funciona, tendríamos que describirlo como una bomba aspirante e impelente que recoge la sangre del organismo, la lleva a los pulmones para oxigenarla y, posteriormente, bombearla de nuevo.

Está dividido en cuatro cámaras o cavidades: dos superiores, llamadas aurícula derecha y aurícula izquierda, y dos inferiores, llamadas ventrículo derecho y ventrículo izquierdo. Este órgano, que controla todo el aparato circulatorio del cuerpo humano compuesto de venas, arterias y capilares, es un mecanismo exacto, pero frágil, no en vano las enfermedades que lo afectan siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo.

La hipertensión arterial, las arritmias cardiacas, las enfermedades coronarias, la insuficiencia Cardiaca y las dolencias en las venas son las más comunes y afectan a un porcentaje impactante dela población global.Estas son generalmente producto de una dieta malsana, la inactividad física, y el consumo de tabaco y alcohol. Aunque también hay una serie de determinantes como la globalización, la urbanización y el envejecimiento de la población, la pobreza y el estrés.

Según las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, 17 millones de personas fallecieron en 2011 a causa de un problema cardiovascular, es decir, tres de cada 10 muertes se debieron a un infarto o a un accidente cerebrovascular.
n
Corazón y las emociones n

Pero el corazón es mucho más que sólo el órgano rector de la función circulatoria, es también el símbolo de lo que sentimos, el albergue de nuestras emociones. Para comprender el por qué debemos remontarnos a la antigua Grecia, época en la que se creía que el corazón era la sede de todo, de hecho, Aristóteles, sostenía que este lo controlaba todo: la razón, nuestra emoción, e incluso nuestros pensamientos discursivos. Los egipcios, por su parte, pensaban que el corazón contenía la esencia vital del alma.

Se nos ha enseñado con insistencia que el cerebro es donde se procesa todo lo que nos sucede, pero ciertas respuestas fisiológicas a las emociones nos conectan con el corazón, y es que a medida que el cuerpo se prepara para algo interesante, la frecuencia cardiaca y el flujo sanguíneo aumentan, lástima que los estudios científicos sugieran que la frase u201cte amo con todo mi corazón u201d es prácticamente una mentira porque esa bomba, diseñada exclusivamente para mover la sangre, no está pendiente de eso.
Temas

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar