jueves 28  de  marzo 2024
OPINIONES DIVIDIDAS

El cambio de mentalidad, una piedra en el zapato

El problema no es el sistema como tal, que tiene responsabilidades con los ciudadanos pero también obligaciones. “Hay que cambiarle la mentalidad a la gente, tienen que entender que tener rezagos de capitalismo no es necesariamente malo

LA HABANA.-RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe

FOTOS RUI FERREIRA

La burocracia en Cuba es el gran lastre de la revolución. La mentalidad de los burócratas es de hecho, el gran adversario de las reformas. Es una de las cosas que queda clara cuando se comienza a conversar con la gente en la isla y muchos ciudadanos se quejan de ello.

Como todo en la vida, las opiniones respecto a este tema están divididas, y cada bando parece tener un argumento muy fuerte sobre el asunto. Para algunos es al gran cáncer del país, que fue creado por el sistema durante los últimos 50 años. Ahora, para sobrevivir, quieren verse libres de la carga de empleados estatales, principalmente en oficinas y dependencias políticas.

En la Rampa, Calle 23, un joven cuentapropista vende anillos, cadenas y medallitas de oro.

Cuando la cúpula gobernante propuso sus primeras iniciativas sobre la reducción de la máquina estatal, el plan del Gobierno era sacar de la plantilla gubernamental por lo menos a 1,5 millones de empleados. Cuando lo intentaron, pensando que la mayoría iba a migrar hacia la incipiente iniciativa privada, se dieron cuenta de que no había espacio ni estructuras para todo el mundo. “Fue como un embudo, no había. Todavía no hay dónde meternos a todos. Esa es la realidad”, explica Odalys Serguera, una empleada de una tienda estatal donde trabajan cinco colegas pero con dos se resolvería el problema. Casi no vende nada.

En su opinión y en la de muchos otros, una solución sería la apertura de más espacios para la iniciativa privada, la creación de más permisos en una mayor variedad de trabajos por cuenta propia.

Un puesto de venta de artesanías en una feria de privados en la Rampa, Calle 23.

Habría, como expusieron muchos consultados, que llevar a cabo un cambio en la mentalidad de la gente. Sacarlas de una especie de camisa de fuerzas mental donde se han refugiado y hacerles ver que el país no sale del atolladero sin un cambio en la forma de ver las cosas. Al menos desde una perspectiva de empleado del Gobierno.

“El gran problema de nuestros burócratas es que le tienen miedo al capitalismo, muchos de ellos, no hablo de los dirigentes grandes, pero los cuadros intermedios, se han habituado a vivir casi sin hacer nada. En no tomar decisiones sobre nada, esperar que todo ‘venga de arriba’ y, ahora, que Raúl (Castro) lleva ya años hablando de abrir la sociedad, ser más críticos y creativos, pues nadie hace nada”, explica un periodista jubilado que pide no ser identificado.

En su opinión, el problema no es el sistema como tal, que tiene responsabilidades con los ciudadanos pero también obligaciones. “Hay que cambiarle la mentalidad a la gente, tienen que entender que tener rezagos de capitalismo no es necesariamente malo. Te puede mejorar la vida en nuestra sociedad”, afirma la fuente. Y apunta un detalle: “Muchas de las cosas que ahora los chinos nos mandan, de mucha mejor calidad que la de los soviéticos, no serían posibles si no fuera por la existencia allí de una sociedad mixta”.

Uno de los detalles que intensifica la ‘resistencia’ de la burocracia a los cambios son los salarios. Aunque se han incrementado en algunos sectores estatales lo cierto es que, a diferencia de otros estamentos de la sociedad como los trabajadores del turismo, intelectuales, empleados destacados, la inmensa mayoría sigue recibiendo sus sueldos en Pesos Cubanos y no parcialmente en el CUC, la moneda convertible nacional. “Es un motivo de descontento. Los jubilados tampoco tienen acceso a la moneda convertible y como es fácil constatar no mucho se logra en moneda nacional”, enfatiza el periodista.

Un hombre exhibe orgullosamente en una esquina del Parque Central, una moto de último modelo que ha importado.

Según el profesor universitario Enrique López Oliva, el cambio de mentalidad es algo que está siendo ‘empujado’ por el Gobierno y el partido comunista pero no es parte de la educación de la nueva orneada de estudiantes. “La gente está aprendiendo el capitalismo en la calle. Es la vida diaria que está contribuyendo a un cambio de mentalidad. Aunque tu aprendes el capitalismo rápido, lo cierto es que la gente no ve las oportunidades de desarrollarse”, subraya. ¿Qué sucede entonces? “Se están yendo del país. No ven otra posibilidad”, contesta.

El Parlamento cubano (Asamblea Nacional) abordó el tema y reconoció que los jóvenes están buscando otras áreas laborales. La vice presidenta de la comisión parlamentaria que atiende a los niños, jóvenes y mujeres, Yoerky Sánchez, “resaltó como positiva la motivación de los jóvenes trabajadores por cuenta propia, de poder aportar al presupuesto del Estado y a su vez tener la garantía de jubilación. Ellos consideran que contribuyen a la sociedad mediante sus servicios y a su vez perciben mejores salarios”, ha reseñado el diario oficial Granma.

Sin embargo, “trascendió que estos jóvenes recomiendan ofrecer una mayor cantidad de cursos de modo asequible, que los capaciten para desarrollar sus actividades, pues muchos no fueron formados para ejercer estas labores; mientras que algunos de ellos poseen nivel universitario y se encuentran ejerciendo trabajos no afines a sus especialidades”.

También muchos trabajadores del estado sienten que, al aproximarse el momento de la jubilación, sus perspectivas de futuro no son las mejores e intentan asegurar el puesto, el mayor tiempo posible. “Aquí no están contratando a los jubilados. Viven prácticamente del aire”, puntualiza el profesor universitario.

En la misma reunión del Parlamento, se habló claramente de la necesidad de proceder a un cambio de mentalidad si se quiere salir del atolladero. Según la directora general del ministerio de Comercio Exterior, Deborah Rivas, todavía falta mucho para que los funcionarios cubanos tengan una preparación adecuada, como en sus capacidades de negociar inversiones, falta una mayor auto preparación e, incluso, dominio de la ley de inversiones.

Pero Rodrigo Malmierca, el ministro de Inversiones, fue más incisivo. “La inversión extranjera no es un retorno al pasado como han juzgado algunos, sino una vía de fortalecernos económicamente. (…) la Ley, no pone en riesgo el sistema socialista”, asegura.

Sino, que es “el bloqueo mental, la falta de preparación y la excesiva cautela lo que ha impedido que buenos negocios avancen”, precisó.

Según la opinión de algunos entrevistados, uno de los que más fuerza está haciendo para promover un cambio de mentalidad es el vicepresidente del Gobierno, Miguel Díaz-Canel, considerado el sucesor del presidente Raúl Castro. En un discurso en mayo pasado en la ciudad de Bayamo, y que sorprendió a muchos, Díaz-Canel se quejó de que la prensa oficial no aborda el día a día de la población. “Hay que igualar las agendas mediáticas y públicas” en el marco de un periodismo ciudadano, en las cuales están presentes problemas, vicisitudes, motivaciones, aspiraciones, desengaños y todos los colores de la vida”, apuntó el vicepresidente.

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