lunes 25  de  marzo 2024
CRISIS ECONÓMICA

Venezolanos aseguran que cada vez pasan más hambre (+Video)

Las historias de penurias se multiplican cada día en Venezuela. DIARIO LAS AMÉRICAS recogió testimonios de la grave situación que se vive en ese país

A los extranjeros y a los venezolanos desterrados muchas veces les cuesta creer que los habitantes de Venezuela están pasando hambre en todo el sentido de la palabra. Que se acuestan sin cenar, que su dieta cada vez es más reducida, y que el arroz o las pastas desaparecieron de las despensas de alimentos, así como la leche, el aceite, los quesos, las carnes rojas y blancas.

La distorsión de la economía venezolana se manifiesta a través de una hiperinflación descontrolada; donde el sueldo mínimo es de Bs. 15.051, y un  kilo de carne se compra (cuando se logra adquirir el producto) por  más de 5.000 bolívares. Según el informe semestral Perspectivas Económicas del Fondo Monetario Internacional, publicado en abril, la inflación llegará a 700% en 2016; pero las evaluaciones mensuales la colocan en 716% en los primeros meses del año, por lo que expertos estiman que los cálculos del FMI serán superados.

Ante la escasez generalizada de productos, muchos venezolanos deben acudir a comprar a los llamados “bachaqueros” quienes revenden los artículos de primera necesidad con un sobreprecio que alcanza 1.500%, por lo que aseguran que el dinero en el país dejó de tener valor. Desde hace diez meses se implementó un sistema de regulación que asigna un día a la semana para que cada individuo compre alimentos, de acuerdo al último número de su identificación; por lo que muchas personas compran lo que encuentren el día que le corresponde, para luego canjearlo por lo que necesitan.

A propósito de un video publicado en las redes sociales, donde se muestra a una señora que de manera desesperada le explica a un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana, cómo se deterioró su calidad de vida y cómo su salario no le alcanza para alimentar a sus hijos, se consultó a personas de distintos niveles sociales para conocer la situación.

Una periodista con más de 10 años de experiencia, con dos trabajos simultáneos y con un sueldo mensual de aproximadamente 60 mil bolívares (60$ al cambio paralelo que es la única manera de adquirir divisas extranjeras) nos narró, casi con vergüenza, cómo debe inventarse para alimentar a su madre, a sus dos hermanos y a su abuela. “En estos días nos gastamos el sueldo comprando lo que logramos adquirir a los bachaqueros, y a mitad de quincena ya no tenía dinero ni siquiera para comprar un pan. Mi mamá se puso a llorar porque no tenía nada para darle a mi abuela. Es desesperante”.

Asimismo, describe cómo su mamá de 48 años se ve delgada y enferma. “La angustia de no conseguir las medicinas de mi abuela o pasar horas en cola sin comprar nada. Mi mamá se está enfermando. Me rompe el alma saber que muchas veces se acuesta con el estómago vacío”.

Esta periodista, quien pidió no ser identificada, señala que sus días libres los usa para hacer colas; ya no va al cine o tiene momentos de tranquilidad. “La gente está nerviosa, molesta. Hay mucha tensión en el ambiente”.

Otra mujer de nombre Eleonora Rodríguez de Graterol, de 53 años, afirma que ha cambiado su dieta. Compra verduras e inventa para alimentar a su familia de 5 personas, entre lo que están dos varones de 17 de años que estudian bachillerato y juegan fútbol. “Hace meses que no hay arroz. Cuando consigo harina para arepas, hago una por persona y finas para que rinda la masa. Carne podemos comer una vez cada cierto tiempo y pollo igual. El pescado es un lujo que no nos podemos dar. En las noches cuando alguno reclama por comida, trato de tenerle verduras blancas y se las hago asadas, porque no hay ni siquiera aceite para freírlas”.

Rodríguez tiene cinco sueldos. Ella es maestra jubilada, su esposo también es jubilado. Él además cobra la pensión de vejez y trabaja como mesonero en un restaurante de martes a sábado. Además, entre ambos hacen adornos para fiestas infantiles y así logran reunir algo de dinero.

“Percibimos unos 65 mil bolívares mensuales entre todos los sueldos. Uno cree que es mucho dinero y cuando vas a ver en cuatro cosas se va todo.  Es lamentable ver que algunas noches mis hijos, que están creciendo, se acuestan con hambre, sin cenar. Eso me llena de rabia y me desespera”.


Eleonora nos muestra su nevera donde apenas tiene algunas verduras (CORTESÍA)

Para Laura Cedeño, que es doméstica y cobra por día  entre mil y mil doscientos bolívares, la situación es aún peor. Puede llegar a cobrar siete mil bolívares a la semana, porque trabaja todo el sábado y medio domingo. Ella no tiene tiempo de hacer colas para comprar. A su hija, de 15 años, le toca hacer ese trabajo  y tratar de comprar algo para comer. “El almuerzo que me dan en las casas lo guardo y le llevo la mitad a mi hija. A veces no se consigue ni siquiera un pedazo de pan. Es muy triste. He perdido peso, porque no hay comida. No tengo nada en mi casa. Cuando algunas de las dueñas de casa donde trabajo, me regala algo, para nosotros es demasiada felicidad".

 

 

LEA TAMBIÉN:

 

 

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar