martes 3  de  septiembre 2024
Historia

La mayoría de las empresas en la República eran de cubanos

Los libros "Las empresas de Cuba 1958" y "Los propietarios de Cuba 1958", de la autoría de Guillermo Jiménez Soler, dan fe de esa afirmación
Por CUBANET

LA HABANA. – El régimen castrista siempre ha afirmado que antes del triunfo de la Revolución en 1959 la economía cubana estaba en manos del capital extranjero, principalmente estadounidense. Pero dos libros publicados en Cuba por la Editorial Ciencias Sociales, en 2004 y 2008 respectivamente, Las empresas de Cuba 1958 y Los propietarios de Cuba 1958, de la autoría de Guillermo Jiménez Soler, echan por tierra esta falacia.

En Los propietarios de Cuba 1958, el índice “Propietarios extranjeros residentes en Cuba” nos permite conocer que de los 550 propietarios que había, 67 eran españoles, 28 estadounidenses y 29 de otras nacionalidades, lo cual hace un total de 124. Si restamos esta cantidad al total de 550, veremos que 426 propietarios eran cubanos. La mayoría. Los números hablan por sí solos.

Ambos libros contienen una excelente compilación de datos con fichas muy completas y que requirieron una monumental investigación de Guillermo Jiménez Soler, graduado de Derecho por la Universidad de La Habana, quien fue miembro del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, del Partido Comunista, comandante del Ejército Rebelde, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, y además ocupó cargos directivos en el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Banco Nacional de Cuba.

En el prólogo de Las empresas de Cuba 1958, el economista Oscar Zanetti calificó al libro como “una obra francamente inusual”.

El autor ha explicado que en ambos libros se propuso preservar la investigación de “prejuicios ideológicos”. Por ello, como señala el economista Jorge Ibarra en el prólogo de Los propietarios de Cuba 1958, “aquí no encontraremos una pizca de teque”.

Las empresas en Cuba 1958 recoge los datos de las 1 384 grandes compañías existentes en el país al triunfo de la Revolución.

Cada ficha contiene el nombre oficial jurídico de la entidad, su actividad económica, su propietario, historia y datos económicos.

La división por sectores y ramas económicas es: Agrícola y ganadera (58), Banca (59), Comercio (324), Materiales de Construcción (28), Contratistas (57), Industria Azucarera (135), Industria No Azucarera (295), Inmobiliarias (53) Minas (37), Prensa y Publicidad (53), Seguros (41), Servicios (28), Tabaco (46), Transporte (63), Turismo (78), Otras (25). Una amplia subdivisión que abarca a 65 secciones dentro de los grupos principales.

Jiménez Soler, en la “Metodología de la Obra”, indica que “fueron excluidas la casi totalidad de las pequeñas empresas, que constituían el grueso de las existentes”.

En relación al sector del comercio señala: “Fueron excluidos los comercios minoristas de víveres (bodegas, carnicerías, puestas de frutas, etc.) o gastronómicos (cafeterías, fondas, etc.) y casi la totalidad de los comisionistas, que solo en la capital ascendían los dos primeros a cerca de 6 500 y a 700 los últimos”.

En el resto del país hubo también múltiples pequeños negocios en distintos sectores. Un estimado conservador puede estar entre 25 000 y 30 000 establecimientos.

El libro no dice cuántas de estas grandes empresas funcionan todavía, si sus productos y servicios aumentaron, disminuyeron o desaparecieron.

Los propietarios en Cuba 1958 tiene una estructura similar, con datos de los 550 dueños de esos grandes negocios, desglosados en: propiedades, cargos e instituciones a los que pertenecía, biografía, familiares propietarios y otros detalles personales y clasificados del uno al cinco, según la importancia económica de sus propiedades.

Atendiendo a esta escala, ¿qué clasificación pudiéramos darle hoy a los Castro, que a través del Grupo de Administración Empresarial (GAESA) que presidió hasta su muerte hace unos días Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, controla casi el 80% de todos los recursos rentables del país?

El autor omitió las filiales extranjeras que operaban en Cuba, tributaban a nuestra hacienda u operaban en coordinación con empresas de propietarios nacionales, lo que hacía de la economía cubana una de las más fuertes de América Latina.

Guillermo Jiménez Soler se propuso los libros “La burguesía en Cuba” y “El capitalismo en Cuba”, pero hasta hoy no han sido editados.

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