CIUDAD DE MÉXICO.- México, bajo los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, aliados de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, se ha convertido en la “principal plataforma” de guerra híbrida contra Estados Unidos a través de la migración forzada, el narcotráfico y la operación de organizaciones criminales.
El 25 de junio, en una audiencia ante el Comité de Apropiaciones del Senado de EEUU sobre el presupuesto 2026 para el Departamento de Justicia, la fiscal general Pam Bondi calificó a México, con quien la Unión Americana comparte 3,145 kilómetros de frontera por los estados de Arizona, California, Nuevo México y Texas, como un país enemigo, en igual condición que China, Irán y Rusia.
Las declaraciones de la fiscal Bondi se dieron después de que el senador republicano, Lindsey Graham, elogiara el liderazgo del presidente Donald Trump tras los ataques a instalaciones nucleares en Irán y expusiera una postura crítica hacia México por su escasa colaboración para combatir el narcotráfico, cuando gran parte del territorio mexicano está bajo control del crimen organizado.
“Creo que Donald Trump lo ha dicho alto y claro: no nos dejaremos intimidar y mantendremos a Estados Unidos seguro gracias a su liderazgo. No solo de Irán, sino también de Rusia, China y México, sino de cualquier adversario extranjero. Ya sea que intenten asesinarnos físicamente o causar sobredosis a nuestros niños con drogas, haremos todo lo posible para mantener seguro a nuestro país”, sostuvo la fiscal.
Para Carlos Sánchez Berzaín, abogado, analista político y director del Interamerican Institute for Democracy, con sede en Miami, las declaraciones de Bondi son un “reconocimiento de la realidad objetiva” de México, que bajo las presidencias de López Obrador y Sheinbaum se convirtió en la “principal plataforma” para operar la guerra híbrida contra EEUU.
“La guerra híbrida es cualquier forma de agresión para deteriorar, destruir y debilitar a un país. Y México es la principal plataforma de guerra híbrida contra Estados Unidos (...) expresada con migración forzada, con narcotráfico de cocaína y fentanilo, con operación de grupos criminales de crimen común y con carteles de la droga, entre otras cosas”, dijo Sánchez Berzaín en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Agresión a EEUU
El expresidente López Obrador impulsó durante su gobierno una política de “abrazos no balazos” para “atacar” a las mafias del narcotráfico, que terminó con casi 197,000 homicidios durante su sexenio, una cifra diaria alarmante de una víctima cada 15 minutos, según un informe de México Evalúa y del Observatorio Nacional Ciudadano. Sheinbaum, quien asumió la presidencia mexicana el 1 de octubre de 2024, continúa con la misma política de su antecesor, y líder político, aunque con leves cambios con los que promete “cero impunidad” e indulgencia a los delincuentes.
A juicio del también exministro boliviano, la “realidad objetiva” evidencia que México, durante los gobiernos de AMLO y de Sheinbaum, ha estado “agrediendo permanentemente” al pueblo de EEUU y a varios pueblos de América Latina. “Estados Unidos ha emprendido una política de protegerse y proteger a sus ciudadanos, proteger su país y su soberanía, y está identificando a sus enemigos”, precisa.
Desde diciembre de 2018, cuando López Obrador llegó al Palacio Nacional, México se transformó en un aliado estratégico de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, que ha servido de refugio para líderes socialistas de la región acusados de corrupción.
Sánchez Berzaín menciona, por ejemplo, que el gobierno de López Obrador mandó un avión a Bolivia para rescatar al líder cocalero Evo Morales, quien pretendía continuar en el poder tras la celebración de unas fraudulentas elecciones. “(AMLO) lo protege, lo pone en un ámbito de impunidad, lo lleva a México, lo trata como si fuera un héroe, lo manda a Cuba y después a la Argentina de los Fernández Kirchner, que le sirven de plataforma para reinstalar la dictadura (en Bolivia, tras casi un año de exilio)”, agrega.
México, país paradictatorial
Señala, además, que México se ha convertido en un albergue de otros políticos latinoamericanos, como familiares del expresidente peruano Pedro Castillo, acusado del delito de rebelión y otros cargos en agravio del Estado por su intento de autogolpe el 7 de diciembre de 2022, y exfuncionarios del gobierno ecuatoriano de Rafael Correa (2007-2017).
Al último ecuatoriano que México intentó proteger en su embajada en Quito fue a Jorge Glas, exvicepresidente y mano derecha de Correa, quien ya contaba con dos sentencias firmes por corrupción, por los casos Odebrecht y Sobornos 2012-2016. El intento de AMLO de cobijar a Glass terminó en una crisis diplomática con Ecuador, cuando el gobierno de Daniel Noboa irrumpió en la sede diplomática para detener al exfuncionario correista ante sospechas de fuga.
Sheinbaum mantiene su política. Este 1 de julio, su gobierno insistió en una solicitud de salvoconducto para llevar a Glas a México, a pesar de que la Corte Nacional de Justicia ecuatoriana le acababa de dictar una sentencia de 13 años adicionales de prisión por un nuevo caso de malversación de fondos públicos.
Sánchez Berzaín asegura que México también alberga en su territorio a guerrilleros colombianos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que ha permitido que en circunscripciones mexicanas se instalen “verdaderos narcoestados”, a los que busca otorgarles poder judicial, además del político, con la elección de jueces celebrada el 1 de junio.
“México apoya a Irán en la agresión contra las democracias (...) Está liderando el grupo de países paradictatoriales que son sirvientes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. ¿Qué se puede decir contra eso?”, cuestiona.
Una amenaza
Aunque México no ha pasado a formar parte de la lista oficial de países enemigos de Washington, organizaciones criminales mexicanas como el Cartel de Sinaloa (CDS), el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Noroeste (CDN), el Cartel del Golfo (CDG), la Nueva Familia Michoacana (LNFM) y Carteles Unidos (CU) ya han sido designadas como grupos terroristas, por parte del gobierno republicano.
En opinión de Sánchez Berzaín, México representa una amenaza “no solo para EEUU, sino para todas las democracias” de América Latina. “México está ayudando a la sobrevivencia de la dictadura de Cuba, le compra piedras, les recibe médicos esclavos, participa en crímenes como es el esclavismo, entrega dinero y petróleo del pueblo mexicano a Cuba a cambio de nada”, denuncia.
Afirma que López Obrador convirtió a México en un “sirviente” de la dictadura cubana porque “le debe su llegada al poder al sistema del socialismo del siglo XXI”, encabezado por el régimen castrista. Por ello -continúa- AMLO funda en 2019 el Grupo de Puebla, con el objetivo de “revitalizar al Foro de São Paulo, que es una organización criminal transnacional que atenta contra las democracias”.
“Mientras los gobernantes López Obrador y Sheinbaum se llenan la boca de amistad y le sacan la mayor ventaja económica a EEUU, solo hay que mirar la realidad (...) Los últimos dos gobiernos no son amigos ni de la democracia, ni de la libertad, ni del Estado de derecho, ni de EEUU (...) Hay demasiadas indicaciones para que la fiscal (Pam Bondi) tenga razón. Lo raro es que los países de Latinoamérica no asuman la misma posición en defensa de su seguridad y de sus intereses”, subraya.