Perú conmemora este 28 de julio 202 años de la proclamación de su Independencia convertido en un país "entrampado en sí mismo", en medio de una crisis institucional que "amenaza" de manera constante a la democracia.
Perú conmemora este 28 de julio 202 años de la proclamación de su Independencia convertido en un país "entrampado en sí mismo", en medio de una crisis institucional que "amenaza" de manera constante a la democracia.
"El Perú está viviendo el Bicentenario de su independencia, que empezó en el año 2021 y termina formalmente en el 2024. En 1821 (28 de julio) fue la Proclamación de la Independencia por parte de San Martín y en 1824 (9 de diciembre) fue la Batalla de Ayacucho, que no solamente consiguió la Independencia del Perú sino de toda la América Andina", rememora el historiador peruano Juan Luis Orrego en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
El Acta de la Independencia del Perú fue firmada por alrededor de 300 vecinos de Lima el 15 de julio de 1821. Sin embargo, fue 13 días después, el 28 de julio de 1821, cuando el general argentino José Francisco de San Martín y Matorras, tras liderar una larga campaña, proclamó la Independencia del Perú desde la Plaza Mayor de Lima.
En esta etapa, la Independencia del Perú entró en un punto de inflexión, con un pueblo que resistía la opresión del ejército realista, que aún mantenía el deseo de perpetuar el dominio español en la recién nacida nación.
Esta situación generó la llegada del Libertador Simón Bolívar, quien se puso al frente del Ejército Unido Libertador del Perú, hasta que lograron, finalmente, que la rebelión del Alto Perú quebrara el bastión de la sierra durante las batallas de Junín (6 de agosto de 1824) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824), culminando con la capitulación del ejército realista y el fin del Virreinato del Perú. De esta manera, quedó sellada la Independencia del Perú y el establecimiento de la República que dio origen al actual Estado peruano.
A 202 años del día que marcó el inicio de su historia republicana, el Perú vive una serie de problemas "que son comunes en la América Latina", asegura el historiador Juan Luis Orrego.
Entre ellos, menciona, la falta de instituciones sólidas, la corrupción que "ha crecido exponencialmente en los últimos 30 años", la desigualdad que "exalta los conflictos sociales" y la economía ilegal "antisistema", que "corrompe militares, policías, alcaldes y toda autoridad".
"Los nuevos caudillismos, populismos y movimientos antisistema están socavando la democracia y las instituciones. La democracia siempre está amenazada en el Perú", señala el también profesor asociado de la Universidad de Lima.
A su juicio, en el país también existe una "gran fractura" entre Lima y el resto de las provincias peruanas. "Tenemos dos países, uno es Lima y el otro es el resto del país. En el resto, dependiendo de la zona, hay un resentimiento contra el centralismo, que se lleva la riqueza, a pesar de que la riqueza es la peor del país", menciona.
El historiador e investigador considera que Perú llegó a su período Bicentenario sin haber construido "una República eficiente", debido a la falta de instituciones sólidas y de políticas públicas que "busquen el bien común" y solucionen los problemas sociales que enfrenta la nación.
"Los políticos defienden sus intereses particulares, sus intereses subalternos, pero nadie, ningún político, ningún congresista habla de políticas públicas", sostiene.
Entre las áreas que, en su opinión, están desatendidas, se encuentran: la educación, la salud, la infraestructura y el transporte público. "Las políticas públicas son la única vía posible para luchar contra la desigualdad y nadie habla sobre eso en este país", apunta.
Perú vive una serie de protestas desde el 7 de diciembre de 2022, cuando la entonces vicepresidenta Dina Boluarte asumiera la Presidencia de la República, tras el fallido golpe de Estado del expresidente izquierdista Pedro Castillo.
Pese a que son muchos los peruanos que tildan a la presidenta de "dictadora", Orrego juzga que en su país existe es "una dictadura congresal". El Congreso, sostiene, se "aprovecha de la debilidad del Ejecutivo", que no cuenta con un partido que lo respalde y trabaje por él en el Parlamento, para "tomar decisiones y copar la instituciones".
Un ejemplo, indica, es lo que ha ocurrido con la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU). La instancia, creada para "monitorear y exigir que las universidades eleven su nivel", ha sido "prácticamente desintegrada, debilitada" para que no vele por el buen funcionamiento de las máximas casas de estudios del país, asegura Orrego.
Afirma que los diputados han utilizado el Congreso para "atropellar" las instituciones y quitarles su autonomía. "Y como la presidenta se siente débil, tolera que el Congreso haga estas maniobras, porque si se enfrenta al Congreso, la pueden amenazar con la vacancia", subraya.
De acuerdo con el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), 80% del país pide la renuncia de Boluarte, el cierre del Parlamento y la celebración de elecciones generales. Sin embargo, este es un escenario que, el historiador asegura, no está planteado.
"A los congresistas no les conviene adelantar elecciones porque, entre otras cosas, el Perú prohibió la reelección parlamentaria (en 2018 mediante una reforma constitucional). Estos parlamentarios no podrían reelegirse, entonces les conviene quedarse hasta el año 2026. Y como la presidenta dice que también se va a quedar hasta 2026, no se puede enfrentar mucho al Congreso", explica.
El historiador sostiene que la única forma de que los peruanos logren que se convoque a elecciones generales es con "una auténtica movilización ciudadana -no sea violenta-", que presione al Parlamento para que acepte este escenario.
No obstante, aclara, un adelanto de elecciones no generará un cambio sustancial ni garantizará un mejor gobierno. Para que esto suceda, continúa, habría que reformar el sistema político y electoral del Perú.
"Eso lo tiene que hacer el Congreso, y el Congreso no creo que lo haga. Estamos entrampados, el Perú es un país entrampado en sí mismo", asevera.
"Tiene que haber un movimiento ciudadano muy fuerte para cambiar esta situación", enfatiza.