Nuevo actor, diferente escenario y el mismo libreto, el del socialismo del siglo XXI. Así describe Sofy Casas, analista colombiana, lo que define como “show” montado por el presidente Gustavo Petro, que asegura le quieren derrocar con un golpe de Estado, fraguado -según él- con ayuda de la administración de Donald Trump.
El mandatario colombiano acusó formalmente a Álvaro Leyva y la Fiscalía del país andino abrió una investigación, luego de que el diario español El País “revelara” el domingo una supuesta trama del excanciller, que dejó el cargo a mediados de 2024, y al que le atribuyen un plan para tumbar al presidente con la ayuda de políticos de la derecha colombiana y republicanos de Estados Unidos, entre los que mencionan a los congresistas federales del sur de Florida Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez.
“Él (Petro) no se está victimizando, él está siguiendo un libreto que ha funcionado muy bien en Cuba y en Venezuela, como ya todos lo sabemos. Entonces, él simplemente lo que está haciendo es la aplicación del libreto, él está entrenado para eso. Recordemos que es de la misma inclinación de Fidel (Castro), de la inclinación de (Hugo) Chávez, de (Nicolás) Maduro, entonces ellos siguen las instrucciones del G2 cubano”, precisó Casas en un contactó telefónico con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Para la izquierda latinoamericana, la narrativa del complot ha sido una constante en los discursos autoritarios. Fidel Castro denunció públicamente varios de estos planes, entre ellos la Operación ZR/RIFLE de la CIA, que incluía, según la narrativa diseñada, desde la colocación de cápsulas envenenadas en alimentos y ropa de baño hasta un “cigarro explosivo” entregado durante su visita a la ONU. En agosto de 2018, durante un desfile militar en Caracas, el dictador de Venezuela Nicolás Maduro denunció un intento de magnicidio mediante drones cargados con explosivos. El gobernante acusó directamente a “la ultraderecha venezolana y colombiana”, responsabilizando también al presidente Juan Manuel Santos y al “imperio” estadounidense de estar detrás del ataque
En Nicaragua, Daniel Ortega ha descrito a presos políticos como “agentes del imperio yanqui” acusados de intentar organizar un golpe de Estado para “derrocar al gobierno”, arrestando —en junio de 2021— a al menos 19 opositores bajo esta acusación.
Para Casas, que Petro se apegue al libreto probado por la ideología que defiende, es solo un paso más para cumplir con los lineamientos.
“La aplicación del cambio de la narrativa inventa tal cosa, una mentira repetida mil veces la convierte en verdad y por ahí se van guiando y cambian la información”, explica la analista. “Cuando a ti te repiten tantas veces lo mismo, pues eso le da la vuelta como le decimos nosotros a la galaxia y después cambia y todo el mundo empieza a creer, ‘oh no, pobrecito Petro él es una víctima de la derecha colombiana o de cualquier tipo de derecha que haya en el mundo’, entonces sí, no es víctima, él está aplicando el libreto. Eso es lo más claro que hay que dejar. Hay que dejar clarísimo que él está aplicando lo que él ya conoce y sabe cómo funciona”.
Verdadera intención
Una de las advertencias más graves que se desprenden del discurso reciente de Gustavo Petro, según la analista, es que el presidente estaría utilizando la narrativa del complot para sembrar la idea de que no existen condiciones para las elecciones de 2026.
“Obviamente que como ya lo dijo él en unas declaraciones que dio, que lo de Álvaro Leyva era para desestabilizarlo y tumbar su gobierno, entonces que, si eso era así, era una amenaza del golpe de Estado y no garantizaba las elecciones de 2026”, continuó. “Ya sabemos para qué y hacia dónde va. Petro está utilizando esa excusa para agitar, desestabilizar y salir a decirle al mundo ‘Mira, aquí no hay garantías para hacer las elecciones’, así que concentramos”.
Este viraje, según advierte, marca un punto de quiebre. Tras más de tres años de gestión errática y sin una línea política coherente con el socialismo, Petro habría comenzado ahora a aplicar el “libreto” de sus aliados ideológicos.
“Me imagino que fue porque le tuvieron que haber jalado las orejas Cuba y Venezuela, se está colocando las pilas y ya lo está haciendo”, afirma Casas, comparando el caso colombiano con el de Hugo Chávez, quien en menos de cuatro años logró reconfigurar por completo el sistema político venezolano.
En ese contexto, el riesgo para 2026 es real. “Las elecciones del 2026 están realmente en riesgo bajo este gobierno”, advierte Casas. Pero lo más delicado, dice, es que la comunidad internacional no parece estar prestando atención. “Así como han ignorado por años lo que ha sucedido en Cuba, en Venezuela y también en Nicaragua —que están muy mal— ahora llegó a Colombia. Y Colombia es estratégica para ellos”, asegura. Menciona que el país no solo tiene 374.000 hectáreas sembradas de coca —más que la suma de Ecuador, Bolivia y Perú juntos— sino que además posee acceso a dos océanos y cercanía geopolítica con Estados Unidos. “Para ellos es fundamental que Colombia gire hacia China, hacia Rusia. Y ya sabemos hacia dónde nos llevan”.
Esa manipulación, insiste, tiene otra función: desviar la atención cada vez que un escándalo amenaza al poder. “No sé si vieron lo que está pasando con el escándalo del espionaje en Ecuador, o la supuesta reunión entre Petro y un criminal en Manta justo semanas antes del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay”, advierte. “Y mientras el país exige respuestas, el gobierno y sus bodegueros —pagados con nuestros impuestos— lanzan una narrativa distractora al estilo del G2 cubano”.
Apoyo internacional
Casas considera que Petro no está actuando solo, pues hay coordinación internacional.
“Hace tres semanas, Petro en Cali hablaba de una constituyente y de que Estados Unidos quería tumbarlo. Ese mismo día, Maduro lo defendía desde Caracas y decía que Marco Rubio quería derrocarlo. ¿En serio? Es todo coordinado”. A eso se suma —según Casas— la utilización de un viejo audio del excanciller Álvaro Leyva, “un personaje oscuro que ha orbitado durante más de cuatro décadas entre sectores de narcoterrorismo”. Según esta lectura, Leyva nunca representó al centro ni a la derecha, y ahora estaría siendo instrumentalizado por el mismo sector político al que siempre perteneció.
“Guardó silencio, acumuló información, y de repente aparece el audio de Petro y todo lo demás”, comenta. “Ese audio ahora se usa para construir una narrativa de victimización alrededor del presidente”.
Lo más preocupante, asegura, es que esa teoría del complot ha escalado hasta niveles insospechados. “Ahora dicen que Leyva y Estados Unidos están aliados para tumbar al presidente. Y meten en eso a Trump, a Mario Díaz-Balart y a Carlos Giménez. Eso es inaceptable, no se puede permitir”, sentencia. Y deja una pregunta abierta: “¿Ese audio fue filtrado porque sí? Petro lo tenía hace tiempo. ¿Por qué aparece justo ahora, publicado por El País de España, medio alineado con el gobierno de Pedro Sánchez? Esa es la verdadera pregunta que hay que hacerse”.