Cuando Jorge Prado salió de Venezuela en 2012, jamás imaginó que su proyecto llegara a convertirse en el juego más descargado de América Latina y que su compañía crecería de tener dos o tres empleados a casi 40 en la actualidad.
Cuando Jorge Prado salió de Venezuela en 2012, jamás imaginó que su proyecto llegara a convertirse en el juego más descargado de América Latina y que su compañía crecería de tener dos o tres empleados a casi 40 en la actualidad.
“En nuestro caso la oportunidad de crecer una visión estaba siendo truncada por la situación del país. Fue entonces cuando mi hermano Eddy y yo decidimos ser embajadores de este proyecto y abrir una oficina en Miami”, comentó el joven emprendedor.
“Cuando tú le pintas a alguien en un papel una visión y le dices quiero tener el juego de palabras más importante del mundo, hay que tener suficiente imaginación para que un equipo te compre esa idea y te siga, y luego trabajen duro sabiendo que no verán los resultados en los inicios”, recordó.
Según Prado, lo más importante para abrir un negocio es entender que en Estados Unidos estás en una cultura diferente, respetar esa nueva cultura, sus valores y reglas.
“EEUU es una escuela, un universo de oportunidades; el sueño americano significa estar en un mundo donde hay muchas oportunidades y si tú las trabajas, las vas a ver capitalizar”, subrayó.
Jorge se graduó de Telecomunicaciones en Maracaibo, pero antes de estrenarse en Estados Unidos realizó algunas aplicaciones para clientes que estaban asentados en su país.
“Nos inspiró la pasión, porque creíamos que podíamos hacer un juego que gustara en todo el mundo y no nos paramos a ver la competencia ni las estadísticas ni las posibilidades que teníamos de hacerlo. Trabajamos cada día sin tener opción de retorno, sin pensar en el fracaso”, aseguró.
“Mucha gente nos decía que una cosa era ser exitosos en Venezuela y otra cosa era ser exitosos en Estados Unidos. Si yo hubiera mirado las estadísticas de lo que suponía ser exitoso en EEUU,
las probabilidades de éxito que teníamos eran tan bajas que a lo mejor no habríamos ni siquiera dado el primer paso”, amplíó.
Como Prado, cada año llegan al sur de la Florida cientos de emprendedores con el sueño de desarrollar una aplicación exitosa pero no todos lo logran. El secreto, subraya, es saber que el trabajo de un juego o una app comienza cuando se lanza y no cuando se crea.
“El primer error es pensar que lanzar una aplicación móvil es como ganarse la lotería. Una vez concluida la primera versión del juego, ahí es donde realmente comienza el trabajo. Hay que atender a los usuarios, generar nuevos contenidos, revisar los problemas, hacer crecer los servidores, repeler los ataques de piratas cibernéticos…”, subrayó.
Otro de los elementos que hay que tener en cuenta para crear una aplicación con millones de usuarios es el trabajo en equipo: “Le agradezco infinitamente a mi hermano, quien es cofundador del juego, por inspirarme; a mi familia, porque me apoyó cuando les dije que me marchaba; y a mi equipo, porque me sigue hasta hoy”.
Para Prado es muy importante estar comprometido con la sociedad y por eso ha llevado el juego “de manera gratuita a casi 100.000 personas de comunidades desfavorecidas que solo tienen acceso a teléfonos no muy desarrollados con tecnología básica”, explicó.
Apensar es un juego que presenta cuatro imágenes que tienen un elemento común, luego hay que utilizar las letras que te ofrecen y formar una palabra. En 2015, fue descargado por más de 20 millones de personas. Algunos neurólogos han destacado la importancia del juego Apensar como herramienta para ayudar a prevenir el mal de Alzheimer, mientras empleadores lo utilizan en la entrevista inicial con potenciales candidatos.