MIAMI.- REDACCIÓN WEB/ DLA
MIAMI.- Ha pasado un año desde que los venezolanos salieron a la calle y fueron reprimidos y masacrados. Algunos perecieron. Muchos aún añoran vivir en un país en libertad. Testimonio de aquéllos que protagonizaron aquella lucha y que aún añoran ver una Venezuela diferente.
MIAMI.- REDACCIÓN WEB/ DLA
Yo, una guerrera, una venezolana de a pie, profesional y madre, salía el año pasado a acompañar a los estudiantes que tenían ya semanas luchando y protestando por la tragedia que vivimos los venezolanos desde hace años. Agravada luego de la muerte de Chávez, salí a la calle con mi hermana, mis vecinas a expresar mi desacuerdo por la situación de escasez, la inseguridad desbordada, el desempleo y la represión salvaje de la que estaban siendo víctima los estudiantes en esos días.
La marcha fue numerosa, pacifica, todos escuchamos con atención el mensaje de Leopoldo López, María Corina y Antonio Ledezma, así continuamos camino a la fiscalía entre consignas y pancartas, recuerdo la impresión que me causo una pancarta que decía: “Mama Sali a liberar a Venezuela, si no regreso es que me fui con ella”.
Asi bien pacíficamente avanzamos.
Una vez en la Fiscalía y dado el gran número de personas decidimos retirarnos, mayor sorpresa al llegar a casa y saber de la muy lamentable situación, el asesinato de Bassil, y más tarde el de Roberto Redman.
En los días siguientes, llena de rabia y de dolor por tanta mentira, tantísima represión desmedida me di la tarea de asistir siempre a las manifestaciones con mi hermana y a acompañar a los estudiantes en cada concentración, siempre pacíficas y siempre terminando con arremetidas despiadadas de la policía, tragando gas lacrimógeno bueno y sabroso. Pero a medida que pasaban los días por temor a dejar huérfano a mi hijo o a quedar presa con el cargo de “cualquier cosa” como Leopoldo, deje de asistir y aun hoy si bien no asisto a las concentraciones, continúo apoyando la causa de los estudiantes que se ha convertido en la causa de la mayor parte de los venezolanos, liberar a Venezuela de esta cuerda de delincuentes descarados y disociados.
Alejandra Guerrera- Madre y ama de casa
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Hace un año, con el objeto de apoyar a mi hija Paola, de 22 años, la acompañé a una de las marchas que tenían por objeto protestar en contra de la inseguridad, la falta de productos de la cesta alimentaria y la mala administración del gobierno nacional en el país ... Todo iba bien, caminamos desde la Plaza Alfredo Sadel, ubicada en Las Mercedes, al este de la capital Caracas, en donde por cierto nos encontramos con una de sus amigas, lo que hizo que gritáramos con más emoción las consignas en contra de la mala gestión de Nicolás Maduro.
Horas antes de decidirnos a marchar, le pregunté a Paola, por qué quería protestar y me dijo.... "Mami, estoy cansada de no poder hacer nada en mi propio país...No puedo salir, porque me pueden asaltar, herir o matar; No puedo salir a divertirme porque no me alcanza el dinero y me pueden matar; No puedo estudiar en el extranjero, porque no hay dólares para estudiantes. Marcho porque el sueldo de un recién graduado no me permite independizarme; No puedo casarme, porque no puedo tener una vivienda propia y después de un largo “No hay y no puedo”, Paola sentenció que la palabra “NO” es la palabra que esta cansada de escuchar.
Todo iba muy bien, entre gritos, consignas y aplausos, hasta que llegamos a la autopista junto a un gran número de manifestantes y nos sorprendió un contingente de la Guardia Nacional Bolivariana - parecidos a Robo Cop- bien armados y dispuesto a enfrentarnos... lanzan la primera bomba lagrimógena y se oyeron los disparos y la manifestación sin mediar palabras se disolvió, no supimos que pasó con las personas que estaban a nuestro lado y entre lágrimas, humo y gran frustración, quedaron enterradas las ganas de Paola, mi única hija, de seguir luchando por los ideales de un país que este gobierno insiste en decir que es Democrático y Participativo.
Paola y su mamá marcharon el #12F
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Lo que pasa en Venezuela me produce un gran dolor e indignación; el año pasado marché por mi convicción de que merecemos un mejor país, todos, de todos los sectores sociales, de todos los colores, TODOS. Marché por las ansías de futuro, por ver cada vez más grande y fuerte mi patria. Marché por amor a Venezuela, como estudiante y a lado de muchos otros grandes jóvenes.
A partir de ese día algo cambió, como en muchos otros corazones venezolanos, empecé a desarrollarme como joven activa en la política, pues ya no se trata de un sistema de gobierno fallido, se trata de opresión, miedo por expresar lo que realmente piensas, unas condiciones de vida deplorables, ya no se trata de lujos, se trata de comer o no comer. Hoy la historia es diferente, marcho con dolor por mis hermanos caídos que dejaron sus ideas en el asfalto y por todos aquellos que esa misma opresión los tienen presos y lejos de sus familias.
Hoy marcho para que las madres de este país puedan dormir tranquilas, porque sus hijos están seguros. Para que los hermanos menores, que están comenzando a vivir tengan una educación de calidad y un lugar donde sentirse protegidos. Hoy marcho por aquellos hermanos mayores, que han tenido que ir al extranjero, para que un día regresen con oportunidades de trabajos y de ser los mejores profesionales. Y finalmente marcho por vivir, por tener salud de calidad, seguridad, abastecimiento, libertad de expresión y DEMOCRACIA. Hoy lo hago como la Secretaria General de los Jóvenes por la Democracia Social en el Edo. Bolívar, defendiendo con mas ahínco mis ideales porque estoy convencida que, nosotros los jóvenes, estamos haciendo historia a favor de nuestro país.
(FOTOS: Sis E Janzen)
Sis E Jansen- Estudiante y dirigente juvenil de Un Nuevo Tiempo
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Al igual que muchos en este país, motivados por la esperanza que nos dieron los estudiantes de tener una Venezuela distinta tras la marcha del 12F, hice parte de ese movimiento que generó la ola de protestas hasta abril.
Después del deber con mi trabajo, estaba mi deber con la patria y por eso no dudé en participar en las marchas y manifestaciones. guardé siempre la esperanza que el país ese año cambiaría y mi compromiso fue que las muertes de los estudiantes y jóvenes no quedaran en vano.
Acostumbrado a los gases lacrimógenos nunca tuve miedo hasta una marcha que llegó casi a plaza Venezuela. Ya era marzo. Ese día esquivamos varias barreras de policías y guardias, pero casi llegando a P Vzla la policía y la GNB nos contuvieron. Ese día supe que era el gas pimienta y varios manifestantes nos refugiamos en uno de los hoteles de la zona.
Pienso que ahora ese movimiento juvenil no tendría los mismo efectos, aunque la crisis se ha agudizado, porque solo los estudiantes y quienes los apoyamos no podemos cambiar el país. Hasta que los barrios no bajen Venezuela no cambiará su rumbo. Solo queda esperar
(FOTOS: Leonardo Oliveros)
Leonardo Favio Oliveros- Periodista venezolano San Cristóbal
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En principio no iba a marchar, un compañero mío hizo unas pancartas, éramos unos cinco con motos, nos dijeron que los acompañaramos a La Carlota, cuando íbamos por El Sambil, mucha gente joven, chamos le dimos las pancartas. En eso llegaron Guardias Nacionales, tanquetas, unas 20. Los chamos se fueron poniendo alebrestados. Tengo 34 años, se como es la cosa, nos pusimos de un lado. Mis compañeros me decían vámonos y yo me quise quedar.
Empezaron a tirar bombas lacrimógenas, la gente corría hacia arriba pero no quería irse del sitio, se ponían de rodillas frente a las tanquetas. Quedamos rodeados. Siguieron las bombas lacrimógenas, metí la moto como pude hasta llegar a un punto. Cuando estamos allí, unos motorizados, nos quedamos viendo como disparaban bombas. Mis compañeros estaban filmando, le gritábamos porque disparaban sin necesidad. Le gritaba groserías al ver lo que pasaba.
El contingente de guardias hizo paso, y salieron unas 40 motos contra nosotros, yo tengo una motico china. Me pararon, y allí fue lo peor. Recuerdo que tenia La Carlota a mano derecha, me dieron patadas, llegaron tres motorizados más, eran como seis. Me quitaron el bolso como pensando que tenia algo. Comenzaron a revisar el bolso, me sacaron las cosas, me decían que les diera la cámara y el celular. No pudieron agarrar el celular, no se como no lo detectaron. Me dijeron vete para la mierda carajito, y me dejan. Me vuelven a paran, me disparan a un metro, con una escopeta de perdigón. Pensé que me habían disparado una bomba lacrimógena. En el piso me dieron más patadas. Siento el hueco en la chaqueta, y veo sangre en mano. Les digo estoy sangrando. Me agarran y me quieren quitar el anillio de casado, le dije no me lo quiten que me acabo de casar, y el tipo me dijo anda a tirar a la casa-
La adrenalina me hizo llegar a casa de mi papá, me llevaron al centro médico, el medico tuvo que dejar el cuerpo extraño dentro. Me fracturaron dos costillas, casi me llega al pulmón, estuve en terapia intensiva tres días. Me lo quitaron hacen como unas tres semanas, era como una tapita de refresco el estuche donde van los perdigones.
A un año de esto, mi esposa piensa que nos tenemos que ir, yo soy nacionalista y creo en mi país. Tengo dos chamos y creo que tenemos que seguir. Trato de apoyar, dar comida de mi restaurant para los chamos, no pienso dejar mi país. Tengo 34 años y seguiré luchando con más ganas.
Gonzalo Fernández- Empresario y manifestante
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Desde antes de iniciarse las protestas yo opinaba que la oposición debía de manifestarse contra este gobierno que pienso que es ilegítimo y que bueno desde que se montó en el poder ha demostrado ser ineficiente y que violenta los derechos de TODOS los venezolanos. En noviembre del 2013 se dio la llamada de los autoconvocados a la cual asistí aunque no tuvo mayor impacto. Ya cuando se intensifica la crisis y Leopoldo llama a La Salida pensé que esa era la mejor manera que teníamos los ciudadanos. Ponernos de pie, levantarnos y decir basta!
Como constitucionalmente se planteo pensé que Leopoldo era uno de los pocos políticos que pensaba en la gente, obviamente asistí y a partir de ese día sentí que los motivos de protestar ya no era solo para reclamar por un gobierno eficiente sino que ya se convirtió en salir a la calle en contra de una tiranía totalitaria que no le importa matar a sus jóvenes con tal de perpetuarse en el poder.
El 12F vi como agentes del Sebin y colectivos disparaban contra nosotros y vi estudiantes caer heridos de bala ese día, siento que el gobierno siempre ha estado dispuesto a disparar desde el primer día y la reciente resolución personalmente no me disuade de seguir protestando y pienso seguir protestando pacíficamente contra este gobierno ya que después del 2014 los motivos para hacerlo se han multiplicado.
(FOTO: Gabriel Ibarra)
Gabriel Ibarra- Estudiante de la UCV
Hice parte de las manifestaciones en la ciudad de Valencia. Todos los dias bajo el sol inclemente luchando por mi pais. Conmigo vienen siempre mis hermanas para no tener que ir solas y siempre terminamos encontándnos con otros estudiantes que tambien están luchando por la misma razón.
No me importaba tener que despertarme temprano para poder prepararme, porque todo era para mi futuro. Lo que si me importaba, y lo que todavia me importa es el hecho que yo tenga que marchar por la libertad de mi país. Que no pueda salir a la calle a comprar leche por el miedo de ser secuestrada, asesinada o quien sabe que otra cosa este gobierno se puede inventar.
Hay muchos cuentos y de eso estamos todos cansados, así que por eso salgo a la calle. Para el futuro de mis hijos o hijas y para el futuro de mi familia porque aquí es donde crecerán.
Estudiante anónima de Valencia