CARACAS.- EUGENIO MARTÍNEZ
Especial
Una motivación netamente política para minimizar el efecto de la derrota electoral recibida el 6 de diciembre, lleva al chavismo a cuestionar el triunfo opositor
CARACAS.- EUGENIO MARTÍNEZ
Especial
El intento del chavismo por impugnar los resultados de las elecciones parlamentarias que permitieron a la oposición venezolana capitalizar la mayoría absoluta de dos terceras partes (112 diputados) del Poder Legislativo podría interpretarse como una estrategia para lograr la cohesión del oficialismo al tiempo que sirve para desviar la atención sobre el intento de restar poder formal a la nueva Asamblea Nacional.
Para Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, las denuncias del sector oficial sobre un fraude electoral persiguen “dar una explicación a su derrota, para no deprimirse o desmotivar a sus cuadros y darles un argumento de defensa”.
No obstante, advierte que no se puede desestimar el interés del chavismo en “avanzar en alguna impugnación de dos o tres diputados que arrebate la mayoría calificada a la oposición”.
Aunque León concuerda en que los argumentos del chavismo para intentar una impugnación son débiles, indica que la amenaza contra los resultados se puede mantener hasta antes que se instale el próximo Parlamento, al tiempo que recuerda que “hace tiempo en Venezuela no hace falta tener la razón sino conseguir quién te la dé”.
Para el presidente de Datanálisis el chavismo está dispuesto a cometer “la torpeza” de impugnar porque esta acción “le ayuda a articularse internamente”.
Por su parte Vicente Díaz, ex rector principal del Consejo Nacional Electoral (CNE) sostiene que el chavismo no se esperaba una derrota tan abultada el 6 de diciembre. “Eso les sorprendió –explica Díaz- y no estaban preparados, al tiempo que las declaraciones por parte de la oposición han convertido la sorpresa en pánico”.
Díaz explica que el chavismo “necesita demostrar acción y ganar tiempo”. Además, advierte que la posibilidad de impugnar “está creando una expectativa en sus filas que no es posible materializar”.
El ex rector explica enfáticamente que “no hay causas posibles de impugnación. Me imagino que presentarán algo respecto a voto comprado con testimoniales. Sin embargo, impugnar por voto nulo es un disparate sobre todo porque en el mundo votar blanco o nulo es un derecho. Lo que me preocupa es que impugnen a 22 diputados y en el proceso el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) termine dándole la razón sobre tres o cuatro”.
Las continuas aseveraciones de fraude y amenazas de impugnación contra los resultados del 6 de diciembre preocupan a los sectores académicos vinculados al Ejecutivo Nacional. Maryclen Stelling, socióloga ex rectora suplente del CNE advierte que “es peligrosos decir que hay un golpe electoral después que el presidente (Nicolás Maduro) reconoció al CNE (…) Hubo una derrota avasallante, es por eso que al chavismo le decimos: hay que saber administrar la derrota”.
Sin embargo, el debate en la opinión pública nacional e internacional sobre la impugnación a los resultados permite que el chavismo y los poderes públicos que controla avancen en la estrategia de minimizar el rol del nuevo Parlamento.
El 22 de diciembre mientras la oposición denunciaba la existencia de un expediente en la Sala Electoral del TSJ impugnando la designación de 22 diputados y posponiendo su participación en la instalación de la Asamblea Nacional (prevista por la Constitución para el 5 de enero de 2016) los magistrados de la Sala Constitucional anunciaban que el actual Parlamento, aunque su periodo legislativo culminó el 15 de diciembre, podrá continuar sesionando con todas sus facultades legislativas hasta el 4 de enero o hasta que se logre instalar la nueva Asamblea Nacional.
Paralelamente la actual mayoría oficialista en el Congreso discutía sobre el funcionamiento del llamado Parlamento Comunal, una figura creada por el chavismo en el año 2010 –no prevista en la Constitución- para intentar minimizar el rol legislativo del Congreso electo el 6 de diciembre.
Estas acciones podrían interpretarse como una estrategia mayor a la simple cohesión oficialista. El politólogo John Magdaleno sostiene que no hay nada peor en política que una incorrecta interpretación del resultado electoral. “En 2004, lo hizo la oposición. Ahora, o hace el gobierno”.
No en vano Magdaleno sostiene que el presidente Maduro “quiere precipitar una crisis política de envergadura e inmolarse, para pasar a la historia como mártir”, mientras otra parte “está intentando, simultáneamente, forzar errores en el seno de la oposición, disparando el debate sobre los tiempos y modalidades para promover un cambio político”.
Técnicamente no hay razones para impugnar
• El incremento en el total de votos en blancos o nulos durante las elecciones del 6 de diciembre constituye hasta la fecha el principal argumento del chavismo para asegurar que impugnarán las elecciones. No obstante, la revisión detallada de la incidencia de los votos nulos indica que éste tiende a aumentar en los centros de votación que tienen una tendencia más favorable al chavismo.
• Los resultados del 6 de diciembre (para el voto lista por partidos políticos) indican que se registraron 686.119 votos nulos (4,77%), el porcentaje más alto registrado desde el año 2006, aunque no puede decirse que es la elección con más votos nulos en la historia electoral del país: Por ejemplo durante los comicios para elegir a los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 se registraron 11.9% de votos nulos, mientras que en la elección del Congreso Nacional de 1998 se contabilizaron 7.6%. Sin embargo, el total de votos nulos en 2015 sí representa un incremento importante en comparación con la elección parlamentaria del año 2010 cuando 2,5% del total del voto lista fue nulo (265 mil votos nulos)
• Si se analizan las 87 circunscripciones de votación se puede asegurar que el voto nulo el 6D osciló entre un mínimo de 2.84% en la circunscripción 5 del estado Zulia y un máximo de 11.67% en la circunscripción 3 del estado Yaracuy. Este comportamiento hace suponer que no se trata de un error en la programación de las máquinas de votación (porque no existió un comportamiento uniforme de este fenómeno) sino que puede deberse a dos razones básicas: el elector cometió un error o deliberadamente presionó “votar” sin hacer alguna selección en las boletas electrónicas de votación. La evidencia estadística en este momento sugiere que el incremento del voto nulo es producto de una decisión deliberada de los votantes en las zonas con mayor tendencia a votar por el chavismo.
• Además de no existir evidencia numérica que sugiera que el chavismo fue perjudicado por el voto nulo, la normativa electoral descarta la posibilidad de impugnar o anular una elección por este motivo. Según el artículo 217 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales se debe considerar nula una elección en una mesa de votación si está constituida ilegalmente, por violencia ejercida sobre cualquier miembro de la Mesa Electoral durante el curso de la votación o por ejecución de actos de coacción contra los electores de tal manera que los hubiesen obligado a abstenerse de votar o sufragar en contra de su voluntad. Por otra parte, el artículo 218 de la Lopre aclara que será nula la votación siempre y cuando no resultare posible determinar la voluntad del voto de los electores basándose en la revisión de los instrumentos de votación, de los cuadernos de votación o de otros medios de prueba.
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