El piano ha vuelto, la voz ha vuelto, la angustia ha vuelto con Such Pretty Forks in the Road, el nuevo y noveno álbum de la cantante Alanis Morissette.
El piano ha vuelto, la voz ha vuelto, la angustia ha vuelto con Such Pretty Forks in the Road, el nuevo y noveno álbum de la cantante Alanis Morissette.
En un género en sí mismo, Alanis Morissette entra en vigencia con su noveno álbum de estudio Such Pretty Forks In the Road, en el que desenreda algunos de los momentos más espinosos de su vida desde la última vez que se escuchó de ella en el año 2012: depresión posparto, cheques, malversación de la gestión, verificación, cansancio de la industria musical, consultas, alegría de la maternidad, entre otros, son algunos de los temas que trata la intérprete de 46 años de edad.
El compañero creativo de Morissette; es decir, el piano, lleva a su público a un viaje que a veces es dramático, a veces sombrío, a veces juguetón, a veces melancólico. Pero son los riffs de la guitarra eléctrica los que añaden un brillo de nostalgia; Ablaze y Sandbox Love tienen ese sonido que encapsula perfectamente un show de CW de mediados de años.
Smiling pone el rictus en el órgano de la iglesia y saca una balada con un giro de registro que sacude las rocas. Reasons I Drink tiene esa melodía de Billy Joel, pero con letras más mordaces acerca de sobrevivir en la industria de la música durante tanto tiempo. Mientras que el piano apurado y problemático en los canales de Reckoning potencia la ira.
Diagnosis golpea los nervios con sus letras crudas sobre la lucha contra la depresión postnatal.
A pesar de su musicalidad sin pretensiones, el nuevo álbum Such Pretty Forks In the Road -de 11 pistas- deslumbra con sus sencillos encantos de confort.
Y después de ocho años ausente en la música, la novena producción discográfica de la cantante canadiense estará disponible a partir del 31 de julio.
FUENTE: AP