MIAMI.- Bad Bunny se despide de su tierra con el cierre de su exitosa residencia No Me Quiero Ir de Aquí, un ciclo de 30 conciertos realizados en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot que concluye este 14 de septiembre. Desde su inicio, el pasado 11 de julio, cada una de las presentaciones estuvo completamente agotada, confirmando el poder de convocatoria del artista y el fervor que despierta entre sus seguidores.
Más allá del espectáculo, la residencia ha significado un movimiento cultural y económico sin precedentes en la isla. Se calcula que atrajo a más de 600 mil asistentes y generó ingresos estimados en más de 200 millones de dólares para la economía local, gracias al aumento del turismo, las reservas hoteleras y las múltiples activaciones culturales y comerciales que se organizaron en torno al evento.
El título de la residencia, No Me Quiero Ir de Aquí, es un guiño directo al arraigo del cantante con Puerto Rico y a su deseo de celebrar la identidad boricua desde el escenario más grande de su tierra. Cada show fue una mezcla de música, escenografía innovadora y mensajes de orgullo cultural que resonaron entre los presentes y con la diáspora que siguió cada detalle a distancia.
Gira internacional
El cierre de este ciclo también marca una nueva etapa para Bad Bunny. Mientras se prepara para llevar su álbum Debí Tirar Más Fotos de gira internacional, ha dejado claro que no incluirá fechas en Estados Unidos continental, en parte por su preocupación frente a las redadas migratorias del ICE. Así, Puerto Rico no solo se convirtió en el epicentro de su música este verano, sino también en un refugio seguro para compartir con su gente más cercana.
De esta forma, Bad Bunny refuerza su legado como artista que trasciende la música, convirtiendo cada show en un acto de identidad y resistencia cultural. Puerto Rico, a su vez, despide la residencia con la certeza de que fue un momento histórico que quedará grabado en la memoria colectiva.