Inicios y salto a la fama
Lamata nació en el seno de una familia vinculada al entretenimiento venezolano: fue hijo del realizador Juan Lamata Martín, director del programa Lo de hoy, conducido por Renny Ottolina en la década de los cincuenta, y director de novelas las La usurpadora (1971), La indomable (1974) y Doña Bárbara (1975), entre otras; y sobrino de la actriz María Luisa Lamata Martín.
Estudió Historia en la Universidad Central de Venezuela (UCV) e ingresó al mundo audiovisual a los 23 años, debutando con el cortometraje Félix, o ¿sabes usted cuánto gana un cajero? (1984).
No obstante, el éxito llegó a sus manos cuando RCTV le dio la oportunidad de dirigir la famosa telenovela Topacio.
"Junto a Luis Manzo, adaptó la obra Esmeralda de Delia Fiallo y le imprimió una personalidad propia que no solo la hizo brillar, sino que la convirtió en un éxito de sintonía incluso internacionalmente y considerada una de las mejores telenovelas de la edad de oro de la televisión venezolana. En paralelo, siguió formándose en el cine, trabajando para directores como Carlos Rebolledo y Carlos Azpurúa", reseña el medio local El Diario.
Posteriormente, dirigió las producciones Mansión de Lujo (1986), La intrusa (1987), Señora (1988), Pobre negro (1989), Gardenia (1990), Las dos Dianas (1992), obra que dedicó a su padre, quien falleció un año antes; y Calypso (1999), última producción en la que participó su tía, pues murió en el 2000.
Lamata también dirigió en México las novelas de TV Azteca La hija del jardinero (2003) y Belinda (2004).
Regresó a Venezuela para dirigir La vida entera (2008) y El árbol de Gabriel (2011) en Venevisión, y A puro corazón (2015) de Televen.
Su último trabajo para la televisión venezolana fue la minserie Carabobo, Caminos de Libertad (2021), emitida en varios canales del Estado por el bicentenario de la Batalla de Carabobo, guerra que marcó la independencia del país en 1821.
Cine
En paralelo con su trabajo en la televisión, Lamata también continuó desarrollando su trayectoria en el séptimo arte.
Jericó (1991) fue su primer largometraje y es considerado por la crítica una de las mejores películas de la historia del cine venezolano de finales del siglo XX, pues es una historia original que se basa en la época de la conquista. La cinta fue nominada al Premio Goya de España y fue precandidata al Óscar en la categoría de Película en lengua extranjera.
“No estoy tratando de hacer un retrato de la historia de Venezuela. Estoy contando un drama que en primer lugar es un drama personal y que por razones muy particulares ambienté en ese siglo”, dijo en 1990 a la revista Encuadre.
En 1997, dirigió el éxito juvenil La primera vez, protagonizada por los hermanos Servando y Florentino Primera, una película que promocionó a la exitosa banda Salserín.
Pero su pasión por la historia lo hizo perseguir y contar a través del cine historias sobre momentos complejos y claves de la idiosincrasia del país, alejándose de la romantización de algunos periodos históricos como la Guerra de Independencia. Ejemplo de ello es Desnudo con Naranjas (1996), que se desarrolla en la Guerra Federal (1859-1863), y Taita Boves (2010), basada en la novela Boves, el Urogallo, de Francisco Herrera Luque.
Esta última, forma parte de una amplia colaboración entre el director y Villa del Cine, la productora del Estado, que inició con Miranda regresa (2007).
"Si bien Lamata hizo con Villa del Cine otros encargos más biográficos como Bolívar, el hombre de las dificultades (2013) y otros dramas históricos como Azú (2013), tampoco perdió de vista la época contemporánea en sus cintas. Ejemplo de esto es El enemigo (2008), que refleja la violencia de las calles caraqueñas cruzando historias de diferentes clases sociales", destaca El Diario.
En 2018, Lamata dirigió su última película Historias mínimas de Parque Central. Parejas singulares, una antología de relatos que tienen como punto en común el complejo urbanístico de Caracas, como: "una suerte de exploración de la vida que florece dentro de una utopía fallida".
Reacciones
El periodista Sergio Monsalve señaló que sus más grandes películas: "nos confrontan no con pobres libros de texto ilustrados, sino con poderosos frescos de nuestro pasado que nos interpelan en tiempo presente".
"Lamata se despide con un balance que lo favorece, pues escribió algunas de las principales páginas de nuestra historia audiovisual, aquella por la que siempre creyó y luchó incansablemente. De modo que es un día de luto para el cine y la cultura venezolana. Nos deja un legado que honraremos en ciclos y cine foros, donde extrañaremos su presencia y su estilo sosegado de caraqueño empático, culto y civilizado. Un hombre de medios y multimedios adelantado a su época, cuando hizo Jerico, la que posiblemente sea la mejor película venezolana de la etapa oscura de los noventa".
Por su parte, manifestó que no solo perdió a un colega, también a un gran amigo.
"Tuvimos mucha historia en común. Fui padrino de su boda con Lulú (la gran y querida actriz Lourdes Varela), quien a su vez era madrina de mi hija Constanza".
"Pero más allá de los sets de grabación nos unía una gran amistad. Junto con César Miguel Rondón compartimos veladas interminables hablando del oficio de contar historias, de cine, de literatura, de televisión, pero sobre todo, de la vida. Luis Alberto era un director extraordinario, sensible, inteligente. Los actores adoraban su lucidez a la hora de guiarlos en el rumbo de sus personajes. En el cine nos deja una obra maestra: Jericó. Una película que sin duda vencerá al tiempo".
El escritor venezolano señaló que si bien se alejaron a causa de la política, el cariño se mantuvo.
"Hace tres años volvimos a conversar por teléfono. En el sonido de su voz y en la mía estaba intacta la historia de nuestra amistad. Nos quedó pendiente el abrazo del reencuentro. Es una verdadera pena saber que ya no está".
Desde la Asociación Circuito Gran Cine también se lamentó la partida del director.
"Con inmensa tristeza despedimos a Luis Alberto Lamata (1959-2025), un pilar del cine venezolano cuya obra y pasión dejaron una huella imborrable en nuestra cultura. Director y guionista de películas icónicas como Jericó, Desnudo con naranjas, Taita Boves, Miranda regresa y Azú, Luis Alberto también brilló en televisión, llevando su talento narrativo a innumerables producciones que marcaron época en la pantalla venezolana. Su compromiso con el arte, su rigor histórico y su capacidad para retratar la esencia de nuestra identidad hicieron de él un referente indiscutible".