MIAMI.- Tras más de 15 años escribiendo sobre las experiencias propias y ajenas, el periodista español Itxu Díaz reúne en un libro las anécdotas que no han pasado desapercibidas delante de sus ojos.
MIAMI.- Tras más de 15 años escribiendo sobre las experiencias propias y ajenas, el periodista español Itxu Díaz reúne en un libro las anécdotas que no han pasado desapercibidas delante de sus ojos.
Bajo el título El siglo no ha empezado aún. Crónicas de un periodista en búsqueda activa de descanso, Díaz refleja la cotidianeidad y la belleza de las acciones de las personas.
DIARIO LAS AMÉRICAS entrevistó al periodista para conocer sobre el proceso de edición y el contenido de este ejemplar que también promete hacer reír a más de uno.
¿Cómo definiría la esencia de este libro?
El entretenimiento. La pasión por la crónica periodística levantada sobre dos bases: el buen humor y el desapego. Quiero decir que comprendo que a todos nos preocupan las amenazas de Kim Jong Un, pero a mí me parece más importante analizar la siniestra personalidad de su peluquero. La guerra entre Kim Jong Un y Donald Trump será estética antes que balística.
¿Cuál es el su propósito?
Vivimos tiempos de gravedad. Todo parece demasiado importante. La actualidad cada día es más densa. Y las nuevas formas de periodismo se encargan de que los últimos tres minutos parezcan decisivos para la humanidad. Bien, aclararé algo: no lo son. Ni siquiera Maduro y su hijo geógrafo pueden robarnos el placer de vivir. Se cuenta, con épica exagerada, que cuando en el año 1936 los comunistas iban a fusilar en España al dramaturgo de humor Pedro Muñoz Seca, éste les espetó durante su juicio-farsa: “Me lo podéis quitar todo, menos el miedo que tengo”. Obviamente lo fusilaron. El mal no soporta el sentido del humor porque es libertad. La mayor amenaza para el régimen venezolano es Luis Chataing. Y no va a armado. Es una cuestión de actitud. El siglo no ha empezado aún está escrito con la intención de demostrar que no hay muro tan grueso que no pueda derribar el humor. Y con la intención de entretener: si eres escritor y no haces un poco más feliz a tus lectores, es mejor que te cortes las manos y las vendas en Amazon. Nunca hay que perder la perspectiva de negocio.
¿Qué lo motivó a reunir las memorias de 15 años?
Son quince años escribiendo columnas cada semana. La mayor parte en España, pero también en EEUU, en The Daily Beast de Nueva York, o aquí en Miami, en Diario Las Américas. Muchas crónicas, risas, melancolías, y muchos textos inéditos. En fin, muchos amigos, compañeros y muchos lectores de muy diferente procedencia. Quería celebrarlo con ellos de esta manera. Este libro es una fiesta.
¿Cómo ha evolucionado su manera de narrar a través del tiempo?
Antes, por razones puramente científicas, era más joven, y supongo que quería cambiar el mundo en cada artículo. Aquello de Gil de Biedma: “como todos los jóvenes yo vine a llevarme la vida por delante”. Ahora, siguiendo con el poeta, prefiero contemplar “las dimensiones del teatro”. Creo que lo refleja mejor que nadie el pintor Íñigo Navarro en la extraordinaria portada que dibujó para este libro.
¿Qué busca demostrar a través de esas crónicas?
Me conformo si con El siglo no ha empezado aún los lectores descubren que la literatura, ya sea periodística o novelada, todavía es una trinchera de evasión. Aquí hay crónicas, de viajes, de pequeños acontecimientos, de nostalgias, y también muchos textos sobre los usos y costumbres de nuestro tiempo: nuestra forma de vestir, de relacionarnos, de descansar, de enamorar, y hasta de morir. En incluso, todo junto, como en el capítulo Cómo ligar en un funeral.
Durante 15 años como columnista, ¿cuál ha sido su mayor inspiración?
En lo literario, combinar la lectura de los clásicos con la de los contemporáneos. En lo demás, un bar, una cerveza y un folio en blanco. P. J. O’Rourke y Dave Barry saben lo que quiero decir.
¿De dónde surge su estilo al momento de escribir?
El estilo es un destino inevitable al que llegas sin mucha voluntad. Después te conquista y te absorbe. Es difícil saber, por ejemplo, si la prosa de Jaime Bayly es consecuencia de un estilo premeditado o de una forma de ver la vida. Sea como sea, nos divierte. Y de eso trata el columnismo. Supongo que de amargarnos ya se encarga el resto del periódico.