MADRID.- Pese a sus 76 años, la jubilación no está en los planes de Plácido Domingo, que el próximo martes celebrará su función 3.900 como el atormentado protagonista de "Macbeth" en el Teatro Real de Madrid. El tenor y barítono español seguirá cantando "hasta que el cuerpo aguante" y, por ahora, tiene en mente el siguiente desafío: "A ver si llegamos a las 4.000".
La ópera de Giuseppe Verdi cerrará la temporada del Real con una versión de concierto que cuenta con el director de la ópera de Los Angeles James Conlon al frente de la parte musical y con la soprano italiana Anna Pirozzi en el papel de la pérfida Lady Macbeth. Como suele ser habitual, se trata de la segunda versión, pero en este caso se incluirá el aria final "Mal per me" de la partitura original de 1847.
Según contó hoy Domingo, desde que cambió de cuerda la obra es una de sus preferidas, "tanto como lo fue el 'Otello'". Y es que a su juicio, ambas óperas verdianas inspiradas en Shakespeare "son la combinación de lo más difícil tanto vocal como interpretativamente". Aquí no basta "con cantar bien y moverte por el escenario", sino que "hay que ser actor": Estos personajes "hay que sentirlos de principio a fin", subrayó.
Emocionado por volver a su ciudad -"para mí son días de fiesta"-, Domingo confesó que pese a su larga trayectoria, "cada noche es un reto. Después de tantos años, "el público espera lo mejor, y hay que estar siempre pendiente de las condiciones físicas y vocales". Pero lejos de quejarse, afirma que su trabajo "es una bendición". "Disfruto de la música todos los días de mi vida", declaró.
Su fuerza y su optimismo ni siquiera se vieron empañados al ser preguntado por "Aída", la superproducción que, en su faceta de director de orquesta, soñaba con llevar por los grandes estadios de Europa. El inicio de la gira estaba previsto para mayo, pero tras varios problemas se aplazó a 2018 hasta que finalmente, el pasado mes, la empresa organizadora se declaró en bancarrota.
"Estamos en ascuas, como el público y como todo el mundo", lamentó Domingo, que iba a dirigir a la orquesta en ocho de las diez funciones previstas. Los socios restantes "no contestan", así que no sabe qué pasará. "Y es una pena, porque es una producción maravillosa". No obstante, se niega a hablar de "Aída" en pasado: "No quiero decir 'fue' porque espero que se realice. No creo que esto se pueda quedar en la nada".
Mientras, además de viajar a la Expo de Astaná (Kazajistán) a celebrar los 25 años del concurso Operalia y participar en los Festivales de Salzburgo, está planeando regresar al Teatro de la Zarzuela, donde debutó en Madrid tras dar sus primeros pasos en México. No sorprende, así, que la vida se le pase "tan rápido" y que los últimos 20 años le parezcan cinco. Pero Domingo se siente un privilegiado: "Gozo todo, y venir a Madrid ya es el máximo".
FUENTE: dpa
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