MIAMI.-RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe
Las dos reuniones públicas de este jueves fueron la última oportunidad que los precandidatos tuvieron de exponer sus puntos de vista antes de la primarias del sábado en Carolina del Sur y los Caucus en Nevada
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El político puede despuntar en un minuto pero también se puede perder en un segundo. La noche pasada, durante una reunión comunitaria en Carolina del Sur, el empresario Donald Trump estuvo al borde del abismo. Dijo dos cosas: que el presidente George W. Bush mintió sobre la guerra y que él siempre se opuso al conflicto.
El tema salió a colación a pedido de un asistente en el público que le cuestionó su crítica al exmandatario. Trump intentó decir que no era cierto pero las pruebas fueron abrumadoras. El miembro del público insistió tantas veces que al final, el empresario aceptó de una vez que lo había dicho pero que, en última instancia, "la verdad es que en Irak no se encontraron armas de destrucción masiva. Punto final". No lo fue, sino el inicio de otra 'bronca', cuando el moderador de la cadena CNN le preguntó si no era cierto que estuvo a favor de la guerra.
Trump intentó esquivar la pregunta diciendo que desde el inicio se opuso, pero confrontado con una grabación tomada del programa de Howard
Stern en ese entonces, donde dijo que "si, quizás estoy a favor". El empresario se justificó: "Vamos a ver, yo no era un político en esa época. No hay un gran registro de lo que yo he dicho o mis opiniones pero si, a los mejor dije eso. Pero al comienzo de la guerra ya estaba en contra. De todos modos, creo que fue el mayor error que un presidente de Estados Unidos podía haber hecho". ¿Porqué? "Porque Sadam Hussein no tumbó las Torres Gemelas. Hay una serie de documentos secretos que hablan de ello y yo quiero verlos", acotó.
Casi al mismo tiempo, en Las Vegas y por la cadena MsNBC, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton intentaba defenderse de una vieja afirmación suya. Dijo que estaba de acuerdo con el establecimiento en Estados Unidos de un salario mínimo de 12 dólares la hora y no de 15, como hubo de propugnar hace un año y que es lo que defiende su contrincante, el senador Bernie Sanders. "Tenemos que ser realistas", justificó.
Ante una audiencia fuertemente hispana, Clinton y Sanders tuvieron la oportunidad de exponer su política hacia la inmigración. "Será una de las mayores prioridades de mi administración", dijo Clinton, para lo cual enviará la necesaria legislación al congreso durante sus primeros 100 días en la Casa Blanca.
De paso se comprometió a subsidiar los estudios universitarios de los hijos de inmigrantes que fueron traídos a Estados Unidos siendo menores de edad y prometió levantar las restricciones de 10 años al reingreso de los indocumentados que haya sido deportados sin tener un pasado criminal algo, le recordó a Sanders, "que usted votó a favor".
Sanders aseguró que la reforma migratoria era su "mayor prioridad" pero, "no quiero ser un dictador acá" por lo cual no se comprometió con un plazo preciso."Recuerden que una ley de este matiz es muy difícil de llevar al congreso", afianzó.
Los dos se enfrascaron en una controversia, aunque no directa ya que fueron entrevistados por separado, sobre quien ha apoyado más al presidente Barack Obama durante sus dos mandatos. A Sanders, le recordaron que el año 2011 dijo en una entrevista que quien fuera el oponente dentro del partido al presidente lo iba a arrastrar "hacia la izquierda". El senador desestimó las declaraciones con el argumento de que era un "tema de la prensa". Clinton contestó que antes de postularse, Sanders no era ni siquiera un demócrata lo que le valió unos abucheos de la audiencia.
Del otro lado, en Carolina del Sur, Trump se presentó como un hombre abierto a todo tipo de opiniones y se definió como alguien tolerante. "Puede encerrarme dentro de una sala con un grupo de personas y a los 10 minutos estamos de acuerdo", pero "no creo que en estos tiempos debamos ser políticamente correctos" porque "con el estado del mundo hay que ser firme en las decisiones".
En términos migratorios, Trump insistió en la construcción de un muro en la frontera con México que "los mexicanos van a pagar" y, "cada vez que insistan que no, lo subo unos 10 pies más". El empresario cometió un error garrafal al mencionar al presidente mexicano como Felipe Calderón y no el actual Enrique Peña Nieto.
El empresario inmobiliario se encuentra enfrascado en una controversia con el papa Francisco quien, de visita en México, dijo esta semana que Trump no era un "buen cristiano" por propugnar la construcción del muro. "Yo creo que al Papa lo informaron mal. Yo tengo un gran respeto por él y no creo que crea que yo no sea un buen católico. No tiene importancia. Es una gran persona, que hay que escuchar y seguir", dijo Trump al desdramatizar la polémica.
Mucho más comedido, articulado y claro fue el exgobernador de Florida, Jeb Bush quien, sin grandes alaridos, comenzó por decir que si le tocara nombrar un juez el Tribunal Supremo en un año de elecciones lo haría. "Es lo constitucional", algo e lo que discordaron el miércoles sus contendientes los senadores Ted Cruz y Marco rubio. Trump también dijo estar de acuerdo.
Pero fue muy enfático en sus críticas al presidente Obama a quien acusó de no haber sabido montar una alianza estratégica con los combatientes Suni en Irak y Siria para combatir al Estado Islámico, una alianza "que se mostró viable y sólida en el pasado" pero que ha sido imposible, en su opinión, por la falta de liderazgo del mandatario.
Un joven republicano en la audiencia quiso saber que pensaba del uso medicinal de las drogas, en particular la marihuana. "No me gusta el término, pero lo más importante es la despenalización. Es mucho mejor que nos enfoquemos en el tratamiento y la prevención que en la cárcel y el castigo", dijo.
Las dos reuniones públicas fueron la última oportunidad que los precandidatos tuvieron de exponer sus puntos de vista antes de la primarias del sábado en Carolina del sur y los Caucus en Nevada, donde se pudiera definir mucho más la correlación de fuerzas. Aunque en términos de Florida, la embate más serio son las primarias de marzo en el estado del sol donde Trump se encuentra al frente de las encuestas y pudiera decidir el futuro de Bush o Rubio.
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