BARCELONA.- El delantero argentino Lionel Messi salvó este domingo una triste victoria del Barcelona por 2-1 ante el modesto Leganés gracias a los dos goles que marcó, uno de ellos de penal a dos minutos del final.
BARCELONA.- El delantero argentino Lionel Messi salvó este domingo una triste victoria del Barcelona por 2-1 ante el modesto Leganés gracias a los dos goles que marcó, uno de ellos de penal a dos minutos del final.
El encuentro, correspondiente a la vigesimotercera jornada de la Liga española de fútbol, sólo le dejó al conjunto de Luis Enrique los tres puntos. Más allá de todo eso, mostró una profunda melancolía y un juego que le debe llenar de preocupación, pues no fue mejor que un rival muy modesto que lucha por la permanencia.
Al menos salvó una victoria que le permite mantenerse segundo en el torneo con 51 puntos, a uno de un Real Madrid que todavía debe jugar dos encuentros que tiene aplazados. El primero será el miércoles en el campo del Valencia.
La cita se planteaba como una excelente oportunidad para que el Barcelona transmitiera algo de optimismo tras su debacle ante el París Saint-Germain. Pero lo cierto es que el encuentro sólo sirvió para acrecentar la herida de un Barcelona en plena crisis de todo: de identidad, de juego y, casi, de resultados.
El modesto equipo madrileño generó las ocasiones más claras y el mejor jugador del partido fue Marc-André Ter Stegen, el arquero local. Y eso que el Barcelona comenzó la noche con viento de cara. A los tres minutos, Luis Suárez asistió para que Messi marcara. El Camp Nou se frotaba las manos ante una noche de goles, presumía.
No ocurrió nada de eso, más bien al contrario. Con un centro del campo compuesto por André Gomes, Ivan Rakitic y Rafinha, el Barcelona fue de nuevo incapaz de crear juego. Todo pasó por las corridas de Messi y algún desmarque de Suárez. El resto del equipo dimitió.
Ante esta perspectiva, el Leganés se creyó con todo el derecho de soñar con la sorpresa y la persiguió. Se tropezó en su intento con Ter Stegen, quien salvó al Barcelona con un par de intervenciones antes del descanso. Para entonces, el Camp Nou abucheaba y aplaudía a partes iguales al técnico azulgrana, Luis Enrique, uno de los señalados del desastre de París.
Nada cambió en la segunda parte. Por contra, el Leganés se fue sintiendo cada vez más cómodo sobre el campo mientras el Barcelona mostraba una inesperada desidia. Parecía que no le apetecía jugar, que ya daba por ganado el encuentro ante su modesto rival.
El Leganés dio un par de avisos serios antes de marcar su gol. Éste llegó a los 71 minutos en una jugada que comenzó con una absurda pérdida de balón de Sergi Roberto, reflejo de la apatía azulgrana, y concluyó con un remate certero de Unai López.
Entonces el Barcelona sí se vio urgido a despertar. Lo hizo con el poco fútbol que acostumbra en las últimas fechas. Y lo salvó un penal a última hora cometido sobre Neymar. Messi marcó y ni lo celebró, consciente de la mala imagen que está dejando su equipo en las últimas fechas. Ni la victoria maquilló una actuación tan deficiente.
FUENTE: dpa