La semana pasada escribí una columna sobre Ronald Acuña, un talento que parece venir de otra galaxia. Esta semana se confirmó que participará en el Home Run Derby; de hecho, fue el primer “inscrito” en la competencia de fuerza. Puede tener las ganas y será en Atlanta, su casa. Quizás no tiene nada que demostrarle a nadie en el terreno, pero todavía se ve que le falta madurez.
Su poder, velocidad y capacidad para cambiar el rumbo de un juego están más que comprobados. A sus 27 años, es una de las figuras más dominantes de la MLB y un pilar fundamental para su equipo. Por eso, la expectativa y la emoción ante su participación en el derby son naturales. Sin embargo, también hay un lado más prudente que merece atención.
En una temporada larga, exigente y cargada de presión, la prioridad para un jugador de su nivel debería ser el descanso y la recuperación, más cuando apenas inició a jugar tras una operación de rodilla en 2024. Un torneo como el Home Run Derby, aunque espectacular, no deja de ser un esfuerzo extra, con riesgos de lesiones o desgastes musculares para un pelotero que, si bien ha puesto una vez más números de otra galaxia, apenas está comenzando su temporada.
Para Acuña, que ya ha demostrado con creces su calidad en el terreno, participar en un concurso de jonrones podría no ser la decisión más sabia desde el punto de vista deportivo. El descanso y la preparación para lo que viene deberían ser su enfoque principal, sobre todo en una liga donde cada juego cuenta y cada lesión puede ser un golpe duro para el equipo.
Es cierto que el derby genera un gran espectáculo y que los fanáticos esperan ver a las estrellas en acción, pero el talento de Ronald no depende de un concurso. Él brilla todos los días en el terreno y su poder es una de las principales virtudes, así que no tiene que demostrar que puede hacer dantescos contactos una noche, lo hace día a día.
No todo se demuestra en el terreno
A veces, el verdadero talento también se mide por la capacidad de tomar decisiones inteligentes, de saber cuándo es momento de pausar para llegar más lejos en la temporada. Para Ronald Acuña, el mayor desafío puede ser balancear la pasión por el juego con la prudencia que exige un calendario tan demandante.
En definitiva, Ronald no necesita validarse con un derby. Su talento habla por sí solo. La pregunta es si el brillo momentáneo del espectáculo vale el riesgo que puede traer para su salud y la continuidad en la temporada.