WASHINGTON — La directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, anunció este miércoles un plan para recortar el tamaño del organismo en un 40 por ciento para finales de este año, asegurando que permitirá un ahorro de 700 millones de dólares (poco más de 600 millones de euros) anuales a los contribuyentes.
En un comunicado difundido por el organismo, la alta funcionaria de la administración Trump presentó una medida "largamente esperada", cuyo objetivo principal es que la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI, por sus siglas en inglés) lleve a cabo su labor "con integridad, de la manera más ágil, eficaz y eficiente".
La denominada "ODNI 2.0" eliminará "misiones, funciones y personal redundantes" para, en su lugar, invertir en "las prioridades de inteligencia nacional del presidente", Donald Trump, indicó Gabbard, quien justifica los recortes porque el organismo, en sus 20 años desde su fundación tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, "se ha vuelto excesivo e ineficiente, y la comunidad de inteligencia está plagada de abuso de poder, filtraciones no autorizadas de inteligencia clasificada y el uso politizado de la inteligencia como arma".
"Erradicar la politización del espionaje"
La nueva ODNI buscará, por ello, "poner fin al uso de la inteligencia como arma y responsabilizar a los malhechores; es esencial para comenzar a ganarnos la confianza del pueblo estadounidense, que se ha visto erosionada durante mucho tiempo", afirmó Gabbard.
El anuncio llega en un momento en que la directora de Inteligencia Nacional se ha mostrado abiertamente confrontativa con las malas prácticas y apunta a sus anunciados esfuerzos por erradicar la "politización" del espionaje estadounidense.
De hecho, Gabbard revocó esta semana las autorizaciones de seguridad de cerca de 40 funcionarios y exfuncionarios a los que ha acusado de "abusar de la confianza pública al politizar y manipular la inteligencia".
La mayoría de las personas a las que afecta esta medida trabajaron en la "evaluación" sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, un caso que ha generado un escándalo debido a que fue creado por razones políticas en un intento de los demócratas de dar un golpe de Estado a la presidencia de Trump durante el primer periodo (2017-2021). También afecta a otros agentes que trabajaron en otras amenazas extranjeras a los comicios estadounidenses, de acuerdo con el diario 'The New York Times'.
FUENTE: Con informaciòn de Europa Press