WASHINGTON.- Un equipo de 230 personas está realizando pruebas de ADN a familias de inmigrantes indocumentados que han sido separadas para cumplir con los plazos establecidos por la Justicia que hace ocho días ordenó reunificarlas, informaron este jueves las autoridades.
"Tenemos a 230 empleados trabajando en las instalaciones del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), de una manera que no tiene precedentes, realizado análisis de ADN", señaló el secretario del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS), Alex Azar, durante una conferencia de prensa telefónica.
Azar explicó que el propósito de destinar semejante cantidad de personal para la elaboración de estas pruebas responde a la necesidad de confirmar "los parentescos de forma rápida y precisa".
El funcionario aseguró que la Administración cumplirá con el plazo dado por la Justicia para llevar a cabo la reunificación de los niños con sus padres, aunque para ello el HHS deba "rebajar" sus estándares a la hora de evaluar la idoneidad de los padres o tutores que se harán cargo de los pequeños.
"Para poder cumplir con estos plazos, el HHS tendrá que rebajar su tradicional enfoque de elaborar una revisión profunda de la idoneidad y seguridad de los tutores en detrimento de un proceso más expeditivo", advirtió Azar.
Las declaraciones del secretario se producen antes de que el próximo martes se cumpla el plazo dado por un tribunal de San Diego (California), que ha ordenado al Gobierno reunificar a los menores que fueron separados de sus padres en la frontera.
El juez federal que tomó la decisión, Dana Sabraw, dio 14 días de plazo a la Administración para cumplir con la sentencia en el caso de los menores de 5 años y de 30 días para los mayores de esa edad.
"No se equivoquen, cumpliremos con los plazos oficiales de los tribunales, pero estos no son plazos que obedezcan a los tiempos que requiere el dar el visto bueno a los padres (...). Pero hasta entonces, emplearemos cada minuto del que dispongamos para confirmar la relación y la idoneidad de los padres ", insistió Azar.
La Administración puso en marcha el pasado abril las llamadas políticas de "tolerancia cero" por las que los inmigrantes que cruzan irregularmente la frontera pasan a ser procesados criminalmente, lo que implica la división de familias con menores.
A mediados de junio, Trump decretó el fin de las separaciones de familias en la frontera debido a las duras críticas recibidas y optó por que los menores permanezcan detenidos con sus progenitores.
Desde entonces el Gobierno ha reunido a 538 niños con sus parientes, aunque más de 2.000 menores siguen recluidos y apartados de sus familiares, según datos de Seguridad Nacional.
FUENTE: EFE