ADRIEL REYES
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La muerte de cinco oficiales de policía mientras custodiaban una marcha pacífica provoca consternación y alarma en las autoridades
ADRIEL REYES
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“Lo más importante es continuar con nuestras vidas, fundamentalmente en la comunicación”, declaró en exclusiva a DIARIO LAS AMÉRICAS Mónica Alonso, vice alcaldesa de la ciudad de Dallas, que amaneció de luto a causa de la muerte de cinco de sus oficiales de policía, a manos de un ciudadano.
“Necesitamos trabajar juntos, la policía y la comunidad, que si ven algo, lo reporten porque así se conoce qué es lo que está sucediendo en la ciudad. Cuando una vecindad se une, es invencible”, añadió la funcionaria electa.
En los sucesos de Dallas, ocurridos el 7 de julio, un hombre afroamericano fuertemente armado disparó contra oficiales de Policía y dejó un saldo de cinco agentes muertos y otras siete personas heridas.
El atacante de 25 años, que fue identificado como Miqueas X. Johnson, declaró que había salido a eliminar oficiales blancos en venganza por las personas de raza negra que recientemente habían muerto a manos de la policía.
Autoridades que se han manifestado al respecto ratifican que amparada en las leyes que rigen la democracia, cualquier minoría como los afroamericanos están en todo su derecho de manifestarse contra lo que consideren abusos, de forma pacífica, pero también ratifican que nada justifica la violencia contra personas que portan un uniforme, con el propósito de proteger a la población.
Así lo expresó la fiscal general, Loretta Lynch: "La respuesta nunca debe ser la violencia, la respuesta debe ser la acción. Calmada, pacífica, cooperativa y determinada. Debemos acordarnos de que todos somos estadounidenses, no sólo compartimos una tierra común sino una vida en común”.
"Para aquellos que buscan mejorar nuestro país a través de la protesta pacífica, quiero que sepan que su voz es importante. No se desanimen por los que utilizan sus acciones legales como una coartada para su violencia atroz", dijo Lynch a las personas que han participado en las manifestaciones, a las que prometió proteger.
En sus palabras a este rotativo la vicealcaldesa Alonso insistió en que es importante reconocer que “todos somos humanos e hijos de Dios y debemos reconocernos como tal; sé que hay mucho racismo, mucho odio pero todos estamos aquí para proveerle una mejor calidad de vida a nuestros hijos y nuestra familia. Le pedimos oraciones por la vida de todos aquellos que han caído como resultado de la violencia”, acotó.
Por su parte, Roberto R. Alonzo, representante al Congreso estatal en Texas, en conversación telefónica con DIARIO LAS AMÉRICAS precisó que ahora en Dallas hay mucha inquietud, mucho luto.
"La gente está muy triste, pero nuestro alcalde, Mike Rawlings, ha tomado las riendas para pedir calma. Se ha dicho además a la población que se hará todo lo necesario para que haya seguridad".
Alonzo, quien forma parte de la comunidad hispana, interrogado acerca de si se pueden impedir hechos como los ocurridos en la noche del jueves, indicó: "Claro que sí, vivimos en una democracia. Hay que respetar los derechos de la policía, pero también los de la gente que está descontenta y quiere protestar. Sabemos que hay personas que pueden hacer el mal, pero tienen que saber que caerá sobre ellos todo el peso de la ley", concluyó.
El jefe de la Policía de Dallas, David Brown, manifestó en una rueda de prensa que no les quedó “otra opción", que aniquilar a Micah Xavier Johnson, señalado como autor de la matanza, utilizando un “robot bomba”.
Brown indicó que el sospechoso se atrincheró durante más de una hora armado en un aparcamiento de Dallas mientras profería numerosas amenazas y aseguraba que "quería matar a gente blanca, especialmente a agentes de policía blancos".
Según reportes de prensa, Johnson, de 25 años, formó parte de la reserva del Ejército estadounidense entre marzo de 2009 y abril de 2015. Récords oficiales indican también que combatió junto en Afganistán con el Ejército entre noviembre de 2013 y julio de 2014.
Entrenamiento, control de armas y violencia
El caso de Dallas constituye una paradoja por el trabajo que ha venido realizando ese departamento de policía para reducir la violencia por parte de los agentes.
Desde 2010, cuando David Brown tomó el control del departamento de la ciudad, las quejas por brutalidad policía en la ciudad tejana han descendido de 147 en 2009 a 13 en noviembre de 2015, según un reportaje del Dallas Morning News. Detrás de todas esas acciones se encuentra el ejemplo del hijo de Brown, también agente de policía, quien falleció a manos de sus compañeros, tras disparar a un joven civil y a otro agente en 2010.
Brown ha basado su receta reformista en cuatro pilares: transparencia, patrullaje comunitario, una política de rendición de cuentas de los agentes y programas de entrenamiento que abogan por reducir el uso de fuerza letal.
Pero con eso solo no basta. Los policías y las fuerzas de seguridad deben estar más entrenadas para responder ante situaciones con armas largas o de gran potencia como sucedió en Dallas o en Orlando.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama dijo que es por todos conocido que cuando la gente tiene armas poderosas en su poder, desafortunadamente pueden llevar a cabo ataques como este, con más víctimas mortales y con desenlaces cada vez más trágicos.
El entrenamiento a las fuerzas de seguridad también debe estar dirigido a que los oficiales no efectúen la detención de un ciudadano, basado en su origen étnico, el color de su piel, sexo. Se debe educar a la Policía para realizar detenciones sin violencia y hermanar a las fuerzas de seguridad con la comunidad.
La nación está de luto
La consternación sacude a la nación y desde el viernes por orden del presidente, Barack Obama, las banderas estarían ondeando a media asta durante cuatro días en los edificios públicos, las sedes diplomáticas, bases militares y navíos estadounidenses en todo el mundo.
Los gestos de luto se sucedieron por todo el país. En Washington los congresistas guardaron un minuto de silencio y las ofrendas florales se acumularon en el Memorial de las Fuerzas Policiales.
Un enorme neón con el mensaje "Back the Blue" (Apoyo a los azules, el color del uniforme de los policías), se proyectaba en las pantallas de uno de los principales hoteles del centro de Dallas.
La solidaridad se replicó en las redes sociales y algunos policías de Dallas publicaron fotografías de cómo habían participado en la manifestación, convocada por el grupo "Black Lives Matter" (Las vidas de los negros importa), que se desarrollaba de manera pacífica y que estaba concluyendo cuando comenzó el tiroteo.
El movimiento civil de alcance nacional llamado "Black Lives Matter" y reclama el fin de la violencia policial contra la comunidad afroamericana, no le otorga el derecho a ninguno de sus miembros de hacer justicia por su cuenta.
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