CARACAS.-JUAN FRANCISCO ALONSO
Especial
Tras las medidas del Estado, la compañía, que ya dejó de producir las cervezas y maltas, pudiera quedarse en pocos meses sin insumos para manufacturar otros alimentos
CARACAS.-JUAN FRANCISCO ALONSO
Especial
La semana pasada los venezolanos fueron sorprendidos con la noticia de la paralización, por falta de materia prima, de las plantas de cerveza y malta de Empresas Polar, las cuales surten al 70% del mercado, pero noticias similares podrían repetirse en cuestión de semanas en otras fábricas del principal conglomerado de bebidas y alimentos del país.
La información figura en un dossier elaborado por fuentes del sector y autoridades del Ministerio de Alimentación, en el cual se admite que entre el 9 de mayo y el 16 de junio la producción de pasta, avena, refrescos, aceite de maíz, harina de maíz precocida, con la cual se hace la tradicional arepa; de atún enlatado; y margarinas se detendrá a menos que las autoridades les faciliten los insumos importados indispensables para seguir laborando.
El cierre de las cuatro cervecerías de Polar (Maracaibo, San Joaquín, Los Cortijos y Oriente) se suma a las interrupciones de las plantas de mayonesa, de arroz y de salsa de tomate. Esta última ya tiene cinco meses con sus máquinas apagadas, por falta de “pasta de tomate”, figura en el documento.
El presidente de EmpresasPolar, Lorenzo Mendoza, ofrece una rueda de prensa en Caracas. (EFE)
En el texto también se confirmaría otra sospecha y es que la intención de las autoridades es hacer inviable la operación de Polar, pues mientras las tres plantas de harina de maíz precocida que tiene el grupo encabezado por Lorenzo Mendoza tienen inventarios para producir la famosa Harina PAN hasta el 23 de este mes, seis de sus competidores, entre ellas las estatizadas Monaca, Pronutricos y Proarepa, tienen materia prima suficiente para seguir hasta septiembre.
Otro ejemplo es el caso de la avena, mientras Polar tiene almacenada materia prima suficiente para producir la avena Quaker hasta el 11 de mayo, Avelina, cuyos propietarios serían cercanos al Gobierno tendrían para meses.
La cerveza es otro ejemplo digno de mencionar, mientras la del oso va desapareciendo de los mercados, licorerías y bares y restaurantes su competidora, Regional, se mantiene porque ha recibido las divisas necesarias para importar la cebada y el lúpulo necesario para hacer las famosas bebidas.
¿Cuál sería la intención de las autoridades? El presidente Nicolás Maduro la reveló el pasado 1 de mayo, en la concentración por el día del trabajador, cuando afirmó: “El que quiera parar una planta por sabotaje, lo que puede terminar es en Canadá [en referencia a una cárcel], detrás de los barrotes, encanao [preso], justicia, justicia”, dijo y agregó: “Planta parada, planta tomada por la clase obrera, rebelión”.
Oscuro panorama
La interrupción de la producción de cerveza no sólo está colocando en riesgo más 10.000 empleos directos y cerca de 300.000 indirectos, de acuerdo a la compañía, sino que de extenderse en el tiempo podría poner en jaque la pervivencia del grupo que acaba de cumplir 75 años de existencia y el cual genera más de 30.000 empleos directos en el país. ¿La razón? “El 90% de las ganancias hoy por hoy provienen de la cerveza y de las otras bebidas, porque en la parte de alimentos el grueso de los productos están regulados por el Gobierno y se venden por debajo del precio real de producción, es decir a pérdida”, precisó uno de los confidentes.
Desde 2003 en Venezuela está vigente un control de precios mediante el cual el Gobierno impone a las empresas los precios a los que venderán sus productos y los ajustes en algunos casos demoran años. Por ejemplo un kilo de harina para arepas se vende en 19 bolívares el kilo (1,9 dólares a la tasa oficial de 10 bolívares por billete verde, pero a las otras tasas no llegaría ni al centavo).
A esto habría que sumarle el control de divisas, el cual obliga a todo venezolano que desee importar algún bien o servicio acudir a las autoridades (Cencoex) para cambiar sus bolívares por dólares. Sin embargo, la escasez de divisas que sufre Venezuela debido a la caída de los precios del petróleo ha provocado una drástica reducción de las asignaciones para importar, lo cual en un país que trae del exterior el 75% de lo consume es serio.
En días pasados la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) advirtió que los inventarios del sector dan para 15 días y que si no cumple con la deuda de 1,6 millardos de dólares los industriales venezolanos no podrán volver a acudir a sus proveedores internacionales.
Pese a los riesgos para el empleo y el abastecimiento las autoridades no parecen estar dispuestas a atender la petición de Polar para que les cancelen los 200 millones de dólares que les adeudan, solo por insumos para cerveza, para así reactivar la producción, sino que por el contrario en los últimos días han insistido en sus amenazas.
“Señor Lorenzo Mendoza usted con sus reales, con su alcurnia tenga la seguridad de que más temprano que tarde le tocaremos la puerta. Empresa que esté cerrada, empresa que ha de ser tomada por los trabajadores, el pueblo y el Gobierno para garantizar la seguridad alimenticia. Si cree que esto son bravuconadas no nos conoce”, afirmó el miércoles el expresidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien se mostró despreocupado por la situación de las cervecerías al afirmar: “Porque no haya cerveza este pueblo no se va a morir”.
Como ya lo hiciera a principio de abril el presidente Nicolás Maduro, invitó a Mendoza a traer parte de los 5.500 millones de dólares ha recibido en estos años para asegurar la operatividad de sus plantas.
Consultado sobre la viabilidad de esta alternativa, Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, la refutó de la siguiente manera: "Primero no hay garantías de que una vez que la mercancía llegue al puerto te la den, pero en segundo lugar esa es una invitación a quebrar. El Gobierno le está pidiendo a los empresarios que pongan los dólares para traer los insumos, pero no garantiza que ellos puedan vender los productos que hagan al precio que les permita después cambiar esos bolívares en dólares y reponer esa inversión. Lo que le está diciendo es trae tus dólares a una cárcel y cámbialos en bolívares para que la inflación los pulverice. Eso es una invitación a quebrar y para eso preferible que tomen las plantas".
Lo que haya
Para León la situación con Polar y con la industria en general de alimentos sólo conduce a un sitio: mayor desabastecimiento.
“Hoy por hoy en el 80% de los comercios de Caracas no se consigue los productos básicos regulados como la leche, la margarina, la harina y eso no cambiará, mientras no cambie esta política económica, en la cual los empresarios no pueden importar libremente, porque hay un control de divisas y como no hay divisas tienen deudas con los proveedores y perdieron el crédito”, dijo.
Aunque rechazó hablar de hambruna o situaciones similares, León sí auguró que el país se encamina a una “primitivización” del mercado. ¿Qué significa eso? “Más marcas desaparecerán, lo mismo que productos y la gente perderá aún más la capacidad de elegir que come, por lo que terminará comiendo lo que encuentre y pueda pagar”.
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