CARACAS.-PEDRO PABLO PEÑALOZA
Especial
Analistas opinan que el despliegue de militares hacia cargos clave de la economía se puede interpretar como la renuncia por etapas del Gobierno actual
CARACAS.-PEDRO PABLO PEÑALOZA
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Aunque la revolución chavista dice ser “roja rojita”, el color que predomina es el verde olivo. Nada es ajeno a los militares en Venezuela. Miembros de la Fuerza Armada Nacional (FAN) se encargan del sector eléctrico, la agricultura, la pesca, la alimentación, la construcción de viviendas, el seguro social, la asignación de divisas, las millonarias importaciones, el sistema tributario y la seguridad interior, por citar algunas áreas estratégicas que están bajo su control.
Sin embargo, el 10 de febrero marcó un hito en la historia del poder militar en la República Bolivariana. Ese día salió publicado en la Gaceta Oficial un decreto, firmado por el presidente Nicolás Maduro, que ordena la creación de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg).
Camimpeg tiene por objeto social “todo lo relativo a las actividades lícitas de servicios petroleros, de gas y explotación minera en general”, su duración se extenderá por medio siglo, y los miembros de su junta directiva serán “designados por el Ministro de Defensa”. Por todo esto, la empresa ya ha sido bautizada por analistas y críticos del Gobierno como la “PDVSA (Petróleos de Venezuela) militar”.
En entrevista concedida a DIARIO LAS AMÉRICAS, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, interpretó esta decisión de Maduro como una concesión “para contar con cierta base de respaldo en algún sector” de la FAN. “Son concesiones, contraprestaciones. Como decían los romanos: Do ut des, doy para que des”, indicó.
El lanzamiento de Camimpeg también fue cuestionado por simpatizantes del oficialismo. El portal Aporrea, identificado con la revolución chavista, difundió un artículo titulado “Padrino López dio un golpe de Estado y ahora es Presidente paralelo”, que fustiga al titular venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López, y rechaza a la naciente compañía.
“Sin lugar a dudas, es el desmontaje de todo el aparato económico del país y que en lo sucesivo será conducido por los militares. Si hasta el martes pasado, el presidente de PDVSA le reportaba al presidente de la República, Nicolás Maduro, ahora el presidente de Camimpeg le reporta a Padrino López, por regla de tres simple: ¿Quién es el Presidente de la República de facto? Significa la renuncia de Maduro por etapas, poco a poco”, cuestionaba Rosa Natalia, autora de la nota difundida en Aporrea.
En el limbo
El economista Luis Oliveros considera que la determinación adoptada por Maduro “envía un muy mal mensaje al mercado y a los venezolanos”. El experto en comercio petrolero advierte que “no está claro por qué los militares tienen que conformar una empresa petrolera, cuando su área de experticia es la defensa del país”.
Oliveros tiene más dudas que certezas. “No está claro por qué se hace eso ni qué activos tendrá la empresa. No se sabe si la idea del Gobierno es traspasar activos para tratar de escudarse de un default que vaya a hacer PDVSA, tampoco está claro cómo queda PDVSA en todo esto”. Ante la incertidumbre, recomienda esperar la evolución de los acontecimientos “para conocer los alcances de la empresa y qué hará en realidad”.
La Asamblea Nacional manifestó que investigará la constitución de Camimpeg. El vicepresidente de la Comisión de Energía y Petróleo, el diputado opositor Elías Matta, informó que solicitará al presidente de PDVSA, Eulogio del Pino, y a Padrino López que expliquen cuáles son los objetivos de esta compañía y “la experticia de la Fuerza Armada para participar en estas tareas específicas”.
La abogada Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano, llama la atención sobre el hecho de que pese a los escándalos de corrupción que salpican a integrantes de la FAN, “continúan entregándoles cuotas de participación en el manejo económico del país, sin la debida rendición de cuentas y transparencia y para actividades que no encuadran, la mayoría de las veces, en la defensa nacional”.
San Miguel destaca que en estos momentos los militares cuentan con una televisora, un banco, y empresas de transporte de valores, constructora, embotelladora, ensambladora de vehículos, fábricas de confección y el complejo industrial Tiuna. En todos estos casos, advierte, los venezolanos “desconocen los balances, siendo una regla la opacidad en la gestión y sus resultados”.
Ahora que el país atraviesa una crisis en todos los órdenes, la portavoz de Control Ciudadano se pregunta si Camimpeg “simboliza la entrega de un anclaje económico a los militares para una eventual transición política en Venezuela”.
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