CARACAS.- JUAN FRANCISCO ALONSO
Expertos consideran que ambas tienen riesgos, pero se inclinan por la enmienda constitucional en las actuales circunstancias
CARACAS.- JUAN FRANCISCO ALONSO
Como Hamlet, la oposición venezolana está frente a una disyuntiva. Una enmienda constitucional para reducir el período constitucional o activar el referéndum revocatorio. ¿Cuál es la mejor vía, la más rápida y menos traumática para desalojar a Nicolás Maduro del Palacio de Miraflores? ¡He allí el dilema!
El presidente de la Asamblea Nacional, diputado Henry Ramos Allup, ya ha dejado en claro que ve con buenos ojos la primera, por considerarla “más expedita y menos complicada”. La tesis de modificar el artículo 230 constitucional para reducir el mandato presidencial de seis años a cuatro fue respaldada por el gobernador de Miranda y dos veces excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, quien no obstante también cree que la oposición debe solicitar el revocatorio.
“La enmienda será obstaculizada por el Tribunal Supremo de Justicia, pero sobre el referéndum no tienen argumentos posibles, al activarse, el Gobierno se tendrá que someter a la consulta. Se recogen las firmas y se activa el proceso, porque la Unidad está en la posibilidad de superar, por inmensa mayoría, los votos que sacó Maduro en la elección presidencial pasada”, aseveró la semana pasada.
¿Ahora cuál es la mejor alternativa para la oposición? El exmagistrado de la Sala Electoral del TSJ, José Peña Solís; y el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela, Luis Salamanca, coincidieron en apuntar hacia la enmienda como la preferible en las actuales circunstancias, donde el Gobierno y el Poder Judicial han dejado en claro su intención de obstaculizar cualquier iniciativa del Parlamento.
“Todas las soluciones son complejas, pero la enmienda creo que es la mejor”, afirmó el jurista, quien explicó: “La enmienda se puede activar con el 30% de los diputados de la Asamblea, mientras que el revocatorio requiere para su celebración que se recojan el 20% de las firmas del padrón electoral y veo difícil que se recojan luego de lo ocurrido en 2004, cuando a partir de las firmas se elaboró la famosa lista Tascón, la cual se utilizó para despedir a funcionarios que respaldaron el revocatorio contra Hugo Chávez y para negarle empleo o contratos con el Estado a quienes aparecían en ella”.
Salamanca también consideró al mecanismo previsto en el artículo 341 de la Constitución como la “más sencilla”, pues “requiere del 30% de los diputados y la oposición tiene las 2/3 partes (66% de los escaños), además se tramita como una ley ordinaria y se puede aprobar por mayoría simple, luego de lo cual se pasa al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que la someta a referendo sin que pueda objetarla de ninguna forma”.
Un atajo riesgoso
Pese a sus afirmaciones, los expertos reconocieron la enmienda tiene sus puntos débiles, el principal es el de la retroactividad, es decir a un Presidente en ejercicio que fue elegido para gobernar seis años se le puede reducir su mandato a cuatro.
“El TSJ seguramente dirá que no se puede aplicar para este período”, pronosticó Peña Solís. Lo mismo hizo Salamanca, quien sin embargo ofreció el siguiente contraargumento: “En 2009 Chávez presentó una enmienda para establecer la reelección indefinida de los cargos de elección popular, pese a que ella fue rechazada casi dos años antes en un referendo sobre una reforma, lo cual ya hay un precedente sobre este tipo de cambios sobre la marcha”.
Ramos Allup, por su parte, aportó otro alegato: “Para acabar con el argumento de que es discriminatorio acortar sólo el mandato del Presidente, yo propondría tres enmiendas: una para recortar el tiempo del Ejecutivo, otra para hacer lo mismo con el del Legislativo y otra para el Tribunal Supremo”.
En la AN ya reposan dos propuestas para reducir el mandato del Jefe del Estado, una la presentó La Causa R y la otra unos abogados agrupados en el Centro Popular de Formación Ciudadana, esta última también plantea reducirle los mandatos a los gobernadores y alcaldes.
En otro momento sí
No obstante sus opiniones, Peña Solís y Salamanca reconocieron que el revocatorio sería, en otras circunstancias, la solución a la actual crisis, por cuanto es el mecanismo constitucional que permite interrumpir el mandato de cualquier cargo de elección popular una vez cumplido la mitad de su período.
“El revocatorio no se puede activar hoy por hoy mientras no haya una ley que lo regule, porque a falta de la ley hay dos reglamentos que ha dictado el CNE en los últimos años (2007 y 2008) que son bien restrictivos”, dijo el exmagistrado.
La resolución 070207-036, del 7 de febrero de 2007, en su artículo 12 establece que el CNE decidirá dónde estarán y cuántos serán “los centros de recepción de las manifestaciones de voluntad”, es decir dónde los ciudadanos deberán ir a firmar para solicitar el revocatorio; y que esa decisión la tomará según “las variantes geográficas y de población electoral”. Asimismo el artículo 14 dice que la recolección de firmas deberá realizar en un plazo “máximo” de tres días y que además de la firma los electores deberán registrar “su huella en la plataforma de identificación biométrica” o captahuellas.
Por su parte, Salamanca ofreció otras razones más políticas. “El referendo requiere de la colaboración del CNE y recordemos que en 2004 ese organismo puso todos los peros posibles para ralentizar su celebración y por eso se terminó celebrando a finales de 2004, cuando al Gobierno le convino; y no a principios de ese año. Hoy con un CNE donde cuatro de sus cinco miembros son abiertamente afectos al oficialismo no hay razones para creer que no actuarán igual”, dijo, al tiempo que recordó que este año se les vence su período a otros dos rectores del CNE.
El profesor de la UCV puso en duda que este año se pueda materializar cualquier cambio en el Gobierno, al menos de manera pacífica, democrática, constitucional y electoral, tal y como lo ha planteado la oposición. ¿La razón? “El Gobierno sigue teniendo la ventaja, porque ejerce el control absoluto sobre otros tres poderes y va a seguir bloqueando a la AN”, dijo, al tiempo que criticó a la oposición por no tener ya un plan de acción.
“La velocidad de la crisis obligaba a la oposición a estar ya en campaña sobre qué hacer para producir el cambio de Gobierno, pero aún están evaluando las opciones”, se lamentó.
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