Después de cinco años de lucha por la custodia de sus hijos, el proceso de divorcio parece eterno. Otro de los motivos más fuertes de disputa se debe a la fabulosa residencia en la Provenza francesa, el Château Miraval, donde Brad Pitt y Angelina Jolie poseen unos viñedos y la finca donde se casaron en agosto de 2014.
Se creía que la expareja había llegado a un acuerdo por levantar las ordenes de restricción que evitaba que una de las partes pueda tomar decisiones financieras sobre sus propiedades durante el proceso de separación, pero una nueva demanda por parte de Brad Pitt suma un nueva dificultad a este proceso.
El primer acuerdo permitía que la expareja pudiera vender las posesiones que adquirieron durante su matrimonio, lo que aparentemente abría la puerta para que Angelina Jolie se deshiciera de las acciones del 50% de su bodega y su finca francesa, Chateau Miraval, como así tenía previsto.
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Según fuentes cercanas, como parte de ese acuerdo Angelina y Brad acordaron pedirse permiso si alguna vez querían vender sus acciones, y estaban obligados a ofrecérsela al otro como primera opción de comprador. Se cree que el motivo del problema se debe a que Jolie habría intentado vender a un tercero su mitad, sin tomar en cuenta el consentimiento de Brad para dicha gestión.
Chateau Miraval es una propiedad valorada en 140 millones de euros. En un principio, cuando adquirieron la propiedad mediante sus respectivas empresas, Brad Pitt poseía el 60% de las acciones de la propiedad y Angelina Jolie el 40%, esa mayoría se equilibró cuando le fue transferido el 10% faltante a Nouvel, la empresa de Jolie, por la simbólica cifra de 1 euro en 2013.
La nueva demanda presentada por los abogados del actor exige que se anule esa transferencia del 10%, para restaurar nuevamente el 60/40 del patrimonio, bajo el argumento de que el precio de 1 euro no es una cantidad "seria" como así lo requiere la ley de Luxemburgo.
FUENTE: Con información de varios medios.