martes 26  de  marzo 2024
Especial de Salud 2019

El Dr. Joseph Lamelas hace arte con el órgano más increíble de nuestro cuerpo

Salió de Cuba a EEUU con dos años y una familia que tuvo que comenzar desde cero, aprendió desde muy joven a valorar el trabajo y su padre le inspiró a convertirse en un profesional. Hoy es un pionero en la cirugía cardiovascular
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

@GrethelDelgadoA

MIAMI.- Historias como esta demuestran que cuando hay talento, a pesar de los obstáculos, prima el éxito. Pero estos logros no llegan de manera fácil, y el doctor cubanoamericano Joseph Lamelas lo sabe muy bien.

Lamelas salió de Cuba hacia EEUU con apenas dos años y una familia que tuvo que comenzar de cero. Aprendió desde muy joven a valorar el trabajo, y su padre le inspiró a convertirse en un profesional. Aunque el régimen cubano le hubiera quitado todo a su familia, sus estudios serían un nuevo modo de construir algo que nadie le podría arrebatar.

Hoy es un pionero en la cirugía cardiovascular. Por casi 30 años ha realizado miles de intervenciones a corazón abierto, además de aplicar su técnica mínimamente invasiva llamada "Miami Method" y de entrenar a futuros cirujanos. Desde principios de este año dirige el Programa de Cirugía Cardiotorácica en la Miller School of Medicine de la Universidad de Miami.

En conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS, el talentoso cirujano hizo un recuento de su trayectoria y de los hallazgos que le han permitido hacer intervenciones quirúrgicas más efectivas.

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El Dr. Joseph Lamelas.

El Dr. Joseph Lamelas.

¿Cómo fueron la travesía a EEUU y los comienzos de su familia en este país?

Salimos de Cuba a finales de 1962, yo tenía dos años, con mi hermano mayor, mis padres y mis dos abuelas. Llegamos en un bote junto a los que sobrevivieron en la Bahía de Cochinos; era uno de los tres botes de la Cruz Roja. Teníamos pasajes para venir en los últimos vuelos de Pan American Airlines pero cerró el aeropuerto el día antes de salir. Entonces salimos en este bote.

Llegamos a Fort Lauderdale, nos llevaron a Miami y nos procesaron en el Freedom Tower, y nos dieron a cada familia 100 dólares y dos cartuchos de comida. Empezamos así. En Cuba teníamos una casa en Varadero, otra en Güines, pero llegando a este país teníamos que empezar de cero, como muchos cubanos.

Mi padre lavó platos, inodoros, lo que tuviera que hacer por la familia. Después empezó a trabajar en un grocery store, conoció ese negocio, entonces él y otro amigo compraron un delicatessen pequeño en Nueva York. Desde los 10 años yo empecé a trabajar con él, junto con mi hermano, un día sí y un día no, hasta la una de la mañana. Mi padre siempre nos decía que teníamos que tener una profesión. Creo que eso también fue una inspiración para mí.

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¿Por qué la cirugía cardiaca?

Siempre me ha gustado la Medicina, y más la cirugía, porque me gustaba mucho pintar, hacer escultura, entonces quería combinar el arte con la ciencia. Y la cirugía cardiaca no solo combina el arte con la ciencia.

La mayoría de las veces el corazón está parado, y uno tiene que imaginar, visualizar lo que va a pasar después de que uno repara una válvula, después de que uno hace una reconstrucción de una cavidad. Es un órgano dinámico, entonces hay que pensar en lo que va a pasar cuando el corazón comience a latir y empiece a fluir la sangre de una parte a otra. Hay que tener todo eso en cuenta.

¿Cómo nació el "Miami Method"?

Llevo casi 30 años practicando la cirugía cardiaca. Alrededor del año 2003 me concentré en hacer algo menos invasivo para beneficiar a los pacientes, algo que no requería abrir el pecho por el medio y manipular el corazón. Empecé a hacer la cirugía por una incisión de dos pulgadas, que es mucho menos dramático, no hay manipulación del corazón, hay menos sangramiento, y la recuperación es mucho más corta en comparación con la cirugía tradicional.

Con los años comencé a modificar las técnicas y aplicarlo a diferentes patologías del corazón hasta que le di el nombre Miami Method porque es una técnica propia. Pero con el tiempo vi que no teníamos los instrumentos para poder hacer este tipo de cirugías. Fui a las compañías grandes para ver si me podían ayudar pero no les interesaba.

Entonces un día entré en el cuarto de un paciente que estaba haciendo un diseño de un instrumento quirúrgico. Le pregunté qué hacía y me dijo que era ingeniero, que a veces ayudaba a los médicos con algunos instrumentos. Entre él, otro señor y yo formamos una compañía y hoy en día los instrumentos se venden para que los cirujanos en EEUU puedan hacer este tipo de cirugías mínimamente invasivas.

Lo interesante de esta técnica es que es mucho más detallada, el cirujano tiene que aprender a operar y ver la estructura del corazón por una incisión pequeña en el lado lateral del pecho y el cirujano no está entrenado para trabajar así. Yo he entrenado más de 1.000 cirujanos de todas partes del mundo para que aprendan a hacer este tipo de cirugía. He podido aplicar esta técnica no solo a una válvula, sino a dos válvulas, tres válvulas. También lo hago para reemplazar la aorta ascendente. No quiero sonar prepotente, pero soy el único cirujano en el mundo que hace ese tipo de cirugía específica por el acceso mínimo.

¿Cómo se combinan los trabajos docente y clínico en la Miller School of Medicine de la Universidad de Miami?

Tenemos una base de datos donde guardamos los resultados de las cirugías que hacemos y con eso desarrollamos investigaciones clínicas para ver cómo los pacientes evolucionan a corto y largo plazo. También estoy enseñando al futuro de la cirugía, soy el director del programa de los residentes que aprenden cirugía del corazón. Estar afiliado a una escuela de Medicina y enseñar a los residentes es uno de los éxitos más grandes que puede tener un cirujano cardíaco.

¿Qué siente cuando tiene un corazón en la mano?

Honestamente es algo difícil de explicar. Es una sensación increíble. Cada vez que opero a un paciente lo respeto como si fuera la primera operación que hago. Pensar que un ser humano le da la confianza a un médico es una responsabilidad bien grande y uno tiene que respetarlo. Para mí lo más importante es el paciente y los resultados, para que el paciente pueda seguir teniendo una vida normal y disfrutar a su familia. Siempre pienso eso cada vez que voy a operar a un paciente. Cuando uno toca el corazón… es el órgano más increíble del cuerpo.

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