Oliver Sánchez, de 8 años de edad, era un niño venezolano que perdió su lucha contra el cáncer debido a la escasez de medicinas que actualmente hay en el país suramericano.
Según reseña El Estímulo, desde el inicio de la enfermedad, el niño estuvo recluido en el hospital público Elias Toro, ubicado en Catia, una popular zona de Caracas, pero posteriormente por falta de camas, tuvo que ser trasladado a una clínica privada en donde falleció tras permanecer 10 días en terapia intensiva.
“En Venezuela los niños mueren por enfermedad sin estar conscientes de cómo son violados sus derechos. Mientras padres se llenan de tristeza”, afirmó por su parte la ONG defensora de los derechos humanos Un Mundo Sin Mordaza.
A principios de febrero, Sánchez protagonizó una protesta por la salud que pretendía salir desde Plaza Venezuela hacia la sede de la Defensoría, en el centro de Caracas, pero un cordón de seguridad impidió la movilización.
En la protesta estuvieron organizaciones de derechos humanos, diputados opositores, representantes del gremio farmacéutico, médicos, enfermeras y estudiantes de medicina, que acusaron al Ejecutivo de ser indolente ante las necesidades del sector.
Tras conocerse la noticia, personalidades del país y usuarios de la red social Twitter lamentaron el fallecimiento y señalaron que en Venezuela siguen ocurriendo muertes de pacientes por falta de insumos y medicamentos, pero el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, sigue “negando la crisis”.
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