@jpernalete
El pasado 16 de marzo, agentes policiales acudieron a una residencia localizada en el 3200 de la avenida 21 del noroeste del Condado, tras recibir una llamada al servicio de emergencia del 911.
Una persona advirtió sobre el robo que se estaba cometiendo aproximadamente a las 10 de la noche en la vivienda de un vecino.
Dos maleantes habían ingresado a la casa de la víctima para asaltar a mano armada a un hombre que fijó un encuentro con otro sujeto, a través de una aplicación de su teléfono móvil.
De acuerdo con el relato del asaltado, apenas abrió la puerta de su casa, comenzó un hecho que sin duda pone en evidencia la vulnerabilidad del hogar al momento de exponerlo a desconocidos que se acercan a través de la tecnología.
Para el vocero del Departamento de Policía de Hialeah, Carl Zogby, “los robos gracias al empleo de herramientas cibernéticas son los delitos que mayor incremento registran en Estados Unidos”.
En este caso, el invitado sacó un arma de fuego apenas ingresó al inmueble y obligó a la víctima a colocarse boca abajo, acostado en la cama. En ese momento, ingresó otro sujeto al lugar quien se presume sería el cómplice del supuesto usuario de la red social.
Ambos malhechores saquearon la casa, llevándose consigo pertenencias de la vivienda que trasladaron hasta un carro estacionado cerca. Ambos alcanzaron a ser arrestados por los oficiales.
Los sospechosos fueron identificados como Roger Euceda y Gabriel Mieses, este último es menor de edad. Las autoridades están tras la búsqueda de una tercera persona.
“Muchas personas son víctimas de robo a través de internet, el consejo es básico, igual como se le dice a los niños, no le abra la puerta a extraños”, destacó Zogby.
El portavoz recordó que cuando se les abren las puertas del hogar a personas desconocidas, así se haya establecido una relación por internet, “no hay que olvidar que esas personas son extrañas”.
“También hay delincuentes que se aprovechan de mujeres e inician una supuesta relación amorosa con una dama a través de redes sociales, con el transcurrir del tiempo, le piden una cantidad de dinero que puede ser enviado a través de una transferencia […] siempre ocurre que después de entregado el dinero, el sujeto se pierde de vista”, explicó.
