MIAMI. – Bryan Calvo, abogado de 27 años, exconcejal de Hialeah y graduado de Harvard, aspira a convertirse en alcalde con una propuesta ambiciosa: reestructurar por completo el gobierno local, reformar el sistema de agua, erradicar focos de corrupción, implementar planes de vivienda asequible para servidores públicos y actualizar un código de desarrollo urbano que considera anticuado y permisivo. En entrevista exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS, Calvo afirmó que su candidatura representa “un cambio generacional real” frente a la continuidad política de figuras como Esteban Bovo o René García.
El rostro joven de Hialeah
Calvo nació en Hialeah en 1997, nieto de un expresionero político cubano y de una doctora en Educación. Se formó en escuelas públicas locales y fue becado por Harvard, donde estudió Economía y Ciencias Políticas. Después de trabajar como pasante en la Casa Blanca en la primera administración del presidente Donald Trump, regresó a su ciudad para estudiar Derecho en FIU mientras trabajaba de día. Desde entonces, se ha dedicado a litigar casos civiles, muchos de ellos vinculados a corrupción en asociaciones de condominios. También es piloto certificado, buzo, violinista y activista comunitario desde la adolescencia.Explica que su vocación por la política nació de su abuela que estuvo involucrada en campañas políticas en Hialeah y de la participación como voluntario en programas de apoyo a jóvenes en conflicto con la ley. Fue electo concejal en 2021, sin el respaldo del entonces candidato a alcalde Bovo ni de estructuras partidistas, y ahora considera que es el momento de liderar una transformación profunda.
Nuevo modelo de gobierno local
Calvo denuncia que el sistema actual convierte a los concejales en “extras decorativos” de una gran obra y concentra todo el poder en manos del alcalde. Por eso propone una reforma estructural de la Carta constitutiva de la ciudad para descentralizar el poder. Según explica, su plan incluye la creación de distritos para que cada zona de la ciudad tenga representación directa, lo que facilitaría el acceso de ciudadanos comunes a cargos públicos, además de permitir una mejor atención a los problemas específicos de cada comunidad. “Ahora los concejales viven casi en diez cuadras. Una ciudad que tiene 12 millas cuadradas. Por ejemplo, no tenemos nadie que viva en la zona anexada una de las más problemáticas de Hialeah”. También plantea establecer límites reales a los mandatos. Actualmente, los funcionarios pueden reelegirse indefinidamente con solo dejar el cargo un día. Propone eliminar los nombramientos sin elección y obligar a convocar elecciones ante cualquier vacancia, para evitar que se designe a funcionarios "a dedo", como ocurre hoy con tres de los siete miembros del Concejo. “Cuando yo decidí renunciar para postularme para colector de impuestos en Miami-Dade, puse la carta de renuncia con tres meses de anticipación para que la ciudad pudiera tener elecciones. Yo me podría haber quedado en el cargo hasta enero y decidí irme en noviembre. Sin embargo, el Concejo y el alcalde se lavaron las manos con eso y pusieron a dedo a un concejal”. Calvo insiste en que estas reformas no deben depender de la voluntad del alcalde de turno, sino quedar blindadas por ley para garantizar un gobierno equilibrado y transparente.
Sistema de agua ineficiente y opaco
El costo del agua es, según Calvo, uno de los mayores escándalos de la ciudad. Detalla que Hialeah invirtió más de 50 millones de dólares en una planta de agua que debía producir 16.5 millones de galones diarios, pero solo produce 7, lo que obliga a la ciudad a comprar agua al condado y producir a un precio más alto. Peor aún, la planta antigua fue cedida al Condado sin renovarse el acuerdo de descuento por consumo.
Además, denuncia que solo hay seis inspectores para leer los 60.000 medidores de agua en la ciudad. “Estamos hablando que cada inspector debe leer 5.000 metros al mes o 300 diarios, sin descanso ni vacaciones”. Esto genera estimaciones erradas durante meses y, cuando se realiza una lectura real, los residentes reciben facturas de miles de dólares sin previo aviso. “Nadie recibe créditos, solo deudas. Y si no pagan, les cortan el servicio”, advierte.
También, se les cobra a los residentes una franquicia de agua, con la idea de subir artificialmente el costo para que haya más dinero con el objetivo que el Departamento de agua pueda subsidiar el presupuesto general de la ciudad. “Es un impuesto adicional”.Calvo denuncia que abrir una cuenta de agua requiere acudir en persona, presentar múltiples documentos y soportar largas colas con solo dos empleados atendiendo. Considera que se trata de un sistema arcaico, diseñado para frustrar al ciudadano.
Como alcalde, se compromete a mantener el control municipal del agua, pero con una gestión profesionalizada. Propone renovar los medidores, aumentar el personal, mejorar la infraestructura de lectura y evaluar poner en reserva la planta municipal si su operación sigue siendo insostenible. Además, promete eliminar definitivamente el cargo de “franquicia” que encarece la factura.
Vivienda asequible
Una de las ideas más innovadoras de Calvo es usar un terreno de 55 acres detrás de la estación de policía para desarrollar un proyecto de vivienda asequible destinado, entre otros, a policías, bomberos y operadores del 911. Señala que la ciudad tiene dificultades para retener personal esencial porque no puede competir con los sueldos de otras jurisdicciones. “No podemos subir salarios, pero sí podemos ofrecer viviendas que reduzcan el costo de vida y creen un sentido de pertenencia en estos servidores”, explicó.
El proyecto incluiría viviendas del programa Sección 8 y una arquitectura moderna que permita integrar a distintos sectores de la comunidad. Según Calvo, esto no solo mejoraría la retención del personal, sino que fomentaría el comercio local y aumentaría la seguridad.
“Me gustaría que el Departamento de Policía tuviera una unidad dedicada a temas de condominio, donde ocurren delitos financieros y que la unidad tenga la capacidad de investigar y hacer arrestos, porque hasta el momento, en la ciudad no hace absolutamente nada, se mantiene ajena. Eso serán un cambio muy grande”, destacó.
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Bryan Calvo concejal de Hialeah.
CESAR MENENDEZ DLA
Motor de caos y corrupción
Para Calvo, el código urbanístico vigente es un colador legal que permite todo tipo de arbitrariedades. “El código se creó en los años 60 y no refleja la realidad actual. Por eso cada proyecto necesita excepciones y variaciones, lo que abre la puerta a la corrupción”, advirtió.
Un caso emblemático que puso de ejemplo es el Transit Oriented Development District - Distrito de Desarrollo Orientado al Transporte Público- junto al tren en la calle 25, donde se autorizaron torres de 10 pisos sobre un área originalmente planificada para viviendas unifamiliares. “En 2015, la Ciudad pagó más de 100.000 dólares por un plan que ahora fue ignorado. ¿Por qué? Basta con revisar las donaciones de campaña para entenderlo”, señaló.
Afirma que un nuevo código permitiría establecer reglas claras, eliminar discrecionalidades y reducir la influencia de intereses particulares sobre las decisiones urbanas.
Corrupción estructural
Lo que Calvo llama “corrupción” en Hialeah no se trata de sobornos directos, en su opinión se manifiesta en forma de donaciones políticas , en contratos sin licitación y privilegios a personas cercanas a funcionarios. Apunta que un comité político puede recaudar legalmente infinita cantidad de dinero. “Es un trabajo de hormiguitas. Pero si comparas, recibiste una donación de tal y tal compañía en tal fecha y en esa misma fecha, había una votación en el Concejo de Hialeah sobre un tema que afecta a esa compañía. Si le preguntas a quien recibió la donación, te va a decir que no había conflicto. Le preguntas a quien dio la donación, te va a decir que es una casualidad. Pero cuando estás viendo eso sistemáticamente, año tras año, votación tras votación, te empiezas a preguntar si sabes qué está ocurriendo detrás de la mesa”.
“En teoría, todos los contratos pasan por el Concejo, pero el Concejo nunca vota en contra del alcalde. Yo era el único voto disidente”, recordó.
Policía y migración
Respecto a la colaboración con ICE, Calvo señaló que la policía de Hialeah debe cumplir los acuerdos federales y que no será una ciudad santuario. Sin embargo, aclaró que la policía local no debe asumir funciones federales, ni dedicarse a cazar inmigrantes. “Nuestro deber es garantizar la seguridad local, no operar como agentes migratorios”, dijo.
Rechazo a beneficios personalesCalvo aseguró que no abandonará el cargo por beneficios privados. Asegura que su decisión de renunciar al Concejo para postularse como recaudador de impuestos fue diferente. “Yo era uno de siete y mi intención era seguir representando a la ciudad desde otro cargo público. Pero como alcalde, es un compromiso total por cuatro años”, prometió.
Eliminar pensiones ilegales Uno de sus primeros actos, si llega a la alcaldía, será eliminar el sistema de lo que califica como “pensiones disfrazadas” que, en su criterio, actualmente permite beneficios diferidos a políticos en retiro, en contradicción con un referéndum de 2013 que las prohibió. “Lo llaman ‘compensación diferida’ para evadir la ley, pero es lo mismo. Y lo haré por orden ejecutiva el primer día”, anunció.También discrepó de las declaraciones del comisionado René García, quien afirmó en una entrevista reciente a Telemundo que 190.000 dólares el salario de alcalde no atrae a profesionales para querer postularse. “Yo creo que el salario es adecuado para administrar una ciudad trabajadora, donde hay muchas personas que viven con un suelto de menos de 1.000 dólares al mes. No subiré el salario del alcalde ni de los concejales. No estoy de acuerdo con la idea de que los políticos tienen que recibir mejores salarios”, sentenció.
Ciudad digna y respetada
Calvo visualiza una Hialeah renovada, moderna, transparente y con oportunidades reales para sus residentes. “Hemos visto en los últimos 20 años ciudades como Doral, Miami Lakes o el mismo Brickell que han explotado en desarrollo en forma positiva. Han mejorado la calidad de vida de sus residentes.
Calvo considera que la Hialeah de hoy está en peores condiciones que la Hialeah de cuando era un niño, donde, asegura había más actividades en los parques, era una ciudad donde la gente venía a abrir su negocio y a criar su familia. Esa Hialeah no existe, afirma. A mí me gustaría ver en cuatro años y voy a trabajar duro para lograrlo, a Hialeah en el próximo nivel. Una ciudad referente no solamente en Miami-Dade, sino también en Florida”.
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