martes 15  de  octubre 2024
CREDIBILIDAD

"El periodista siempre debe ir a la fuente primaria"

A juicio del periodista Eugenio Martínez, una de las normas básicas es que, si es demasiado bueno para ser verdad, en realidad puede ser desinformación 

MIAMI. – A Eugenio Martínez se le identifica como el periodista venezolano, radicado en su país, con mayor conocimiento en el tema electoral. Le ha dado cobertura informativa a más de 23 elecciones para distintos medios, no solo de Venezuela sino de otros países. Durante 17 años trabajó para la sección de política del diario El Universal, y en 2015 decidió convertirse en periodista independiente por lo que no es extraño verlo haciendo análisis en la televisión, o escribiendo en portales digitales y medios impresos. Desde 2015 publica semanalmente en las páginas y el sitio en internet de DIARIO LAS AMÉRICAS, donde analiza el acontecer político de Venezuela, con reportajes que denotan sus destrezas profesionales.

Es egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y tiene además una Maestría en Desarrollo Organizacional. Es autor del libro "¿Por qué pasó lo que pasó?" (análisis del proceso político y electoral de 2006) y coautor de "Más allá del movimiento estudiantil", además es profesor universitario con más de 16 años en la labor docente.

Martínez conversó con DIARIO LAS AMÉRICAS sobre los retos y las nuevas realidades del periodismo y su visión del papel de las redes sociales en el ecosistema informativo global.

-¿Cuál es principal aspecto que observas que ha cambiado en el ejercicio del periodismo en la última década?-

El periodismo en su esencia no ha cambiado mucho. Sin embargo, en la presentación las redes sociales, la inmediatez sí ha hecho que se tenga una dinámica de inmediatez que atenta contra los principios básicos, que no han cambiado. Creo que la principal diferencia es la inmediatez que no siempre es buena, porque se priva mucho ese primer dato sobre poder comprender cabalmente lo que se está informando.

-Las redes sociales se han convertido en una vía de comunicación que a veces tienen mayor alcance que los medios tradicionales. ¿Cómo has enfrentado esta nueva realidad?-

Estamos en una dinámica donde las marcas tradicionales de medios tienen que competir contra las marcas personales. Creo que la pregunta no es hacia las marcas personales, creo que el problema es hacia los medios tradicionales que tienen ahora en las marcas personales, en el periodismo ciudadano o en los periodistas que no están anclados al apellido del medio, creo que en realidad quienes han tenido que lidiar más con cambios de esa naturaleza han sido las grandes empresas de comunicación.

-¿Cómo trabajas las noticias cuando te llegan por vía no tradicional como por alguna mensajería tipo WhatsApp, redes sociales, correos electrónicos?-

Si algo llega por WhatsApp ya de entrada hay que desconfiar. En líneas generales se repite. Ahora porque llegan por WhatsApp, pero hace una década llegaban en Venezuela cuando usábamos el TMocion. No cambió mucho la esencia de cualquier dato que llega, independientemente de la vía, tiene que pasar por un proceso de curaduría periodística. Para eso el Instituto Poynter, con el auge de la desinformación a través de las redes sociales, tienen unos manuales muy interesantes sobre eso. En líneas generales, insisto, la esencia del periodista no ha cambiado.

-¿Qué haces cuando te llega una noticia que parece "fabulosa" y podría ser una ‘fake news’?-

En realidad, una de las normas básicas es que, si es demasiado bueno para ser verdad, en realidad puede ser desinformación. A mí el término "fake news" no me gusta, porque cuando traduces el término es una contradicción, no existen noticias falsas, existe desinformación como tal y la desinformación siempre ha existido. No es un fenómeno nuevo. Lo que ocurre es que ahora se ha potenciado por las redes sociales y por los laboratorios de desinformación. Allí el periodismo tiene la batalla perdida porque los laboratorios de desinformación profesional utilizan técnicas de marketing, utilizan los algoritmos de las redes sociales, para difundir esa desinformación desde el punto de vista profesional, si se quiere ver así. Y el periodismo tradicional sigue utilizando las herramientas básicas del periodismo. Cuando hay un laboratorio de desinformación, que genera una campaña de desinformación sobre un hecho puntual lo dirige a un target muy específico. Cambridge Analytica es el mejor ejemplo de eso. Así que ese si es una batalla que hasta el día de hoy, ni los medios tradicionales ni los periodistas hemos sabido dar. Porque es una batalla desequilibrada'.

-Como profesor universitario, un mensaje a las nuevas generaciones de periodistas.

-La esencia del periodismo no ha cambiado, creo que el problema es que internet pareciera que nos ha hecho las cosas más sencillas, en algún momento ha sido. Pero más allá del periodismo de datos que se puede hacer a través de internet y que internet lo facilite, y el periodismo de datos no es revisar páginas en Google. Más allá de la facilidad que te dan esas herramientas de investigación que puede tener la WEB, la esencia sigue siendo la misma. Siempre hay que ir a la fuente primaria y siempre hay que responder las preguntas básicas. Qué, cómo, cuándo, dónde y por qué. Si éstas no se pueden responder, hay algo que está fallando. O hay una veta de investigación importante-.

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