MIAMI.- SERGIO OTÁLORA
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El jefe policial Edward Hudak, Jr. visita la redacción de DIARIO LAS AMÉRICAS
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Después de enfrentar varias polémicas, Edward Hudak, Jr, nacido en Bethlehem, Pennsylvania y residente de Miami desde hace 35 años, fue nombrado en propiedad jefe de la policía de la ciudad de Coral Gables.
Llevaba un año como jefe interino de una institución pequeña (191 policías de nómina y 256 empleados civiles) que se encarga de vigilar una ciudad que, en la última elección para escoger alcalde (Jim Cason se reeligió), fue vista como un territorio en el que el delito, sobre todo contra la propiedad, había crecido como nunca antes en la apacible historia de la “ciudad bonita”.
“Como jefe de la policía cero es la única cifra que tomo como aceptable en la estadística sobre delincuencia en Coral Gables”, afirma Hudak y explica su aseveración de inmediato: “cada número en esa página es una víctima. Y en realidad no me importa, y a los residentes tampoco, si yo digo que el delito ha bajado y un residente es víctima de un robo en su casa, ¿de verdad lo cree? Para él el delito estará por arriba del mil por ciento”.
Al respecto también explicó que hubo una auditoría, llevada a cabo por el FBI y la FDLA (la Policía de la Florida), en la que, según Hudak, se ve que “la manera como actuamos está bien”.
Eso le permite decir que, en los primeros seis meses de 2015, el delito contra la propiedad ha bajado en un 20%. Al mismo tiempo señala, con alguna certeza, que se siente bien hablando de que entre el 80 y el 85% de los delitos que suceden en uno de los municipios más tradicionales del condado, vienen de afuera, de delincuentes que trasiegan por la ciudad, pero no viven en ella. Pero al norte de la ciudad, con mayor densidad de población, los malhechores viven dentro de la comunidad.
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Por esa razón, el jefe de la policía cree que una manera para combatir la inseguridad es desarrollar un sistema de cámaras para saber quiénes son los que cometen los crímenes. “Los agentes serían como los centuriones que protegen las entrada de la ciudad”, explica.
Diversidad cultural
Hace 30 años que Hudak es oficial y de ellos 26 ha estado vinculado a la policía de Coral Gables. Empezó su carrera como agente de la policía de la Universidad de Miami.
A esa institución llegó, como estudiante, gracias a una beca que obtuvo por ser un jugador destacado de fútbol americano. Es algo que lleva en la sangre. Su padre fue un jugador que, durante todo el tiempo que formó parte del equipo de fútbol de la Universidad de Notre Dame, no perdió un solo partido.
Y también, por su experiencia en Miami, Hudak aprendió a entender el significado de una comunidad diversa y cómo un agente, para cumplir su labor de manera eficaz, debe entenderla y respetarla. “Debemos enseñar la cultura de la diversidad a nuestros oficiales”, puntualizó.
Para él, es vital la relación con la comunidad y, por su afición a los deportes, ha tenido un contacto muy intenso con los jóvenes, y sobre todo con los que pertenecen a la comunidad afroamericana, que conoce muy bien. “Conocemos a la gente y a la historia que hay detrás”, subraya.
Ha conocido el amplio abanico de comunidades que hay en Miami Dade por sí mismo, por su propia experiencia. “Aquí conocí a la única cubana metodista que no sabe cocinar”, cuenta con gracia. “Ella es mi esposa”, remata.
El acercamiento profundo a la comunidad es algo de lo que podría carecer la nueva generación de oficiales que sale de la academia de policía. El cree que muchos de los tiroteos que se han dado alrededor del país tienen que ver con agentes muy jóvenes que deben lidiar con el miedo.
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“En una sociedad libre, los policías son los únicos a quienes se les permite utilizar la fuerza letal. Si yo temo por la vida de alguien, porque creo que va a ser víctima de un ataque armado, puedo usar la fuerza letal para disparar y salvar su vida”, advierte. Ese temor es el que, según él, no manejan los agentes más principiantes. Y por eso explica que él, al ser un policía veterano, con mucha experiencia acumulada, su nivel de tolerancia al miedo es bajo y, por lo tanto, le toma mucho más tiempo llegar a la conclusión de que debe hacer uso de una fuerza letal.
Acoger a todo el mundo
“Equipo Gables”, así concibe Hudak lo que debe ser el departamento de policía que hoy está a su mando. Para él, hay que acoger a todo el mundo en la institución, hay que unir a la gente bajo el entendimiento de que existe un jefe. “No creo que el departamento esté fracturado como se ha dicho en los medios”, acota.
Viene ahora el segundo semestre del año y habrá que ver cómo siguen las cifras de delincuencia. Por el momento dice que los hombres y mujeres que trabajan en la Policía de Coral Gables deben sentirse muy orgullosos de la labor cumplida.
Cree que algunas veces las cifras de inseguridad se incrementarán y en otros momentos estarán bajas. “Necesitamos seguir contratando gente. Tenemos que ser muy selectivos, no podemos abrir oportunidades solo para llenar números, debemos tener a las personas correctas”.
La ciudad está creciendo, sobre todo de manera vertical, y ante eso es necesario que se aumente el número de policías. Ante ese reto, el jefe de la policía dice que cuenta con el apoyo de la comisión y del alcalde para ampliar su departamento todo lo que sea necesario.
Los asesinatos de policías le preocupan. Para él, eso ha cambiado por completo la manera como un agente se enfrenta a uno de los momentos más peligrosos que es cuando detiene un carro. “Hay hipersensibilidad en estos momentos, hay un ataque contra los centuriones de nuestra sociedad libre”, asevera.