MIAMI.— La Comisión de Miami-Dade reafirmó este martes su decisión de eliminar la fluoración del agua potable al anular el veto impuesto por la alcaldesa Daniella Levine-Cava. Con ocho votos a favor y cuatro en contra, los comisionados ratificaron la ordenanza impulsada por Roberto J. González, que establece un plazo de 30 días para cesar el uso de flúor en el sistema de agua del condado.
La medida, aprobada inicialmente el 1 de abril, contempla además una campaña educativa sobre salud dental financiada con 150.000 dólares. Contó con el respaldo del cirujano general de Florida, Joseph A. Ladapo, quien advirtió que ignorar los recientes estudios sobre los efectos del flúor implicaría aceptar riesgos innecesarios. “O creemos que todos esos estudios están equivocados, o estamos dispuestos a aceptar el riesgo de dañar a nuestras comunidades”, declaró.
Apoyo de Tallahassee
En noviembre, Ladapo emitió una guía recomendando suspender la fluoración comunitaria por posibles riesgos neuropsiquiátricos asociados al fluoruro. Subrayó que existen múltiples alternativas de acceso a esta sustancia, como pastas dentales, enjuagues bucales y tratamientos profesionales.
“La evidencia muestra que el fluoruro fortalece los dientes, pero también se están estudiando sus efectos adversos en el desarrollo neurológico. Podría afectar el coeficiente intelectual infantil y generar trastornos como el TDAH”, afirmó el funcionario estatal.
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Comisionado Roberto González conversa con Anthony Rodríguez, presidente de la Comisión.
CESAR MENENDEZ DLA
Nuevos estudios
La práctica de fluoración en el condado comenzó en 1958, como parte de una política nacional de salud pública adoptada desde 1945 para prevenir caries. No obstante, en años recientes ha sido objeto de creciente escrutinio, especialmente por su posible impacto en poblaciones vulnerables como niños y mujeres embarazadas.
Durante la defensa del proyecto, González argumentó que su propuesta es un acto de “prudencia”, alejado de ideologías. “Este no es 1958. Hoy el flúor está ampliamente disponible en productos de higiene dental. ¿Por qué forzar su consumo a quienes no pueden excluirlo del agua que toman?”, cuestionó el comisionado. También criticó el gasto anual de 400.000 dólares para mantener el sistema de fluoración y citó estudios que alertan sobre un “riesgo no razonable” para la salud.
González señaló que otras jurisdicciones, como Utah, ya han eliminado el flúor de sus sistemas de agua. En Florida, una lista creciente de municipios ha seguido el mismo camino, entre ellos Perry City, el condado de Collier, Miami Beach, Stuart, Naples, Palm Bay, Fort Pierce, Immokalee, y Lakeland, según el memorando adjunto a su propuesta.
Levine-Cava en contra
A pesar de eso, el pasado 11 de abril, la alcaldesa Levine Cava ejerció su poder de veto sobre la ordenanza, alegando que “la ciencia es clara: la fluoración del agua es una forma segura y eficaz de proteger la salud dental”. La alcaldesa recordó que desde 1958 Miami-Dade ha seguido las recomendaciones de organismos como la Asociación Dental Americana y la Academia Americana de Pediatría. También advirtió que la suspensión del flúor podría aumentar las caries, las visitas de emergencia y las ausencias escolares en comunidades con menos acceso a servicios odontológicos.
Pero en Tallahassee piensan diferente, dos semanas después del veto de Levine Cava, la Cámara de Representantes de Florida aprobó el proyecto de ley SB 700, que prohíbe añadir aditivos al agua potable con fines distintos a los de potabilización o eliminación de contaminantes. La iniciativa, aprobada por 88 votos a favor y 27 en contra, ya había sido respaldada por el Senado.
La ley SB 700 redefine los aditivos permitidos como sustancias exclusivamente orientadas a cumplir con estándares federales de calidad del agua. El flúor, utilizado tradicionalmente como prevención de caries, queda fuera de esta definición.
Tras la votación, González publicó en X: “Orgulloso de mis colegas de la Comisión por liderar en pos de una mayor salud y libertad personal”.
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