MIAMI. – Una compleja movida demográfica entre 2023 y 2024 estaría redefiniendo el rostro del condado Miami-Dade, el séptimo más poblado del país, según datos recientes de la Oficina del Censo de EEUU.
El condado experimentó una salida de 67.000 personas hacia otras zonas de EEUU, pero llegaron casi 124.000 inmigrantes, según datos actualizados del Censo
MIAMI. – Una compleja movida demográfica entre 2023 y 2024 estaría redefiniendo el rostro del condado Miami-Dade, el séptimo más poblado del país, según datos recientes de la Oficina del Censo de EEUU.
Mientras aproximadamente 67.000 residentes hacían las maletas para buscar nuevos horizontes en otras partes de Florida o en otros estados de la nación, una oleada sin precedentes de casi 124.000 inmigrantes internacionales llegó al condado.
Este contrapeso no solo evitó una temida contracción poblacional, sino que impulsó un crecimiento neto de unas 64.000 personas, lo que llevó a Miami-Dade a tener una población de más de 2.8 millones.
El área metropolitana de Miami se une a gigantes como Nueva York y Los Ángeles en experimentar una migración doméstica negativa. Esta tendencia, de acuerdo con la firma de análisis ResiClub, se observa desde 2018 y reflejaría una nueva realidad para el populoso condado del sur de la Florida.
El perfil de quienes deciden marcharse es variado, pero destaca un número considerable de jóvenes profesionales.
Según testimonios, muchos llegaron atraídos por oportunidades educativas o laborales, pero el creciente costo de vida, especialmente de la vivienda, y la densa congestión urbana los han empujado a buscar alternativas.
Miami-Dade se consolida como el condado más caro de Florida para adquirir vivienda, con un precio promedio de $631.670 para casas unifamiliares y $420.000 para condominios, cifras que superan ampliamente a las de otros condados importantes del estado.
Mientras que en esta jurisdicción condal los apartamentos alcanzan los $7.091 por metro cuadrado y las casas los $6.049, estas cifras triplican o incluso cuadruplican en algunos casos los valores en otras áreas de Florida.
En cuanto al caos vehicular, Miami-Dade también se encuentra en los primeros lugares de las estadísticas en problemas de congestión en las carreteras a nivel estatal y nacional.
Estudios muestran que el conductor promedio perdió 105 horas al año atrapado en el tráfico, una cifra que dobla el promedio nacional, agravada por una reducción en la media de velocidad durante las horas pico, que descendió de 34 a 25 millas por hora en los últimos dos años.
A pesar de este éxodo interno, la vitalidad demográfica de Miami-Dade se mantiene gracias a su capacidad histórica para atraer inmigrantes, principalmente de países gobernados por dictaduras.
La llegada neta de casi 124.000 personas de otros países en el último año no solo es un récord, según la Oficina del Censo, sino que subraya el papel crucial de la inmigración internacional, predominantemente hispana, como principal motor de crecimiento del condado.
Datos históricos del Censo y análisis demográficos del Condado enseñan que desde 1960, la inmigración internacional ha sido la fuerza dominante en la expansión poblacional de Miami-Dade, representando más del 70% de su crecimiento en las últimas cuatro décadas.
Si bien la comunidad cubana ha sido tradicionalmente la más numerosa, la diversidad de orígenes se incrementó con oleadas de venezolanos, nicaragüenses, colombianos y haitianos, entre otros.
Este particular equilibrio migratorio tiene profundas consecuencias. El crecimiento poblacional del 2.3% en Miami-Dade supera con creces el promedio nacional del 1.0%, con una media de 155 personas netas que se mudan al condado diariamente, cifras que también provienen de la Oficina del Censo.
De cara al futuro, se espera que esta doble tendencia continúe. Miami-Dade seguirá siendo un imán para la inmigración internacional, como sugieren sus vínculos culturales y económicos, pero los desafíos del costo de vida y la infraestructura probablemente mantendrán una fuerte presión sobre los residentes locales.