MIAMI.- “Ayudar nace de la necesidad de mantener mis pies muy firmes en la tierra. Tengo muy claro de dónde vine, quién soy, y quiénes son mis padres”, son razones que mueven a Miguel Benito Fernández, conocido como Mike Fernández y que echan por tierra el cliché de que el capitalismo deshumaniza.
Por eso su labor altruista continúa haciendo noticia, esta vez, con una iniciativa que busca beneficiar a inmigrantes indocumentados, expuestos a la deportación, que no tengan antecedentes penales.
Así nace IMPAC (Immigration Partnership and Coalition), fundación sin fines de lucro a la que Fernández donó parte de su fortuna para brindar asesoría legal a indocumentados a través de organizaciones como Catholic Legal Services y Americans for Immigrant Justice, ambas con sede en Miami.
“Mi familia y yo fuimos inmigrantes indocumentados cuando salimos de Cuba el 25 de diciembre de 1964. Yo sé lo que es sentir el miedo de no tener papeles, porque lo viví cuando tenía 12 años”, recordó Fernández, en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Decidió comenzar IMPAC tras presenciar un accidente de tránsito cerca de su casa, en el que la víctima terminó siendo deportado por ser indocumentado.
“Si una persona es un criminal, a mí no me importa que lo deporten porque no se ha ganado el derecho a estar aquí. Pero cuando una persona viene a este país a mejorar su vida, a trabajar y a proteger a sus hijos de la inseguridad. Esas personas merecen que las ayudemos”, agregó el fundador de MBF Healthcare Partners.
Multimillonario altruista
Mike Fernández es uno de los cubanos en el exilio más exitosos y respetados. Da pocas entrevistas, pero cuando habla, lo hace sin pelos en la lengua. “Yo no soy un hombre de política”, aclaró durante esta entrevista, y afirmó que lo único que impulsa su labor humanitaria es su educación jesuita y los valores inculcados por sus padres.
“Muchacho, tu trabajo en la vida es mejorar la vida de otros”, le dijo un hombre llamado Eugenio en un aeropuerto. En ese entonces Fernández era sólo un niño, pero confesó que esa frase siempre ha estado grabada en su memoria.
Es así que por muchos años el día antes de Navidad, el magnate sacaba 20.000 dólares en efectivo del banco y salía a caminar con sus hijos por la Pequeña Habana para dárselo a las madres y familias que encontraba en su camino.
“Recuerdo que a los 22 años acababa de salir del ejército y llevaba 6 meses viviendo en Miami, ganaba 500 dólares mensuales, y leí un artículo acerca de la pobreza en Brasil. El texto narraba la historia de una niña de una favela que había perdido sus dos piernas. Era una historia dramática”.
“En ese momento acudí al cónsul de Brasil en Miami, y en un mes me consiguieron el nombre de la niña y el teléfono de sus padres. Hablé con ellos para ver si estaban dispuestos a venir a Miami, hice las gestiones, acudí al Miami Children's Hospital, busqué un lugar para comprar prótesis. Como eran tan caras asumí una deuda, pero las fui pagando en cuotas de 25 dólares mensuales. Si eso lo hice con 22 años y cuando no tenía nada, lo mínimo que puedo hacer ahora es esto”, afirmó.
Alejado de los partidos
El empresario recientemente estuvo en el ojo del huracán tras desligarse del Partido Republicano luego de manifestar su rechazo al lanzamiento de la candidatura del actual presidente Donald Trump. Acto seguido, hizo un donativo de millones de dólares a la campaña de la demócrata Hillary Clinton, y llamó a los hispanos a rechazar la “violencia” en contra de ellos.
Además, otro hecho que no le perdonan los de la llamada línea dura del exilio es haber apoyado y formado parte de la normalización de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, impulsada por el presidente Barack Obama, a quien acompañó en la comitiva oficial durante su histórico viaje a La Habana, el pasado 20 de marzo de 2016.
“Me criticaron mucho cuando decidí apoyar este proceso. Dijeron que mi interés era hacer negocios con Cuba y no era así. Yo también soy un exiliado, pero mi interés es que el cubano en Cuba se abra al mundo. A mí me importan los 11 millones de víctimas que viven en Cuba, no los comunistas que dirigen el país”
“Siempre me declaré un hombre republicano, pero he llegado al punto que ni eso quiero ser. Yo no puedo identificarme con personas que no tienen el deseo de ayudar a otros”, dijo.
“Este país ha llegado a ser grande porque es como el acero, una combinación de varios metales que unidos crean algo más fuerte. Nuestra comunidad aporta al dinamismo económico de este país, tenemos que unirnos para defendernos porque la fuerza del latino seguirá creciendo”, agregó.
Misión de vida
Como filántropo, se calcula que Mike Fernández ha donado más de 100 millones de dólares a fundaciones caritativas en los últimos 20 años. Por otra parte, el empresario publicó el libro ‘Humbled by the Journey’, un conmovedor relato acompañado de testimonios gráficos, con los que cuenta su experiencia de peregrinación recorriendo a pie más de 800 kilómetros durante el Camino de Santiago, aventura que llevó a cabo para recaudar un millón de dólares para el Miami Children's Hospital.
“No soy un Quijote ni quiero serlo. Tengo la habilidad de ganar dinero y me gusta utilizar eso para mejorar la vida de otros. Me inspira hacer el bien. Creo que al final nadie me va a recordar por cuánto dinero gané, espero que me recuerden a través de la vida de una persona a la que ayudé”, confesó.
Risueño y de muy buen humor, a Fernández se le ve fuerte, equilibrado, ágil y muy activo. Cuesta imaginar que el empresario sufrió dos ataques al corazón y padeció cáncer. “Los tiempos malos regalan las mejores lecciones. Del éxito no he aprendido nada, sólo malos hábitos”, confesó entre risas, agregando que la clave de su éxito y nuevos proyectos es nunca desistir.
“Yo nunca me rindo”, dijo al despedirse el magnate oriundo de la oriental provincia cubana de Manzanillo.
Para más información puede contactar a:
Immigration Partnership and Coalition. 121 Alhambra Plaza Ste 1100. Coral Gables, Florida 33134
Email: [email protected]