MIAMI.-DANIEL CASTROPÉ
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@danielcastrope
Vecinos se aúnan para frenar el avance urbanístico, de áreas como Wynwood, que podría desplazar a los actuales inquilinos, propietarios y pequeños empresarios de la popular zona de Miami
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Residentes, dueños de negocios y líderes cívicos de la barriada miamense Little Haiti promulgaron una declaración que sostiene una clara consigna: “Queremos quedarnos aquí”.
El documento, que está siendo distribuido a las autoridades administrativas y legislativas de Miami, consta de cinco peticiones y la primera apunta hacia de la creación de un “distrito histórico y cultural”, que tendría el propósito de preservar la vida y las costumbres de los residentes del área.
Al respecto, Wilfrid Joseph Daleus, un inmigrante haitiano y propietario Daleus Museum and Art Gallery, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS que "empresarios y agentes inmobiliarios han tratado de sacarme de mi vecindario".
Daleus, de 66 años, manifestó que su galería se encuentra abierta al público desde 1980, pero la renta que tiene que pagar por el local, donde funciona el negocio de arte, ha sido incrementada paulatinamente y, agregó, que sólo a través de la designación de la zona como un “distrito histórico y cultural” el Gobierno municipal podría ayudar al sostenimiento de esa comunidad.
En segunda instancia, los habitantes del sector miamense están solicitando la creación de un fondo especial para ayudar a las personas que puedan resultar afectadas por la ejecución de proyectos urbanísticos y el auge de los nuevos negocios que podrían llegar al vecindario.
En torno a este punto, residentes y activistas consultados afirmaron que algunos promotores inmobiliarios están comprando tierras y “empujando” a los habitantes de esta comunidad a tomar decisiones, como irse del barrio, con el propósito de no entorpecer el desarrollo de proyectos “para gente de mucho dinero”.
No quieren ser otra Wynwood
Recientemente, algunas galerías de arte que funcionaban en la parte norte de Wynwood se trasladaron a la jurisdicción territorial de Little Haiti. “Lo hicieron posiblemente buscando rentas más baratas. Ahora en Wynwood todo es mucho más costoso que hace 10 años”, sostuvo Vanessa Urbina, vocera de la Fundación Mujeres Haitianas de Miami.
El barrio de Wynwood era hasta hace 20 años un territorio prácticamente abandonado y hostil, pero el urbanizador Tony Goldman, en la década pasada, adquirió 25 propiedades en aras de acometer la transformación del sector, luego que pintores y escultores realzaran la vida de la barriada con su presencia. El proyecto, al que continúan sumándose otros inversores urbanísticos, va convirtiéndose en un centro de arte similar a Soho, en Nueva York.
Uno de los grandes atractivos del barrio son sus murales que comenzaron a pintarse en el año 2008 y desde entonces más de 50 artistas consagrados internacionalmente han plasmado su arte en las paredes del lugar, convirtiendo la zona en una gran galería abierta a toda clase de público durante las 24 horas del día.
Ese sector, que hoy es reconocido internacionalmente como el Distrito de Arte Wynwood, por la revitalización alcanzada durante un lapso corto, pero también por su remozada arquitectura que casi ha cuadruplicado el valor de las propiedades, hasta un promedio de 500 dólares el pie cuadrado, según cifras de récord público.
Marleine Bastien, directora ejecutiva de la Fundación Mujeres Haitianas de Miami, dijo que debido a la proximidad que existe entre Wynwood y la Pequeña Haití “los urbanizadores han tomado un interés creciente en esta zona mediante el acoso, la intimidación y, a veces, ofreciendo incentivos para obligar a los residentes y dueños de negocios a irse de este lugar”.
“Nosotros nos oponemos a la ‘gentrificación’ del barrio porque no queremos que nos pase lo mismo que Wynwood y que desplacen a los haitianos a otro lugar”, recalcó.
¿Qué más piden?
La tercera demanda social propende por el apoyo gubernamental a las organizaciones culturales del barrio. “Nuestro temor es que con el desarrollo que algunos empresarios están proponiendo para esta área, también tengamos la influencia de otras culturas, a lo cual nos oponemos no por estar en contra de nadie, sino porque cada pueblo tiene sus propias costumbres”, dijo un líder comunitario.
Entre tanto, las peticiones cuarta y quinta de los residentes del vecindario tienen como objetivo la creación de un plan de desarrollo sostenible y medidas del Ayuntamiento de Miami que protejan los intereses de la comunidad.
Urbina, vocera de la fundación que ofrece programas en beneficio de la comunidad haitiana, señaló que “nosotros entendemos que hay mucha gente importante e incluso algunos artistas que quieren invertir en Little Haiti, pero queremos que lo hagan con responsabilidad y preservando la cultura de esta comunidad”.
Un poco de historia
Little Haiti es un barrio repleto de pequeños y coloridos establecimientos comerciales, que se erige al norte de Miami, en el área comprendida desde la calle 38 hasta la 79, entre la autopista interestatal I-95 y Florida East Coast Railway.
El vecindario es el corazón cultural de la diáspora haitiana en Miami, en donde se han ido asentando decenas de personas y familias procedentes de la isla caribeña por razones políticas, económicas o por desastres naturales que han golpeado el empobrecido país.
La zona cuenta con galerías de arte, librerías y, entre otros, negocios de música haitiana. Destaca Little Haiti Cultural Center, donde se puede disfrutar los espectáculos de danza y teatro que resaltan las costumbres y vivencias de la cultura haitiana.
Costo de vida en ascenso
El costo de la vida y el renglón de la vivienda están ocasionando serios problemas a los residentes de bajos y medianos ingresos en Little Haiti, según un análisis reciente de la Coalición de Desarrollo de la Comunidad Haitiana-Americana (HACDC).
De acuerdo con el estudio, HACDC encontró que en comparación con el resto de Miami, Little Haiti tuvo mayores índices de pobreza, desempleo y un conjunto de viviendas en franco deterioro entre 2000 y 2013.
Las cifras de esta institución señalan que la tasa de desempleo en esta barriada pasó del 17 al 23 por ciento entre los años 2000 y 2013, mientras que la tasa de pobreza se elevó a 48 por ciento, una de las más altas entre los barrios miamenses.
Por su parte, el sitio web de bienes raíces Zillow reveló que el valor de las viviendas en ese sector de Miami aumentó un promedio de 25 por ciento durante 2015 y, según la misma firma, los precios seguirán subiendo en 2016.
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